Familia cristiana, historia pendiente 4.7.21 (Dom 14). Familia pendiente (1) Los hermanos de Jesús
El evangelio del domingo 4.7.21 (14 TO) trata de los hermanos de Jesús (Mc 6, 1-6). Con ese motivo, partiendo de la reflexión de ayer (30.6.21: ni varón, ni mujer, Gal 3, 28), ofrezco una esquema de conjunto de la familia de Jesús. en tres partes La primera trata de los hermanos:
Hermanos y hermanas de carne y sangre, de naturaleza y clan de Nazaret. Ellos forman “la gente” de Jesús, su raíz judía, grupo pobre de una pobre aldea, pero con una larga historia de promesas y esperanza de humanidad.
Hermanos en el Espíritu Santo. Jesús descubre que es "hijo" (presencia) de Dios, y que los demás, varones y/o mujeres lo son también, es Dios hecho carne y camino en la historia humana. Este es el tema que los amigos y seguidores de Jesús han expresado simbólicamente (en un plano religioso, no “físico”), diciendo que que él había sido concebido por el Espíritu de Dios, de María "Virgen".
Hermanos por misión y por encarnación humana: (a) Hermanos de Jesús por misión son aquellos que buscan y trazan con el un camino del “reino” en el mundo (Mc 3, 31-35). (b) Por encarnación son hermanos suyos los pobres y excluidos de la tierra, hambrientos, descartados, pues partiendo de ellos se construye el reino de Dios en la tierra (Mt 25, 31-46).
Esta visión de los hermanos de Jesús es una historia y tarea pendiente de la iglesia. Con frecuencia, algunos cristianos han “enmascarado” la familia de Jesús en una mística super-natural (como si Dios actuara por milagros externos) que no responde a su histroria y mensaje. Hoy desarrollo la primera parte del tema.
Hermanos en el Espíritu Santo. Jesús descubre que es "hijo" (presencia) de Dios, y que los demás, varones y/o mujeres lo son también, es Dios hecho carne y camino en la historia humana. Este es el tema que los amigos y seguidores de Jesús han expresado simbólicamente (en un plano religioso, no “físico”), diciendo que que él había sido concebido por el Espíritu de Dios, de María "Virgen".
Hermanos por misión y por encarnación humana: (a) Hermanos de Jesús por misión son aquellos que buscan y trazan con el un camino del “reino” en el mundo (Mc 3, 31-35). (b) Por encarnación son hermanos suyos los pobres y excluidos de la tierra, hambrientos, descartados, pues partiendo de ellos se construye el reino de Dios en la tierra (Mt 25, 31-46).
Esta visión de los hermanos de Jesús es una historia y tarea pendiente de la iglesia. Con frecuencia, algunos cristianos han “enmascarado” la familia de Jesús en una mística super-natural (como si Dios actuara por milagros externos) que no responde a su histroria y mensaje. Hoy desarrollo la primera parte del tema.
Esta visión de los hermanos de Jesús es una historia y tarea pendiente de la iglesia. Con frecuencia, algunos cristianos han “enmascarado” la familia de Jesús en una mística super-natural (como si Dios actuara por milagros externos) que no responde a su histroria y mensaje. Hoy desarrollo la primera parte del tema.
| X. Pikaza
El clan de Nazaret ¿Quién es éste?
En un momento dado, tras haber iniciado su mensaje junto al lago de Galilea, en Cafarnaúm, Jesús vinoa Nazaret, su pueblo, y empezó a enseñar en la sinagoga exponiendo su práctica de reino, la creación de una nuevafamilia, pero sus paisanos no le aceptan, preguntando por su origen, su conocimiento y sus parientes:
Cuando llegó el sábado se puso a enseñar en la sinagoga y muchos, escuchándole, se admiraban y decían: ¿De dónde le vienen tales cosas? ¿Qué sabiduría es esa que le ha sido dada? ¿Y esos milagros hechos por él? ¿No es éste el artesano, el hijo de María, el hermano de Santiago, de José, de Judas y de Simón? ¿No están sus hermanas aquí entre nosotros? (Mc 6, 2-3). (Texto comentado en Historia de Jesús y en comentario de Marcos).
