"Negra sombra que me asombras... (12-III-2018)
Este domingo, a última hora, se desvelaba el tenso misterio de la desaparición sin rastro del “pequeño Gabriel”; un suceso que ha traído de cabeza, por diez días, a la entera Seguridad del Estado y puesto en vilo, en una “alarma social” sin precedentes –no por reiterada en tiempos revueltos y líquidos como éstos, menos aguda esta vez- a la parte “sana” –que, gracias a Dios, aún es mucha- de la entera sociedad española.
Esta mañana, los hechos hasta el momento comprobados, llenaban el aire, tanto de emociones contenidas y condolencias de casi todo el mundo, como de cábalas y aventurerismo en algunos casos, y de estupidez incluso en algún comentario de los que confunden la velocidad con el tocino como el apunte de una escritora en las “redes o el rebuzno –por no llamarlo de otro modo- de un portavoz, o lo que sea, de Podemos, en las mismas “redes”, que enseguida retiró alarmado por el pésimo efecto producido. Casi siempre da en el clavo quien jocosamente dijo que “el burro, cuando finge ser caballo, tarde o temprano rebuzna”.
Fuera de estos “esperpentos” o salidas de “pata de banco”, la inmensa mayoría de los españoles hoy nos hemos sentido gravemente ofendidos y humillados en nuestra propia dignidad.
Antes de irme a unas reflexiones hondas sobre tan espeluznante suceso que escarnece y mancha todo el hilado de una sociedad seria y comprometida con los derechos humanos –trataré de hacerlo cuando pases unos días, el relato esté cerrado y se enfríen algo las aguas-, hoy sólo pongo al aire de mis reflexiones dos o tres apuntes que inviten sólo a pensar un poco a quienes me lean. Como digo, aunque haya datos ya ciertos, el relato de los hechos no está completo y las reservas y las esperas son obligadas.
La presunta homicida o asesina, cogida “in fraganti” con el cuerpo del niño en el maletero de su automóvil, es “la novia” del padre del “pequeño Gabriel”. La “novia” han dicho algunos, otros la llaman su actual “pareja”: tanto monta.
Es circunstancia que da para pensar y da que pensar –me parece-, tanto si se tienen “principios” sobre familia y matrimonio, como si -a lo Groucho Marx- se baila al son de los principios que marcan los timbales del tiempo. ¿No suelen ser los niños, casi siempre, en estos líos de familias “rotas”, “líquidas” y “pos-modernas” los “paganos” auténticos de las nuevas “modernidades”?
Se puede, si se quiere, pensar en ello. Y puede que no sea un atraso hacerlo: por catarsis social.
Otro apunte, a bote pronto también, he de referirlo a la Guardia civil y restantes Fuerzas de Seguridad del Estado; eficientes donde las haya; denostadas –lo estamos viendo en algunas periferias de nuestra “piel de toro”; y beneméritas por ambas laderas. Para mí gusto, un servidor del orden pçublico y social –y en concreto, nuestros servidores de la seguridad ciudadana-, si algo merecen, es por un lado la misma igualdad que pedían con toda justicia las mujeres en las manifestaciones del Día Mundial de la mujer. y, por otro, un respeto, una gratitud y el reconocimiento público de que, sin ellos, la tan maltratada ya vida en sociedad y en convivencia, sería todavía más arriesgada e infumable de lo que ya está siendo como se ve por los tan reiterados atentados a la dignidad humana como ven a diario; de las mujeres, pero también de otros más, como los niños o los menesterosos de cualquier clase y condición. Que no se vaya a pensar o creer que son las mujeres tan sólo quienes sufren injusticias y mal trato!.
¿No es hora, pues, de reconocerles lo que se merecen y a lo que tienen derecho por justicia y razón nuestros Cuerpos y Fuerzas de la seguridad del Estado?
Y esto otro que esta mañana saltaba en el aire como un reto o dardo dirigido a todos los del ”por el uno me entra y por el otro me sale”, al buen recado del ser utilitario a costa de lo que sea. Vale para tiempos de democracia y de “demócratas” que se llaman a sí mismos “de toda la vida”. Esta mañana saltaba en el aire como como un reto o dardo caliente.
