Nueva edición de los leccionarios destinados a la celebración de la Eucaristía
Hoy tuvo lugar la presentación oficial de la nueva edición de los leccionarios destinados a la celebración de la Eucaristía en la sede de la Conferencia Episcopal Española en calle Añastro.
La presentación estuvo a cargo del Cardenal D. Ricardo Blázquez Pérez, Arzobispo de Valladolid y Presidente de la CEE; de D. Julián López Martín, Obispo de León y Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia; D. Juan Miguel Díaz Rodelas, Secretario técnico de la Sagrada Biblia (Versión oficial de la CEE); D. Manuel Fanjul García, Director Gral. de Publicaciones de la CEE y Director de Libros Litúrgicos; y D. Luis García Gutiérrez, Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia.
En el enlace adjunto pueden escuchar íntegra la presentación de todos ellos: https://www.youtube.com/watch?v=dk6FSvk1IIo&feature=em-uploademail
Quería resaltar unas palabras que me parecieron especialmente hermosas de D. Julián Lopez:
"El leccionario de la misa es mucho más que un libro, y lo es verdaderamente... un libro signo de la Palabra de Dios que por este motivo recibe honores litúrgicos. En efecto llevado entre luces, incensado, besado, colocado sobre el altar, mostrado al pueblo, con él se bendice a los fieles, se sujeta abierto sobre la cabeza del que es consagrado obispo durante la plegaria de ordenación y se coloca encima del ataúd de los difuntos según nuestro ritual de exequias.
Pero el leccionario es también un modo de leer e interpretar las Escrituras en la comunidad de la Iglesia, no el único ciertamente, pero sí el más significativo desde el punto de vista de lo que supone la proclamación del Misterio que se actualiza simbólica y eficazmente en la liturgia. Porque es en el ámbito de la celebración donde se cumple sacramentalmente la Escritura que se anuncia siguiendo el año litúrgico. De manera que destacar esta realidad constituye una de las funciones de la homilía. Por eso, el leccionario no es fruto de una razón práctica como podría ser el disponer ordenadamente las lecturas según el calendario de las celebraciones. Tampoco es el resultado de una mera labor de selección temática de los textos bíblicos con una intención doctrinal, es mucho más que todo eso."
Haremos bien en dar el cuidado y la reverencia que se merecen en nuestras iglesias. A menudo encontramos leccionarios guardados de cualquier manera o en un pésimo estado de conservación. Si aprendemos a cuidar de estos libros litúrgicos estaremos ya transmitiendo a nuestro pueblo el debido respeto y amor por las Escrituras que se escuchan y se proclaman en la celebración.
La presentación estuvo a cargo del Cardenal D. Ricardo Blázquez Pérez, Arzobispo de Valladolid y Presidente de la CEE; de D. Julián López Martín, Obispo de León y Presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia; D. Juan Miguel Díaz Rodelas, Secretario técnico de la Sagrada Biblia (Versión oficial de la CEE); D. Manuel Fanjul García, Director Gral. de Publicaciones de la CEE y Director de Libros Litúrgicos; y D. Luis García Gutiérrez, Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Liturgia.
En el enlace adjunto pueden escuchar íntegra la presentación de todos ellos: https://www.youtube.com/watch?v=dk6FSvk1IIo&feature=em-uploademail
Quería resaltar unas palabras que me parecieron especialmente hermosas de D. Julián Lopez:
"El leccionario de la misa es mucho más que un libro, y lo es verdaderamente... un libro signo de la Palabra de Dios que por este motivo recibe honores litúrgicos. En efecto llevado entre luces, incensado, besado, colocado sobre el altar, mostrado al pueblo, con él se bendice a los fieles, se sujeta abierto sobre la cabeza del que es consagrado obispo durante la plegaria de ordenación y se coloca encima del ataúd de los difuntos según nuestro ritual de exequias.
Pero el leccionario es también un modo de leer e interpretar las Escrituras en la comunidad de la Iglesia, no el único ciertamente, pero sí el más significativo desde el punto de vista de lo que supone la proclamación del Misterio que se actualiza simbólica y eficazmente en la liturgia. Porque es en el ámbito de la celebración donde se cumple sacramentalmente la Escritura que se anuncia siguiendo el año litúrgico. De manera que destacar esta realidad constituye una de las funciones de la homilía. Por eso, el leccionario no es fruto de una razón práctica como podría ser el disponer ordenadamente las lecturas según el calendario de las celebraciones. Tampoco es el resultado de una mera labor de selección temática de los textos bíblicos con una intención doctrinal, es mucho más que todo eso."
Haremos bien en dar el cuidado y la reverencia que se merecen en nuestras iglesias. A menudo encontramos leccionarios guardados de cualquier manera o en un pésimo estado de conservación. Si aprendemos a cuidar de estos libros litúrgicos estaremos ya transmitiendo a nuestro pueblo el debido respeto y amor por las Escrituras que se escuchan y se proclaman en la celebración.