Este relato recoge probablemente recuerdos históricos, pero el evangelio Marcos no lo ha presentado por afán de erudición, sino para introducir la identidad y ruptura familiar de Jesús y de su evangelio (su verdadera familia), en forma de pregunta abierta, a la que deben responder los lectores de su obra. En este contexto se plantea el tema de su origen y el sentido de su “conocimiento”. Es evidente que Jesús promovió y sufrió una fuerte ruptura de familia. Así preguntan sus paisanos:
‒ ¿De dónde (pothen) le vienen tales cosas (tauta)? (Mc 6, 2). En aquel tiempo, el valor de una persona se medía a partir de su familia... y a Jesús le acusan de ser de familia pobre. Pero Jesús ha roto los esquemas familiares a los que ellos apelan, pues realiza gestos y eleva pretensiones que no pueden entenderse en ese plano. Por eso se interrogan: ¿pothen, de dónde?
‒ ¿Qué es esta sabiduría (tis hê sophia), capaz de hacer milagros (dynameis: 6, 2)? Los de Nazaret apelan a la autoridad legal... Ciertamente, hace cosas que parecen buenas, pero no es un hombre fiable, es un simple cantero, carpintero, albañil de pbelo.
En este contexto resulta normal la pregunta sobre su familia y trabajo: ¿No es éste el artesano, el hijo de María? (6, 3). Lógicamente, sus paisanos se interesan por sus parientes y su oficio (modo de vida), dentro de de una sociedad donde el origen (genealogía, situación familiar) marca la identidad de cada uno:
‒ Identidad: ¿No es este el tektôn, artesano? (Mc 6, 3). Ciertamente, muchos rabinos judíos posteriores han sido artesanos (a pesar de la opinión peyorativa de Eclo 38, 24-34), y han afirmado que el estudio de la Ley debería completarse con un trabajo productivo para sostener la vida. Pero, en este caso, la pregunta tiene un matiz peyorativo, pues los nazarenos llaman a Jesús artesano para descalificarle, destacando su falta de estudio y su baja condición social. Según ellos, Jesús carecería de formación para enseñar, pues no era más que un obrero manual que debía haber permanecido en su trabajo.
‒ Tema de madre: ¿No es este el hijo de María? (Mc 6, 3; cf. 3, 31-35). El texto no alude al padre José, porque probablemente ha muerto. Como representante de la tradición familiar de Jesús emerge María, que le ofrece un nombre metronímico (Hijo de María) y un lugar en el mundo... Este pasaje no dice nada en contra o a favor de ella, en línea positiva (como Mt 1-2, Lc 1-2, Jn 2, 1-12; 19, 25-27), ni negativa, como supone cierta tradición, que habla en este campo de nacimiento de un nacimiento irregular. Nuestro texto afirma algo anterior, mucho más sencillo: la sabiduría y obras de Jesús desbordan el nivel donde su madre ha podido situarle.
‒ Cuestión de hermanos y hermanas, una pregunta abierta (6, 3). El texto anterior (Mc 3, 31-35) situaba el tema de los hermanos de Jesús en ámbito eclesial. Pues bien, ellos aparecen aquí a nivel de pueblo y familia. Es significativo que el texto cite los dos grupos (hermanos, hermanas), aunque destaque a los hermanos a quienes presenta por su nombre (Santiago y José, Judas y Simón), suponiendo que han sido importantes en la vida posterior de la iglesia.
Denominación metronímica: El hijo de María ¿Nacimiento irregular?
Parece una denominación extraña, sobre todo en Israel, donde las personas se definen por su origen paterno (Jesús debería llamarse “hijo de José”). Por eso, la presentación metronímica (hijo de María) ha suscitado cuestiones de tipo familiar y teológico. Algunos (incluso católicos como Shaberg) han supuesto que los nazarenos están evocando un origen “irregular” del nacimiento de Jesús cosa que no implicaría un “reproche” contra María (ni contra Jesús), sino que estaría en la línea del evangelio: Dios habría penetrado de manera sorprendente en la historia de los hombres y mujeres a través de un nacimiento irregular, en el sentido legal del término.
Algunos exegetas añaden que la acción “especial” de Dios en María (que podría haber sido víctima de una violación),en la línea de las mujeres “irregulares” de la genealogía de Mt 1, 2-6 (Tamar, Rajab, Rut y la esposa de Urías). Jesús habría asumido en su origen y en su vida el destino de millones y millones de hijos de matrimonios irregulares, de mujeres utilizadas o violadas, de manera que así pudo comprender mejor la situación de otros hombres y mujeres semejantes.