Tras este otro “batacazo” social, fulminante, del pequeño Gabrial rondaba el aire de los mentideros de villa y corte este interrogante. ¿Habrá alguien, en su sano juicio, que siga instando la derogación de ese artículo del Código penal, que estableció en 2015 –en consonancia con la mejor verdad y justicia y como tienen establecido los pueblos más cultos, más democráticos y más respoetuosos con los derechos humanos en Europa y en el mundo- la PPR o Prtisión Permanente revisable para casos en que la infamia o la crueldad inaudita o la soberana desvergüenza del criminal hace suponer o presumir, a partir de indicios más vehementes que el viento de estos días pasadps, que sus personalidades anómalas no tienen arreglo, por “buenismo” que se les quiera volcar encima? ¿Habrá un demócrata que siga defendiendo lo que a la mayorìa del pueglo repugna?
Un tertuliado -Chencho Arias- pensaba que sí; que habría quienes seguirán -el próximo jueves- “erre que erre”, pensando para sí lo que Luis XIV pensaba del Estado: que “el pueblo” son ellos; que, pasado el primer hervor que les impone cierto recato, volverán a lo suyo. Seguirán y lo veremos muy pronto. Tan pronto como se abajen lun poco las emociones de hoy y de mañana o pasado...
Esta mañana he oido también a Patricia, la madre del niño. Sobrecogedor su mensaje. No saquemos a relucir los odios cuando están a punto de vencernos las furias. Es evangélico y muy cívico tratar de vencer al mal con el bien. Es el “Vince in bono mañum”, del evangelio de
Por vía de urgencia, baste por hoy con esto. Por añoranza tal vez de un mundo menos atrabiliario, me voy un momento a escuchar el si par “Negra sombra” de la sin par Rosalìa de Castro, interpretado esta vez por la sin par Luz Casal.
“Cando penso que te fuches, negra sombra que me asombras, o pé dos meus cabezales tornas facéndome mofa … Cando penso que te fuches, negra sombra que me asombras, nin me dexarás nunca sombra que sempre me asombras”.
SANTIAGO PANIZO ORALLO
Esta mañana, los hechos hasta el momento comprobados, llenaban el aire, tanto de emociones contenidas y condolencias de casi todo el mundo, como de cábalas y aventurerismo en algunos casos, y de estupidez incluso en algún comentario de los que confunden la velocidad con el tocino como el apunte de una escritora en las “redes o el rebuzno –por no llamarlo de otro modo- de un portavoz, o lo que sea, de Podemos, en las mismas “redes”, que enseguida retiró alarmado por el pésimo efecto producido. Casi siempre da en el clavo quien jocosamente dijo que “el burro, cuando finge ser caballo, tarde o temprano rebuzna”.
Fuera de estos “esperpentos” o salidas de “pata de banco”, la inmensa mayoría de los españoles hoy nos hemos sentido gravemente ofendidos y humillados en nuestra propia dignidad.
Antes de irme a unas reflexiones hondas sobre tan espeluznante suceso que escarnece y mancha todo el hilado de una sociedad seria y comprometida con los derechos humanos –trataré de hacerlo cuando pases unos días, el relato esté cerrado y se enfríen algo las aguas-, hoy sólo pongo al aire de mis reflexiones dos o tres apuntes que inviten sólo a pensar un poco a quienes me lean. Como digo, aunque haya datos ya ciertos, el relato de los hechos no está completo y las reservas y las esperas son obligadas.
La presunta homicida o asesina, cogida “in fraganti” con el cuerpo del niño en el maletero de su automóvil, es “la novia” del padre del “pequeño Gabriel”. La “novia” han dicho algunos, otros la llaman su actual “pareja”: tanto monta.
