El Papa manda un mensaje de apoyo a cooperantes y misioneros que trabajan en Irak y Siria Francisco exige a la comunidad internacional que "haga todo lo posible" para favorecer el retorno de los refugiados
"Cada esfuerzo -grande o pequeño- que se hace para fomentar el proceso de paz es como poner un ladrillo en la construcción de una sociedad justa, abierta a la acogida, y donde todos puedan encontrar un lugar para vivir en paz"
"Debemos asegurarnos de que la presencia cristiana en estas tierras siga siendo lo que siempre ha sido: un signo de paz, progreso, desarrollo y reconciliación entre los pueblos y las personas"
"Quiero que sepan que cuando se encuentran trabajando en estos lugares, no están solos. Toda la Iglesia se convierte en una sola, para salir al encuentro del herido que se topó con unos ladrones en el camino de Jerusalén a Jericó". Francisco quiso enviar un mensaje de apoyo y reconocimiento a todos los misioneros y cooperantes que trabajan con los más sufrientes en Siria, Irak y otros países, en el marco de un encuentro organizado por el Dicasterio de Servicio de Desarrollo Humano Integral.
Con la mirada puesta ya en su futura visita a Irak, Bergoglio instó a la comunidad internacional a que "haga todo lo posible" para favorecer el retorno de los refugiados a sus lugares de origen, "garantizando la seguridad y las condiciones económicas necesarias para que esto ocurra".
"En su trabajo, mi bendición, que con gusto les imparto hoy, los acompañará siempre, para que este encuentro traiga en sus países abundantes frutos de prosperidad, desarrollo y paz, para una nueva vida", concluyó Bergoglio, dando un espaldarazo a esos 'santos de cada día' que tratan de hacer más respirable la vida de millones de personas que sufren, lejos de su hogar, huyendo de las guerras y la violencia.
"Cada esfuerzo -grande o pequeño- que se hace para fomentar el proceso de paz es como poner un ladrillo en la construcción de una sociedad justa, abierta a la acogida, y donde todos puedan encontrar un lugar para vivir en paz", subrayó Bergoglio, quien quiso recordar especialmente a "los cristianos que fueron obligados a abandonar los lugares donde nacieron y crecieron, donde su fe se desarrolló y enriqueció".
"Debemos asegurarnos de que la presencia cristiana en estas tierras siga siendo lo que siempre ha sido: un signo de paz, progreso, desarrollo y reconciliación entre los pueblos y las personas", señaló el Papa. Pronto los visitará en Nínive, Qaragosh, Bagdad, Erbil o Mosul.
Finalmente, Bergoglio quiso hacer una reflexión sobre el trabajo de las agencias católicas que se dedican a la ayuda humanitaria y que "trabajan sin reservas para acoger, atender y acompañar a los migrantes y desplazados en estas tierras, sin distinción de credo o afiliación".
"Como he dicho muchas veces, la Iglesia no es una ONG. Nuestra acción caritativa debe estar inspirada por y para el Evangelio. Esta ayuda debe ser un signo tangible de la caridad de una Iglesia local que ayuda a otra Iglesia que sufre, a través de estos maravillosos medios que son los organismos católicos de ayuda humanitaria y de desarrollo. ¡Una Iglesia que ayuda a otra Iglesia!", finalizó.
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