Esta condición de María, mujer violada, y reconocida después por José, que se desposó con ella, reconociendo a Jesús como hijo propio, podría servir de modelo de identificación para millones de familias irregulares.
Esa interpretación no es imposible, y en esa línea se podría añadir que las formulaciones del “nacimiento virginal” propuesto por Mt 1-2 y Lc 1-2 habrían surgido para responder a la acusación del origen irregular de Jesús. El hecho de llamar Jesús “hijo de María” puede fundarse en el hecho de que José ya había muerto y, sobre todo, en la importancia que María tuvo en la Iglesia de Jerusalén como “gebîra”, es decir, como Madre del Señor (cf. Lc 1, 43). Pero esa no parece la mejor interpretación del tema. Lo extraño de Jesús no es que haya nacido de un modo irregular, sino que él mismo sea irregular, por su vida y mensaje.
Cuestión de hermanos.
Lo importante no es la extrañeza del origen primero, sino de su vida entera. Por eso, este tema me parece muy secundario. Pero muchos lo toman como muy importante y por eso quiero evocarlo. Ha sido (y sigue siendo) muy discutido dentro de la Iglesia, como atestigua San Jerónimo, en siglo IV d.C., distinguiendo tres hipótesis, a la que añadimos una cuarta:
- Hermanos carnales, hijos de José y María, hipótesis de Helvidio. Ha sido dominante desde una perspectiva exegética, siguiendo el sentido normal de la palabra adelphos en lengua griega. Conforme a esta visión, Jesús habría sido hijo de José y María, naciendo y creciendo dentro de una familia numerosa, con los valores y problemas que ello implica, como seguiremos indicando al insistir en su vinculación con Santiago, que asumió y recreó su obra mesiánica en Jerusalén. En esta perspectiva, más extendida en la primera Iglesia, Jesús habría nacido en una familia normal, numerosa, como otros muchos galileos de su tiempo; su nacimiento virginal debería entenderse en un contexto simbólico profundo.
- Hermanastros, hijos de un matrimonio anterior de José (Epifanio de Salamina).Según esa hipótesis, que se ha vuelto mayoritaria en las iglesias de oriente, a partir del siglo IV, Jesús habría nacido por obra del Espíritu, como hijo de María, siempre Virgen. Por eso, sus “hermanos”, entendidos en sentido extenso, habrían sido hijos de un matrimonio anterior de José, que era viudo y que se habría casado con María siendo ya anciano, como esposo virginal, para protegerle a ella y para dar una familia “oficial” a Jesús (que no era hijo suyo, en sentido biológico). Según eso, los hermanos de Jesús eran hijos que su padre adoptivo había tenido con una mujer anterior.
- Primos, hijos de una hermana de María (Jerónimo).Ésta es la respuesta más común de la Iglesia occidental latina. Según ella, el término griego “hermano” (adelphos) se emplearía aquí (en Mc 6, 3) en un sentido extenso, lo mismo que el término hebreo equivalente (‘ah), que puede significar “primo” o pariente, miembro de la tribu… Los llamados hermanos de Jesús serían en realidad hijos de una de las hermanas de su madre, muy vinculada a Jesús por su origen y su itinerario posterior. En esa línea, aceptada por la mayoría de los católicos antiguos, los exegetas han desarrollado y siguen desarrollando una inmensa erudición.
- Hermanos de madre, pero no de padre, nacimiento irregular.Algunos exegetas modernos, en la línea de lo ya dicho al comentar la denominación “metronímica” (¡el hijo de María!), afirman que Jesús habría hijo de María y de un padre desconocido (quizá a través de una violación). Jesús habría nacido así de un modo “anómalo”, siendo después reconocido por José, que se casó con María, y tuvo con ella otros hijos, que serían sus hermanos.
La tradición ortodoxa y católica, insistiendo en la virginidad “perpetua” de María, ha defendido con toda razón, como es normal, la segunda y/o tercera hipótesis, pero desde un punto de vista histórico, con los datos que tenemos, el tema resulta más complejo. Por eso lo dejamos aquí abierto, sin precisar tampoco el sentido “dogmático” de la virginidad de la madre de Jesús (que algunos entienden de manera no biologista). En ese contexto podemos introducir aquí, dos nuevas visiones del tema, de tipo eclesial y mesiánico, que destacan el sentido simbólico profundo de la fraternidad, y la aplican de un modo eclesial y/o universal.