Es circunstancia que da para pensar y da que pensar –me parece-, tanto si se tienen “principios” sobre familia y matrimonio, como si -a lo Groucho Marx- se baila al son de los principios que marcan los timbales del tiempo. ¿No suelen ser los niños, casi siempre, en estos líos de familias “rotas”, “líquidas” y “pos-modernas” los “paganos” auténticos de las nuevas “modernidades”?
Se puede, si se quiere, pensar en ello. Y puede que no sea un atraso hacerlo: por catarsis social.
Otro apunte, a bote pronto también, he de referirlo a la Guardia civil y restantes Fuerzas de Seguridad del Estado; eficientes donde las haya; denostadas –lo estamos viendo en algunas periferias de nuestra “piel de toro”; y beneméritas por ambas laderas. Para mí gusto, un servidor del orden pçublico y social –y en concreto, nuestros servidores de la seguridad ciudadana-, si algo merecen, es por un lado la misma igualdad que pedían con toda justicia las mujeres en las manifestaciones del Día Mundial de la mujer. y, por otro, un respeto, una gratitud y el reconocimiento público de que, sin ellos, la tan maltratada ya vida en sociedad y en convivencia, sería todavía más arriesgada e infumable de lo que ya está siendo como se ve por los tan reiterados atentados a la dignidad humana como ven a diario; de las mujeres, pero también de otros más, como los niños o los menesterosos de cualquier clase y condición. Que no se vaya a pensar o creer que son las mujeres tan sólo quienes sufren injusticias y mal trato!.
¿No es hora, pues, de reconocerles lo que se merecen y a lo que tienen derecho por justicia y razón nuestros Cuerpos y Fuerzas de la seguridad del Estado?
Y esto otro que esta mañana saltaba en el aire como un reto o dardo dirigido a todos los del ”por el uno me entra y por el otro me sale”, al buen recado del ser utilitario a costa de lo que sea. Vale para tiempos de democracia y de “demócratas” que se llaman a sí mismos “de toda la vida”. Esta mañana saltaba en el aire como como un reto o dardo caliente.
Tras este otro “batacazo” social, fulminante, del pequeño Gabrial rondaba el aire de los mentideros de villa y corte este interrogante. ¿Habrá alguien, en su sano juicio, que siga instando la derogación de ese artículo del Código penal, que estableció en 2015 –en consonancia con la mejor verdad y justicia y como tienen establecido los pueblos más cultos, más democráticos y más respoetuosos con los derechos humanos en Europa y en el mundo- la PPR o Prtisión Permanente revisable para casos en que la infamia o la crueldad inaudita o la soberana desvergüenza del criminal hace suponer o presumir, a partir de indicios más vehementes que el viento de estos días pasadps, que sus personalidades anómalas no tienen arreglo, por “buenismo” que se les quiera volcar encima? ¿Habrá un demócrata que siga defendiendo lo que a la mayorìa del pueglo repugna?
Un tertuliado -Chencho Arias- pensaba que sí; que habría quienes seguirán -el próximo jueves- “erre que erre”, pensando para sí lo que Luis XIV pensaba del Estado: que “el pueblo” son ellos; que, pasado el primer hervor que les impone cierto recato, volverán a lo suyo. Seguirán y lo veremos muy pronto. Tan pronto como se abajen lun poco las emociones de hoy y de mañana o pasado...
Esta mañana he oido también a Patricia, la madre del niño. Sobrecogedor su mensaje. No saquemos a relucir los odios cuando están a punto de vencernos las furias. Es evangélico y muy cívico tratar de vencer al mal con el bien. Es el “Vince in bono mañum”, del evangelio de
Por vía de urgencia, baste por hoy con esto. Por añoranza tal vez de un mundo menos atrabiliario, me voy un momento a escuchar el si par “Negra sombra” de la sin par Rosalìa de Castro, interpretado esta vez por la sin par Luz Casal.
“Cando penso que te fuches, negra sombra que me asombras, o pé dos meus cabezales tornas facéndome mofa … Cando penso que te fuches, negra sombra que me asombras, nin me dexarás nunca sombra que sempre me asombras”.
SANTIAGO PANIZO ORALLO