¿La Iglesia tiene como misión complacer al mundo y buscar su aplauso?

A menudo me hago esta pregunta...

¿Qué significa que la Iglesia es madre y es Maestra?

El papa bueno Juan XXIII escribió una encíclica con ese nombre "Mater et Magistra" el 15 de mayo de 1961.Su primer párrafo afirma lo siguiente:

"Madre y Maestra de pueblos, la Iglesia católica fue fundada como tal por Jesucristo para que, en el transcurso de los siglos, encontraran su salvación, con la plenitud de una vida más excelente, todos cuantos habían de entrar en el seno de aquélla y recibir su abrazo".

Vivimos en una sociedad muy compleja, probablemente mucho más compleja que en otros tiempos. La Iglesia camina también en estos tiempos y respira el mismo aire que los hombres y mujeres de su tiempo.

Me pregunto: ¿Cuál es el papel de la Iglesia en el mundo como madre y como maestra de humanidad?
¿Debe la Iglesia acomodarse a los tiempos y sus corrientes ideológicas y sociales?
¿Debe renunciar la Iglesia al tesoro de su magisterio para acomodar su discurso a los tiempos actuales?

En el discurso que pronunció S. Juan Pablo II a la asamblea del CELAM (Consejo Episcopal LatinoAmerico) el 9 de marzo de 1983 dijo:

"La conmemoración del medio milenio de evangelización tendrá su significación plena si es un compromiso vuestro como obispos, junto con vuestro presbiterio y fieles; compromiso, no de re-evangelización, pero sí de una evangelización nueva. Nueva en su ardor, en sus métodos, en su expresión"

La Iglesia tiene una misión que la trasciende que es anunciar el Evangelio, la Buena Nueva de Jesús... pero el Evangelio enseña también un modo de vivir, de las Escrituras brota una ética, una moral que va guiando el espíritu de los discípulos de Jesús hacia el proyecto original de Dios cuando nos creó.

A veces el anuncio y enseñanza de la Iglesia encontrará el aplauso y la aceptación del mundo pero, en otras ocasiones, el anuncio valiente de la enseñanza de la Iglesia chocará con la ideología reinante y producirá rechazo y desprecio.... esta es la historia valiente de la Iglesia desde sus orígenes... no acomodarse al mundo ("vosotros estáis en el mundo sin ser del mundo" Juan 15,19) sino TRANSFORMAR EL MUNDO.

Vivir en cristiano es vivir un camino de superación de mi propio ser hombre y mujer, es trascender mis limitaciones y pasiones humanas, es aprender a mirar a lo alto para encontrar la fuerza e inspiración necesarias para vivir aquí abajo con sentido y plenitud.

A veces me pregunto... ¿No será que buscamos más el aplauso y beneplácito del mundo que el compromiso de anunciar la belleza y la verdad del Evangelio?

Incómodo, fuente de persecución y desprecios, rechazo, incomprensión.... ¿no son acaso las características propias a lo largo de los siglos de miles de santos y santas que incluso han dado la vida por ello?
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