Mujeres de David 2. Ajinoam, la que David "robó" a Saúl

Podemos pensar que hubo dos Ajinoam, las únicas que llevan ese nombre en la Biblia, una esposa de Saúl, otra de David. Pero también puede tratarse de una misma mujer, esposa de ambos reyes. En esa segúna línea, son muchos los que afirman que, según la Biblia, tras expulsar a Mical, David llevó a su madre a Hebrón, donde la tomó como esposa, por razones políticas, de prestigio, de poder… De esa manera, David, robador de mujeres, habría empezado cometiendo (con el asesinato) el mayor de los pecados, según el mundo antiguo: "robar" la mujer de su rey y de su jefe.
Lógicamente, David tuvo que marcharse al desierto y montar una guerrilla… viviendo en la linde entre judíos y filisteos, a una de caballo, a filo de espada. Ajinoam, mujer que él parece haber robado a Saul sería un signo especial del destino de David... y, sobre todo, del destino de tantas mujeres robadaas y utilizadas, al servicio del poder del vencedor de turno. David, que había rechazado (utilizado) a la hija (Mical), como vimos ayer, habría tomado en lugar de esa hija a su madre. Ésta no es una "historia" críticamente segura, pero debe tenerse muy en cuenta, para conocer a David (¡el santo profeta, abuelo de Jesús!), y para conocernos mejor a nosotros.
Una mujer discutida
Algunos autores como J. Levenson (obra citada en nota) han supuesto que Ajinoam, la mujer de David (2 Sam 2, 2; 1 Cron 3, 1) y madre de su hijo primogénito (2 Sam 3, 2), era la misma mujer de Saúl y madre de sus cinco o siete hijos. En esa línea debería entenderse la acusación de Natán contra David, cuando le dice, en nombre de Dios (con ocasión de su adulterio con Betsabé):
«Yo te di la casa de tu señor (Saúl)
y puse en tu seno las mujeres de tu señor » (2 Sam 12, 8).
Ciertamente, esa palabra puede referirse a las mujeres del harén de Saúl, que habrían pasado primero a Isbaal, hijo y sucesor de Saúl, y después a David, que actúa como heredero del reino de Saúl-Isbaal, pues, según la costumbre antigua, las mujeres del harén de un rey pasaban al nuevo rey (como veremos al tratar de Abisag).
Pero es también posible que Natán se refiera a las dos mujeres más importantes de la familia de Saúl (Ajinoam, su esposa, y Mical, su hija), que David había tomado como suyas, en contra de la ley bíblica que prohíbe que un hombre se case, al mismo tiempo, con la madre y con la hija (Lev 19, 9).
Un especialista en robar mujeres
Ciertamente, resulta extraño que David se hubiera apoderada de Ajinoam, la mujer de Saúl, mientras éste seguía siendo rey de Israel, sin que ese hecho dejara huellas más profundas en la Biblia. Pero no es imposible, dadas las tensas relaciones que hubo entre David y la familia de Saúl (como hemos visto al tratar de → Mical). Por otra parte, la historia de las disputas entre Saúl y David (1 Sam 18-24) contiene lagunas difíciles de explicar. Entre ellas podría situarse el hecho de que David (quizá tras haber despedido a Mical) llevó consigo a Ajinoam, mujer de Saúl y madre de sus hijos (¡de la misma Mical!), estableciéndola como la primera de sus mujeres en Hebrón.
A pesar de eso, y confesando, por otra parte, que David fue especialista en robar mujeres ajenas (Mical en su segundo matrimonio, Abigail de Nabal, Betsabé de Urías) pensamos (con ciertas dudas) que quizá es mejor suponer que hubo dos mujeres que llevaban ese mismo nombre (Ajinoam) y que fueron esposas de los dos primeros reyes de Israel. En esta segunda línea parece entenderse el hecho de que la primera Ajinoam aparezca como “hija de Ahimaas”, por el nombre de su padre (1 Sam 14, 50), mientras que a la segunda se le llame “la de Jezrael” (por el nombre de su ciudad de origen: 1 Sam 25, 43; 27, 3; 30, 5; 2 Sam 2, 2; 3, 2; 1 Cron 3, 1).
Un tema abierto
Estrictamente hablando, esa diferencia de nombres (en un caso se le llama Ajinoam, la hija de Ahimaas, según su familia…. En el otro aso se le llama Ajinoam de Jezrael, por el nombrs de su pueblo) no es demostrativa para indicar que se tratara de dos mujeres, sino que podría ser incluso una prueba a favor de la identidad de las dos.
En el primer caso, como es normal, Ajinoam lleva el nombre de su padre; en el segundo, habiendo sido ya esposa de Saúl, no lleva el nombre del padre, sino el de su ciudad de origen.
Hay en la Biblia dos ciudades con ese nombre. Una, la más conocida, en el valle de su nombre (Jezrael), entre Samaría y Galilea, que aparece sobre todo en las historia de Elías y Jezabel (cf. 1 Rey 21; 2 Rey 8-10); la otra es una ciudad del sur de Judea (Jos 16, 56), que parece cercana a Carmel (la ciudad de Abigail).
Esta segunda ciudad (Jezrael de Judá) parece más apropiada para el caso de que la mujer de David sea distinta de la de Saúl; él se habría casado con una mujer significativa del entorno de Judá, donde realizaba sus operaciones de guerrilla y donde estaba instaurando su reino, para tener así más apoyo en la zona. De todas formas, el tema queda abierto y es posible (algunos creen que probable) que David le robó la mujer a Saúl y que por eso Saúl le persiguió, como cuenta la Biblia.
Saúl ha pasado a la historia como loco, hombre triste y derrotado. David se ha convertido en signo de amigo de Dios, arrepentido y piadoso (cantaba salmos para Dios).
De ella, Ajinoam, la posible mujer robada, no se dice directamente nada. ¿Qué pensaba? ¿Se dejó robar? ¿Colaboró con el enemigo de su marido anterior? Sea como fuere, su hijo Amón fue un violador y un incestuoso, como aparece en la historia de Tamar, de la que hablaremos.
Así se escribe la historia
Bibliografía
Cf. D. V. Edelman, Ahinoam, ABD; D. Edelman, Saulide Israel: A Study in Secondary State Formation in Ancient Canaan, Eisenbrauns, Winona Lake IN 1990; D. Gunn, The Fate of King Saul (JSOTSup 14), Sheffield 1980; J. Levenson, 1 Samuel 25 as Literature and History, CBQ 40 (1978) 11–28; J. D. Levenson, y B. Halpern, The Political Import of David’s Marriages, JBL 99 (1980) 507–518.