El Papa recuerda a los misioneros que el anuncio del Evangelio debe darse "con urgencia, pero también con gran respeto y amabilidad" Francisco: "No olvidemos nunca que somos enviados a anunciar el Evangelio a todos"
"La Iglesia seguirá yendo más allá de toda frontera, seguirá saliendo una y otra vez sin cansarse o desanimarse ante las dificultades y los obstáculos, para cumplir fielmente la misión recibida del Señor"
"Los discípulos-misioneros lo realizan con gozo, magnanimidad y benevolencia, fruto del Espíritu Santo en ellos; sin forzamiento, coacción o proselitismo; siempre con cercanía, compasión y ternura, aspectos que reflejan el modo de ser y de actuar de Dios"
"Precisamente «los pobres, los lisiados, los ciegos y los paralíticos», es decir, los últimos y los marginados de la sociedad son los invitados especiales del rey"
"Precisamente «los pobres, los lisiados, los ciegos y los paralíticos», es decir, los últimos y los marginados de la sociedad son los invitados especiales del rey"
"Vayan e inviten a todos al banquete". Este es el lema elegido por el Papa Francisco para la Jornada Mundial de las Misiones, que se celebra el 20 de octubre y cuyo mensaje ha sido dado a conocer hoy por la Santa Sede, y que entronca claramente la misión evangelizadora con el proceso sinodal.
Así, el Papa define la misión como "un incansable ir e invitar a la fiesta del Señor". "La misión es un incansable ir hacia toda la humanidad para invitarla al encuentro y a la comunión con Dios". "¡Incansable!", recalca Bergoglio, que recuerda cómo "Dios, grande en el amor y rico en misericordia, está siempre en salida al encuentro de todo hombre para llamarlo a la felicidad de su Reino, a pesar de la indiferencia o el rechazo".
Misioneros hacia fuera, y hacia dentro
Por esto, "la Iglesia seguirá yendo más allá de toda frontera, seguirá saliendo una y otra vez sin cansarse o desanimarse ante las dificultades y los obstáculos, para cumplir fielmente la misión recibida del Señor", añade el Papa, quien agradece a los misioneros y misioneras que "han dejado todo para ir lejos de su patria y llevar la Buena Noticia allí donde la gente todavía no la ha recibido o la ha acogido recientemente", al tiempo que recuerda que "todo cristiano está llamado a participar en esta misión universal con su propio testimonio evangélico en todos los ambientes".
"¡Que todos nosotros, los bautizados, estemos dispuestos a salir de nuevo en misión, cada uno según la propia condición de vida, para iniciar un movimiento misionero, como en los albores del cristianismo!", implora Francisco, quien también recuerda que la invitación debe darse "con urgencia, pero también con gran respeto y amabilidad".
"Los discípulos-misioneros lo realizan con gozo, magnanimidad y benevolencia, fruto del Espíritu Santo en ellos; sin forzamiento, coacción o proselitismo; siempre con cercanía, compasión y ternura, aspectos que reflejan el modo de ser y de actuar de Dios", recalca el Pontífice, quien vuelve a incidir en su ya clásico 'todos, todos, todos'. "Mientras el mundo propone los distintos “banquetes” del consumismo, del bienestar egoísta, de la acumulación, del individualismo; el Evangelio, en cambio, llama a todos al banquete divino donde, en la comunión con Dios y con los demás, reinan el gozo, el compartir, la justicia y la fraternidad".
Una invitación que tiene su culmen en la Eucaristía, y que Francisco quiso vincular, también, al Jubileo de 2025. "Deseo invitar a todos a intensificar ante todo la participación en la misa y la oración por la misión evangelizadora de la Iglesia.".
Todos están llamados
Finalmente, el Papa se refiere a los "destinatarios" del mensaje del Evangelio. "Aún hoy, en un mundo desgarrado por divisiones y conflictos, el Evangelio de Cristo es la voz dulce y fuerte que llama a los hombres a encontrarse, a reconocerse hermanos y a gozar de la armonía en medio de las diferencias", señala Francisco, insistiendo en que "no olvidemos nunca, en nuestras actividades misioneras, que somos enviados a anunciar el Evangelio a todos, y «no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable»".
"Los discípulos-misioneros de Cristo llevan siempre en su corazón la preocupación por todas las personas de cualquier condición social o incluso moral", insiste Bergoglio, quien hace hincapié en que "precisamente «los pobres, los lisiados, los ciegos y los paralíticos», es decir, los últimos y los marginados de la sociedad son los invitados especiales del rey".
"La misión universal requiere el compromiso de todos. Por eso es necesario continuar el camino hacia una Iglesia al servicio del Evangelio completamente sinodal-misionera", añade el Papa, apuntando que "la sinodalidad es de por sí misionera y, viceversa, la misión es siempre sinodal". Por eso, anuncia, "las colectas de la Jornada Mundial de las Misiones, en todas las Iglesias locales, están enteramente destinadas al Fondo Universal de Solidaridad que la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe distribuye después, en nombre del Papa, para las necesidades de todas las misiones de la Iglesia".
Etiquetas