"Siempre habrá resistencias a esto, en todas partes, pero debemos avanzar con valentía" El Papa se compromete ante el Patriarcado de Constantinopla a "avanzar juntos hacia una comunión en la legítima diversidad"
"El diálogo entre nuestras Iglesias no comporta ningún riesgo para la integridad de la fe, al contrario, es una exigencia que brota de la fidelidad al Señor y nos conduce a la verdad completa", señaló el Papa, quien anunció que "deseo, de todo corazón", visitar Nicea junto a Bartolomé en 2025
"Diez años después, la historia actual nos muestra de modo trágico la necesidad y la urgencia de rezar juntos por la paz, para que esta guerra termine, los Jefes de las Naciones y las partes en conflicto encuentren de nuevo el camino de la concordia y todos se reconozcan como hermanos. Naturalmente, esta invocación por la paz se extiende a todos los conflictos en curso, especialmente a la guerra que se libra en la atormentada Ucrania"
"Es un viaje que deseo hacer, de todo corazón". El Papa confirmó, ante la delegación del Patriarcado Ecuménico que visita Roma, como es tradición, en ocasión de la fiesta de san Pedro y san Pablo, su deseo de viajar junto a Bartolomé a Nicea en 2025, cuando se cumplen los 1700 años del histórico Concilio, y en mitad del Año Santo decretado para toda la Iglesia. Y lo hizo con un deseo. Más que un deseo, un compromiso: "Avanzar juntos hacia una comunión en la legítima diversidad".
Un camino en el que, reconoció, "siempre habrá resistencias, en todas partes", pero "debemos avanzar con valentía" añadió en su discurso en el que puso en valor "los profundos lazos que unen a las Iglesias hermanas de Roma y Constantinopla, con la firme voluntad de avanzar juntos hacia el restablecimiento de la unidad a la que sólo el Espíritu Santo puede guiarnos, la de la comunión en la legítima diversidad".
Francisco, que actualizó el histórico encuentro entre Pablo VI y Atenágoras en 2014, con una visita junto a Bartolomé a Jerusalén, evocó el camino emprendido tras dicho encuentro. "Mantengo vivo y agradecido el recuerdo de aquella peregrinación común con Su Santidad Bartolomé, y doy gracias a Dios Padre misericordioso por la amistad fraterna que se ha desarrollado entre nosotros a lo largo de estos años", señaló Bergoglio. "Se ha alimentado en muchos encuentros, en muchas ocasiones de cooperación concreta entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa sobre cuestiones de gran importancia para las Iglesias y para el mundo, como el cuidado de la creación, la defensa de la dignidad humana, la paz".
Y más aún, dejando claro que "el diálogo entre nuestras Iglesias no comporta ningún riesgo para la integridad de la fe, al contrario, es una exigencia que brota de la fidelidad al Señor y nos conduce a la verdad completa". Así, Francisco volvió a alentar "el trabajo de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, que ha emprendido el estudio de delicadas cuestiones históricas y teológicas".
"Espero que los pastores y teólogos implicados en este proceso superen las disputas puramente académicas y se dispongan a escuchar dócilmente lo que el Espíritu Santo dice a la vida de la Iglesia, así como que lo ya estudiado y acordado encuentre plena aplicación en nuestras comunidades y lugares de formación. Siempre habrá resistencias a esto, en todas partes, pero debemos avanzar con valentía", clamó.
Paz en Tierra Santa y Ucrania
Al tiempo, el Papa dirigió su pensamiento "a la dramática situación actual de Tierra Santa", recordando cómo, Bartolomé y él, hace una década, reunieron a los entonces presidentes de Israel y Palestina para hacer un llamamiento a la paz en Oriente Medio y el mundo. "Diez años después, la historia actual nos muestra de modo trágico la necesidad y la urgencia de rezar juntos por la paz, para que esta guerra termine, los Jefes de las Naciones y las partes en conflicto encuentren de nuevo el camino de la concordia y todos se reconozcan como hermanos. Naturalmente, esta invocación por la paz se extiende a todos los conflictos en curso, especialmente a la guerra que se libra en la atormentada Ucrania".
"En un momento en que tantos hombres y mujeres son prisioneros del miedo al futuro, nuestras Iglesias tienen la misión de anunciar a Jesucristo "nuestra esperanza" siempre, en todas partes y a todos", clamó Francisco, quien subrayó que esta fue una de las razones por la que convocó el Jubileo del año 2025. "Os agradeceré a vosotros y a la Iglesia que representáis que acompañéis y apoyéis con vuestra oración este año de gracia, para que haya abundantes frutos espirituales. Incluso con vuestra presencia, será muy bueno".
Mirando al aniversario de Nicea, el Papa agradeció a "Su Santidad Bartolomé que me haya invitado a celebrarlo cerca del lugar donde se reunió el Concilio. Es un viaje que deseo hacer, de todo corazón". Y que seguramente traerá frutos en "la senda del amor, de la reconciliación y de la misericordia".