El Papa advierte en Santa Marta del "ensañamiento del diablo" Francisco reivindica la solidaridad con ancianos solos y enfermos en mitad de la pandemia: "Es una buena señal"
"Pienso en las familias que no tienen lo suficiente para vivir, en los ancianos solos, en los enfermos en los hospitales, y los que tratan de hacerles llegar una ayuda"
“El diablo siempre está detrás para destruirnos, para alejarnos de Dios”
Bergoglio aboga por el silencio ante la persecución: “Cuando no hay palabras, en silencio Jesús hizo su Pasión. Es el silencio del justo ante el ensañamiento del diablo”
Bergoglio aboga por el silencio ante la persecución: “Cuando no hay palabras, en silencio Jesús hizo su Pasión. Es el silencio del justo ante el ensañamiento del diablo”
Viernes de oración por las víctimas del coronavirus. Esta tarde, Francisco dirigirá una inédita ceremonia en una vacía plaza de San Pedro. Antes, en la misa cotidiana de Santa Marta, Bergoglio dedicó la Eucaristía a “tanta gente que se preocupa, de modo general, por los demás”.
“Pienso en las familias que no tienen lo suficiente para vivir, en los ancianos solos, en los enfermos en los hospitales, y los que tratan de hacerles llegar una ayuda. Y eso es una buena señal”, señaló el Papa, quien pidió a Dios “que suscite en el corazón de sus fieles este sentimiento” de generosidad y ayuda al prójimo.
Murmuración, odio, resentimiento
Una actitud muy contraria a la de la murmuración, el resentimiento, el odio, la estrategia que siguieron los que querían atrapar a Jesús. “Un plan de acción, poniéndole a prueba, con violencia y tormento, para templar su espíritu”, destacó, recordando la primera lectura, “una crónica anunciada, una profecía, de lo que va a ocurrirle a Jesús”.
“Esta profecía es bastante detallada, un plan de acción de esta gente malvada... Probemos hasta cuánto puede soportar. Pongámosle insidia a ver si cae...”, subrayó el Papa, quien puso nombre a esta actitud: “Ensañamiento”. Y un responsable: “El demonio, que está detrás de todo, trata de destruir y no salva a nadie”.
“El diablo siempre está detrás para destruirnos, para alejarnos de Dios”. En las grandes, y en las pequeñas. “Detrás de una discusión, puede ser que esté el diablo, como en las tentaciones, de lejos. Pero cuando hay un ensañamiento, no dudemos que está el demonio detrás”.
El huevo y la persecución de los cristianos
Una muestra de ello está en cómo “el demonio se ha empecinado en la persecución de los cristianos, cómo ha usado los medios más sofisticados para llevarlos a la apostasía. Algo 'diabólico', como hablamos coloquialmente”. Bergoglio relató cómo algunos obispos de países “que han sufrido la dictadura de un régimen ateo” le contaba que en algunas escuelas, el Lunes de Pascua, los profesores preguntaban a los niños qué habían comido. “Los que decían 'Huevo' eran perseguidos por ser cristianos, porque se hacía referencia a los huevos de Pascua. Hasta ese punto llega la persecución del demonio”.
¿Qué hacer? “Con esta gente no puedes discutir, tienen sus ideas fijas, que ha sembrado el diablo en sus corazones”. La respuesta, “lo que ha hecho Jesús: callar”. Lo vemos continuamente en el Evangelio. “Cuando no hay palabras, en silencio Jesús hizo su Pasión. Es el silencio del justo ante el ensañamiento del diablo”. Una actitud, concluyó el Papa, que “también es válido para esos pequeños enfurecimientos cotidianos, cuando alguno de nosotros siente que hay una habladuría contra él, y luego no sale nada. Estemos callados. Sufrir y tolerar la habladuría, que es un ensañamiento, en la sociedad, en el grupo, en el barrio, en el trabajo, uno contra otro”.
“Pidamos la gracia de luchar contra el espíritu malvado, de discutir cuando tenemos que discutir, y tener el coraje de callar y dejar que los otros hablen. En silencio ante Dios”, finalizó.