Pide "soluciones compartidas para que la identidad multicultural y religiosa de Jerusalén sea respetada" Francisco clama contra la violencia machista: "Es un amor enfermo, eso no es amor"
"Jesús nos pide que habitemos en su amor, no en nuestras ideas, no en el culto a nosotros mismos; que abandonemos la pretensión de dirigir y controlar a los demás para fiarnos y donarnos a ellos"
"El amor que Jesús nos dona es el mismo con el que el Padre lo ama a Él: amor puro, incondicionado, gratuito. Donándonoslo, Jesús nos trata como amigos, dándonos a conocer al Padre, y nos involucra en su misma misión por la vida del mundo"
"Salir de uno mismo, desprenderse de las propias seguridades humanas, de las comodidades, para abrirse a los demás, especialmente a quienes tienen más necesidad. Significa ponerse a disposición con lo que somos y lo que tenemos. Esto quiere decir amar no de palabra, sino con obras"
"Salir de uno mismo, desprenderse de las propias seguridades humanas, de las comodidades, para abrirse a los demás, especialmente a quienes tienen más necesidad. Significa ponerse a disposición con lo que somos y lo que tenemos. Esto quiere decir amar no de palabra, sino con obras"
"La prepotencia conduce a una degeneración del amor, a abusar de los demás, a hacer sufrir a la persona amada (...). Pienso en el amor enfermo que se transforma en violencia -¡y cuántas mujeres son sus víctimas hoy en día!-. Esto no es amor". Francisco clamó contra la violencia machista en el mundo (y en la Iglesia), que cada año se cobra millones de víctimas en todo el mundo, durante su reflexión del Regina Coeli de este domingo.
En el mismo, tuvo un un especial recuerdo a la situación en Colombia ("estoy muy preocupado por las tensiones y enfrentamientos violentos en Colombia. Hay tantos colombianos aquí presentes... recemos por su patria) y al día de las madres, que se celebra en Italia, Brasil y otros países.
Violencia en Tierra Santa
Bergoglio también mostró su preocupación por la escalada de violencia en Jerusalén. "Rezo para que sea lugar de encuentro y de paz, no de confrontaciones violentas", subrayó, invitando a "buscar soluciones compartidas para que la identidad multicultural y religiosa de la ciudad santa sea respetada. La violencia genera solo violencia. Basta de los enfrentamientos".
Desde la ventana el balcón de los apartamentos pontificios, y ante cada vez más gente (que cumplía las normas de higiene y distancia social, en una soleada mañana romana), Bergoglio reflexionó sobre el pasaje evangélico de la vid y los sarmientos, y el Mandamiento del Amor, invitando a no olvidar que "el fruto es el amor", y Jesús, "que retoma el verbo clave: permanecer. Nos invita a permanecer en su amor para que su alegría esté en nosotros y nuestra alegría sea plena".
Un amor "que fluye" desde el Padre al Hijo, "como el Padre me amó". "El amor que Jesús nos dona es el mismo con el que el Padre lo ama a Él: amor puro, incondicionado, gratuito. Donándonoslo, Jesús nos trata como amigos, dándonos a conocer al Padre, y nos involucra en su misma misión por la vida del mundo", explicó el Papa.
¿Y qué hemos de hacer para permanecer en este amor? "Jesús resumió sus mandamientos en uno solo, este: «Amaos los unos a los otros como yo os he amado». Amar como ama Cristo significa ponerse al servicio de los hermanos, tal como hizo Él al lavar los pies de los discípulos", subrayó el Pontífice. Amar "significa salir de uno mismo, desprenderse de las propias seguridades humanas, de las comodidades, para abrirse a los demás, especialmente a quienes tienen más necesidad. Significa ponerse a disposición con lo que somos y lo que tenemos. Esto quiere decir amar no de palabra, sino con obras".
Decir 'no' a otros amores
Y, también, amar significa tener que elegir, "decir no a otros 'amores' que el mundo nos propone: amor al dinero, al éxito, al poder… Estos caminos engañosos nos alejan del amor al Señor y nos llevan a ser cada vez más egoístas, narcisistas y prepotentes".
"La prepotencia conduce a una degeneración del amor, a abusar de los demás, a hacer sufrir a la persona amada", recalcó Bergoglio, denunciando la violencia machista: "Pienso en el amor enfermo que se transforma en violencia -¡y cuántas mujeres son sus víctimas hoy en día!-. Esto no es amor".
Frente a ello, "amar como ama el Señor quiere decir apreciar a la persona que está a nuestro lado y respetar su libertad, amarla como es, gratuitamente". En definitiva, "Jesús nos pide que habitemos en su amor, no en nuestras ideas, no en el culto a nosotros mismos; que abandonemos la pretensión de dirigir y controlar a los demás para fiarnos y donarnos a ellos", glosó el Papa.
Ser verdaderos testigos consiste en vivir esta alegría, porque la alegría es el signo característico del cristiano. El verdadero cristiano no está triste, tiene esa alegría, también en los momentos difíciles
"La alegría de sabernos amados por Dios a pesar de nuestras infidelidades nos hace afrontar con fe las pruebas de la vida, nos hace atravesar las crisis para salir de ellas siendo mejores. Ser verdaderos testigos consiste en vivir esta alegría, porque la alegría es el signo característico del cristiano" culminó Bergoglio, antes del rezo del Regina Coeli.
Tras el mismo, el Papa también rezó por las víctimas del atentado terrorista de Kabul, y por la beatificación, en Agrigento, del juez Rosario Angelo Livatino, "mártir de la justicia y de la fe", asesinado por "no dejarse corromper" "Que su ejemplo sea para todos, especialmente para los magistrados, para ser custodios de la legalidad y de la libertad".
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