❤ Soy hijo de Dios, Somos hijos de Él. ¡Somos de origen divino!

¡Si creemos esto, creeremos en Todo!

¡Somos de origen divino!
De donde nace todo lo bueno, bello y verdadero.
La Belleza, Misericordia, La perfecta Alegría.

Soy de mi Padre Dios
No de mi Padre carnal.
¡Nací aquí, pero mi origen, mi DNI y pasaporte es divino!

Nací aquí, viviré aquí por una temporada, moriré y regresaré a mi origen, a la casa verdadera, la de mi padre y mis hermanos.

Aquí encontraré a mi Padre,
Me reuniré con él.

Conoceré al que me dio la vida.
Escucharé sus palabras y le haré muchas preguntas.

Me presentará a mi hermano Jesús
Y me fiaré de él, porque mi Padre así me lo ha dicho.

¡Y ya dejaré de tener miedo!

Nací aquí, no soy del barro, ni de sus Ídolos.
Todo lo que soy y tengo, es de mi Padre.
Y por eso me parezco un poco a mi hermano mayor Jesús, por ser mi hermano.

Seguiré a mi hermano 
Le cogeré de su mano, como el hermano menor, y me fiaré de él.

¡Deberé estar un tiempo aquí!
Y hacer lo que su padre le dijo a mi hermano, y él me lo dice a mí.
"Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo"

¡Mi origen no es por un sueño, ni es sueño, es Divino!
Nadie aquí puede confirmarlo
Si no es hermano de Jesús.

¡El espíritu me lo confirma, el espíritu no es un sueño triste, es la perfecta Alegría que nunca está dormida!

Creernos en la Esperanza, y seremos esperanza viva, como él

Creernos en la Fe, y seremos Fe viva, como él

Creernos en la Caridad, para ser Caridad perfecta, como el Salvador.

¡Qué descanso, que alegría, ser Esperanza, Fe, y Caridad perfecta!
En el Padre y el hijo y El Espíritu Santo.

Si creemos en esto, podremos vivir
todo esto, y hacer de esto nuestra perfecta Alegría
para llevar a todos nuestros hermanos
la gran noticia de la buena nueva.
¡ El Evangelio de Jesús de Nazaret
Pobre y Resucitado !


Si de Verdad creemos en todo esto,
creerán en nosotros y muchos querrán
seguirnos.
¡Seremos testigos de él!

Si no creemos en esto, no creemos en el Salvador, no haremos nada y así hasta el final de nuestros días...

Merece la pena y mucho, el ser uno con Jesús
Aceptar ser hijo del Padre
y saber que la fuerza del Espíritu Santo, nos habita y nos guia en este mundo del Salvador.

Soy de origen divino
Soy misterio del Padre.
Soy espíritu y soy carne mortal.

Dándome a conocer, dejaré de ser misterio, porque él me acompaña desde siempre, para hacer por siempre su perfecta voluntad.