Nueva familia, los dos tipos de hermanos verdaderos de Jesús, según el evangelio
Lo más importante en Jesús no ha sido la familia de origen (de dónde viene), sino la familia de elección y de misión: Los hermanos que él ha encontrado y escogido, los que le acompañan en la tarea de reino, y los hermanos que encontrado y querido elevar, en línea de fraternidad universal.
‒ Hermanos de tarea: sus seguidores y amigos, los que se comprometen a vivir en fraternidad).La palabra hermano tiene un sentido figurado muy extenso, como ha puesto de relieve la segunda y tercera hipótesis (de Epifanio y Jerónimo). Hermanos son no solamente los “primos y parientes” (en línea genealógica), sino los integrantes de la comunidad o grupo de Jesús, como he destacado de un modo especial el evangelio de Marcos: Mis hermanos y hermanas, mi padre y mi madre en el mundo son aquellos que buscan y construyen conmigo la familia de Dios (Mc 3, 31-35 y 10, 30). En ese contexto, hermanos de Jesús son todos sus seguidores, la gran familia de la Iglesia, en la línea de Mt 23, 8-9: “Uno sólo es vuestro maestro, uno sólo vuestro padre, y todos vosotros sois hermanos”.
‒ Línea universal, hermanos son los más pequeños.Ampliando el sentido del término, conforme a la dinámica del mensaje y de la vida de Jesús, hermanos del creyente son todos los necesitados, es decir, aquellos por los que Jesús proclama su mensaje y entrega su vida, empezando por los marginados sociales. En esa línea, Jesús puede hablar de sus hermanos más pequeños, los hambrientos y sedientos, los exilados y desnudos, los enfermos y encarcelado (Mt 25, 31-45), abriendo así una fraternidad que se extiende al mundo entero, a partir de los necesitados.
Ciertamente, tiene su importancia el tema de los “allegados físicos” de Jesús (hermanos de sangre, hermanastros, primos, parientes…). Pero más importante es todavía para el evangelio y para el conjunto de la Iglesia el tema de sus “allegamos mesiánicos”, tanto en línea de humanidad (todos los pequeños y necesitados) como de iglesia (todos los creyentes). En esa perspectiva, lo que importa es hacerse hermanos, compartiendo el camino de Jesús y ayudando a sus hermanos más pequeños. Éste es el dogma clave del evangelio, el lugar donde se define la familia cristiana.
Conclusión. Despreciado en su patria
(Como en USA muchos desprecian a negros, indios o hispanos... Como en España se ha despreciado a los gitanos, como en Europa se desprecia a los emigrantes...)
Los nazarenos desprecian a Jesús, porque “creen conocer” bien su origen, y consideran que es poco importante, que no es trigo limpio, que no es buen judío de ley /o de reza. En algún sentido, ellos niegan a Jesús o le rechazan por razón de su familia, porque piensan que ella no le da categoría para presentarse como mensajero de Dios o maestro.
Sea como fuere la acusadiòn, Jesús tuvo que abandonar su patria, pues sus familiares y paisanos no le aceptaron en su grupo (cf. en especial Lc 4, 16-30). La “responsabilidad” de esa ruptura familiar fue suya, pues no le aceptaron en su pueblo, y él no quiso someterse al dictado de los "prepotentes" de la aldea. Por eso tuvo que marcharse.
Ésta fue su “hégira”, su gran ruptura, que puede compararse con la de Abrahán en Gen 12, 1-3. En este contexto se entiende su comentario y la reflexión posterior del evangelio (imagen: Abrahán fugitivo, huye con su pequeña familia; Jesús en cambio huye con su familia de amigos-seguidores):
Un profeta no es despreciado sino en su patria, entre sus parientes y en su casa.Y no pudo hacer allí ningún milagro... (Mc 6, 4-5)
‒ Un profeta despreciado en su patria (en tê patridi). La lista de “lugares” en los que desprecian a un profeta empieza por el contexto más amplio, es decir, por la patria, que se entiende en un sentido geográfico, pero sobre todo humano, pues está formada por aquellos que apelan a un padre común, manteniendo y cultivando su herencia o tradiciones, en una tierra que les vincula. Como profeta ha venido Jesús a la tierra de su nacimiento, al lugar que le enmarca y define, para ponerse en contacto con aquellos que comparten su espacio vital y su origen; pero sus compatriotas le desprecian.
