LA ASPIRACIÓN PARA CONSEGUIR LA PAZ.

LA ASPIRACIÓN PARA CONSEGUIR LA PAZ.

La paz no es solamente ausencia de guerra, sino que la verdadera paz se cimenta en la justicia y en la solidaridad. Desde este planteamiento ético, la desigualdad socio-económica entre las distintas partes del planeta y la división entre países desarrollados y países en vías de desarrollo son un atentado contra la misma existencia de la paz.

La denuncia de la guerra como un "azote" que obstaculiza la estabilidad y el equilibrio cultural de los pueblos, es urgente en este tiempo nuestro. Esta denuncia conlleva al mismo tiempo la desautorización de la carrera de armamentos. Afirmar que la auténtica paz debe ir unida a la justicia, no solamente personal o individual sino colectiva y planetaria, es atacar la “ley de la selva”, es decir, el dominio de los más fuertes o más adinerados en una sociedad dejando al margen y en desigualdad de oportunidades a los menos favorecidos.

La aspiración para conseguir la paz entre los pueblos ha sido uno de los ideales y utopías del hombre. Sin embargo, esta misma aspiración contrasta con la realidad mundial y con la misma memoria histórica de la existencia humana en nuestro diminuto planeta.

¡Verdaderamente necesitamos reclamar una época donde la justicia sea la carta de presentación de los pueblos y la paz sea la credencial de las personas!
¡Verdaderamente necesitamos un amanecer donde la violencia sea silenciada y ocultada en la más oscura mazmorra!
¡Si, “No hay camino para la paz, la paz es el camino” (Mahatma Gandhi)! ¡Cómo resuena las palabras de Cristo en esta época tan sellada de violencia: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9)!
La auténtica paz debe ir unida necesariamente a la solidaridad y a la preocupación por el bien de los demás, en especial de las grandes masas de pobres que se hallan dispersos por el planeta. ¡Y cómo bien decía Antoine de Saint-Exupery: “Si queremos un mundo de paz y de justicia hay que poner decididamente la inteligencia al servicio del amor”.

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