EN BUSCA DE LA NAVIDAD PERDIDA.

EN BUSCA DE LA NAVIDAD PERDIDA.

La Navidad nos recuerda que toda la historia de la Humanidad ha nacido de una Alianza, un pacto de amor en beneficio de la felicidad y la compasión.
La Navidad nos reconcilia con los mejores deseos y con lo mejor de lo humano, porque en Jesucristo, el niñito de Belén, Dios y el hombre se abrazan en lo más íntimo.
La Navidad es el anhelo íntimo por “un mundo nuevo y una tierra nueva”, sellado en nuestra propia psique con la justicia y la solidaridad.
La Navidad nos llama a cuidar la oración y a descubrir deseos profundos de austeridad y la limosna, antídoto contra la avaricia y la ambición.
La Navidad es dar la acogida a cualquier prójimo, especialmente al más necesitado, en nuestro caminar diario, demasiado cargado de individualismo y falta de sensibilidad al otro.
¡Navidad cristiana es decir no a todo aquello que a menudo contrasta con el Evangelio y con la dignidad de la persona humana!

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