El texto alude a Nazaret (no a Belén) como a su “patria” o lugar de origen (cf. Mc 6, 1), pero podemos ampliar el círculo, hablando de Galilea y (en sentido más extenso) de Jerusalén y de todos los Israel, como supone Pablo (cf. Rom 9, 5). Precisamente para cumplir su tarea mesiánica en Israel Jesús ha tenido superado una forma de entender esa “patria” o familia paterna, corriendo el riesgo de que sus compatriotas le llamen renegado.
‒ Rechazado por su parentela (syngeneusin). Pariente (syngenês) es alguien del mismo genos, es decir, que comparte el mismo origen. Parentela son aquellos que poseen una misma proveniencia "genética" en sentido extenso. Por etimología, parentela (de parens, pario: dar a luz) y patria (de pater: padre) son términos cercanos. Pues bien, Jesús afirma que su parentela no le ha recibido (y sus parientes pueden contestar diciendo que ha sido Jesús quien ha roto su relación con ellos). Lógicamente, su movimiento mesiánico no ha estado formado por gentes vinculadas por relaciones familiares; no ha sido un mesías de “clan”, de tribu o de grupo genealógico (como pudo haber empezado siendo Mahoma).
Este Jesús de Marcos supone que allí donde el genos define al ser humano, allí donde los vínculos de carne (cultura, nación, pueblo) se convierten en ley y determinan de un modo radical la existencia de los individuos, no se puede aceptar la profecía verdadera, no queda lugar para el mesianismo (que no se vincula al triunfo de la parentela, sino de la humanidad y la justicia). Es lógico que Jesús rompa ese nivel de parentesco.
‒ Profeta despreciado en su casa (oikia), es decir, en la unidad familiar más pequeña formada por aquellos que conviven, unidos por vínculos de origen y consanguineidad (padres, hijos, hermanos, primos) o trabajo servil, como indica el mismo nombre castellano de familia, tomado de famulus, siervo o criado. Marcos nos había puesto ya en contacto con la nueva "casa de Jesús", formada por aquellos que cumplen con él la voluntad de Dios, sentados en círculo, como seres libres, escuchando la Palabra de Dios (cf. 3, 31-35).
Jesús ha tenido un origen “humilde”; los de Nazaret conocen bien a sus parientes (miembros de su casa) y, entre otras cosas, le rechazan por eso. Para ser mesías de los pobres, Jesús debe superar (abandonar) su antigua casa, integrada por sus parientes cercanos. Le “desprecia” su familia, y Jesús tiene que abandonarla (superarla), pues sólo así podrá abrir otro tipo de familia. Desde aquí se entiende el doble sentido de “casa” en Marcos. Por un lado, Jesús rompe la estructura de la casa genealógica; pero, en otro sentido, él aparece como fundador y centro de un nuevo tipo de casa, como he destacado comentando Mc 3, 20-35.
Estos términos (patria, parentela, casa) aparecen en Gen 12, 1 LXX (aunque Marcos pone patria donde el Génesis pone tierra, gê), y así, en el fondo, hallamos una misma experiencia, la necesidad de romper con un tipo de estructura social de poder genealógico, para crear un movimiento abierto a los necesitados. Abrahán deja su tierra/patria en Ur o Harrán (que la tradición judía y luego musulmana define como lugar de idolatría) para iniciar el camino de Dios y recibir la promesa en la tierra de Canaán.
También Jesús debe superar su patria (hecha lugar de opresión) para caminar con sus discípulos buscando el reino. Jesús crea así una iglesia (gran familia) de personas que acogen su palabra y creen en su Reino (al servicio de los pobres), iniciando un camino que le saca de Nazaret (tierra de nazoreos cerrados en su identidad nacional).
Lógicamente, él no ha podido realizar en Nazaret, su patria, los gestos de poder (milagros), que realiza en otras partes (Mc 6, 5), pues no es un mago que actúa desde fuera de los hombres. Él sólo puede curar donde hay fe, sólo puede cambiar a los demás si es que le acogen, si aceptan su nuevo modelo de familia.