"Ánimo y adelante: Mis 'nietos' de Santa Anna" La esperanza abre las puertas a la felicidad

La esperanza abre las puertas a la felicidad
La esperanza abre las puertas a la felicidad

Son marroquís, subsaharianos, jóvenes buscadores que salieron de su continente africano y podían haber sido como los que murieron injustamente en Melilla el 24 de julio pasado

Se forman para los futuros trabajos y el desarrollo de sus vidas autónomas en nuestros llamados 'pisos de oportunidades' de la gran familia del Hospital de Campaña de Santa Anna"

"Cuando explican su historia y su aventura, uno se siente pequeño ante un héroe"

"Lo que más me gusta ver en ellos es la esperanza como motor de todo lo que hacen. Es una lección que todos en nuestro mundo deberíamos hacer nuestra"

Cada mañana, cuando llego al “Hospital de Campaña” en la Parroquia Santa Anna, recibo más abrazos de los que en mi vida había recibido. Son mis “nietos”. Y es que así se consideran los chicos de los pisos de oportunidades que trabajan con nosotros.

"Cualquiera que conoce su periplo no puede dejar de considerarlos como héroes"

Son marroquís, subsaharianos, jóvenes buscadores que salieron de su continente africano y podían haber sido como los que murieron injustamente en Melilla el 24 de julio pasado. Pero se salvaron, después de pasar una serie de dificultades, luchas, años de travesía, de tal manera que cualquiera que conoce su periplo no puede dejar de considerarlos como héroes.

Es verdad que algunos de ellos han tenido que pasar –ya aquí- por otras tantas dificultades, humillaciones y desprecios, pero al fin han tenido la suerte de haber sido atendidos en sus necesidades básicas y, actualmente, se forman para los futuros trabajos y el desarrollo de sus vidas autónomas en nuestros llamados “pisos de oportunidades”.

Con sus chalecos que les caracterizan como “Organización”, atienden a todo el que llega, reciben con una sonrisa a los acogidos, preparan el claustro para la “Mesa de la fraternidad” y están siempre dispuestos a dar de sí lo que pueden.

Cuando explican su historia y su aventura, a veces de años para atravesar el desierto y llegar hasta aquella frontera donde tantos han muerto, otros han caído y la mayoría han sido rechazados, uno se siente pequeño ante un héroe.

"Entre todos nosotros, los que formamos la gran familia del Hospital de Campaña de Santa Anna se ha hecho famosa una “fórmula” que inició Mosén Peio y que ahora es casi un saludo unánime: 'Ánimo y adelante'"

Pero lo que más me gusta ver en ellos es la esperanza como motor de todo lo que hacen. No importa que pasen años hasta que su situación se legalice, no se desaniman ante las continuas dificultades que la vida suele traer consigo. Y es que, entre todos nosotros, los que formamos la gran familia del Hospital de Campaña de Santa Anna se ha hecho famosa una “fórmula” que inició Mosén Peio y que ahora es casi un saludo unánime: “Ánimo y adelante”.

Cuando oigo a nuestro entrañable Ibrahim, con su media lengua pronunciar la famosa fórmula mientras restriega con entusiasmo las bandejas de la comida, me emociona ver que es una realidad que fomentamos día a día y que nos permite vivir hasta los acontecimientos más tristes de nuestra gran familia -muertes o enfermedades- con la única virtud teologal que permite ser feliz aun en medio de las dificultades, los dolores o la lucha diaria para sobrevivir.

Creo que es una lección que todos en nuestro mundo, a menudo teñido de pesimismo y desesperación, deberíamos hacer nuestra con la bendita fórmula: “Ánimo y adelante”.

"Lo que más me gusta ver en ellos es la esperanza como motor de todo lo que hacen. Es una lección que todos en nuestro mundo deberíamos hacer nuestra"

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