El papa Francisco y el diálogo interreligioso
Al Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso no le ha faltado el impulso de los sucesores de Pedro: la Jornada de Oración por la Paz en Asís (1986), convocada por san Juan Pablo II fue un hito en el diálogo interreligioso. Como luego el Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado el 4 de febrero de 2019 en Abu Dhabi por el papa Francisco y el imán Al-Tayyeb, y en 2020 la encíclica Fratelli tutti.
Durante el viaje del papa Francisco a Marruecos (30-31.3.2019) hubo grandes momentos de comunión espiritual, incluido el concierto de la Orquesta Sinfónica de Marruecos: se cantaron al unísono oraciones musulmanas (Allahu akbar), judías (Adonai) y cristianas (Ave María).
El director editorial del Dicasterio para las Comunicaciones de la Santa Sede, Andrea Tornielli, aseguraba el 10 de marzo de 2021 que "hay un hilo rojo que une tres importantes intervenciones del papa Francisco en relación con el diálogo interreligioso y en particular con el Islam": el papel de la religión en nuestras sociedades, el criterio de la auténtica religiosidad y el camino concreto para caminar como hermanos y construir la paz.
El director editorial del Dicasterio para las Comunicaciones de la Santa Sede, Andrea Tornielli, aseguraba el 10 de marzo de 2021 que "hay un hilo rojo que une tres importantes intervenciones del papa Francisco en relación con el diálogo interreligioso y en particular con el Islam": el papel de la religión en nuestras sociedades, el criterio de la auténtica religiosidad y el camino concreto para caminar como hermanos y construir la paz.
Para entender adecuadamente el titular de este artículo, es preciso primero conocer bien la intrahistoria del Pontificio Consejo homónimo. Como Secretariado para los no cristianos, fue instituido por el papa Pablo VI, el 19 de mayo de 1964, con el Breve Progrediente Concilio, antes de la promulgación de la Declaración Conciliar "Nostra aetate" (1965) y de la clausura del Concilio Vaticano II (8.12.1965).
Ya entonces, sin embargo, se sentía la necesidad de lo que tanto repite ahora el papa Francisco al hablar de una Iglesia en salida que dialogue con el mundo, en particular con los miembros de otras tradiciones religiosas. En 1988, de acuerdo con la Constitución Apostólica Pastor Bonus, el Secretariado se convirtió en lo que sigue siendo hoy: Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso (PCDI).
Desde su creación, no ha cesado de crecer volviéndose a la vez más preciso. Viene de atrás su costumbre de enviar mensajes de felicitación, por ejemplo, a los musulmanes en el mes de Ramadán, a los budistas en la fiesta del Vesakh o Hanamatsuri, a los hindúes en la fiesta del Deepavali, a la comunidad jain con motivo del Mahavir Jayanti, y a la comunidad sikh con motivo del Prakash Diwas.
Por otra parte, ha mantenido durante muchos años relaciones constantes con la Oficina similar para el Diálogo Interreligioso del Consejo Ecuménico de las Iglesias y colabora con ella en iniciativas de estudio y promoción del diálogo.
Por supuesto que no le ha faltado el impulso de los sucesores de Pedro: la Jornada de Oración por la Paz en Asís (1986), convocada por san Juan Pablo II fue un hito en el diálogo interreligioso. Como luego el Documento sobre la Fraternidad Humana para la Paz Mundial y la Convivencia Común, firmado el 4 de febrero de 2019 en Abu Dhabi por el papa Francisco y el imán Al-Tayyeb, y en 2020 la encíclica Fratelli tutti.
El 22 de octubre de 1974, san Pablo VI creaba la Comisión para las Relaciones Religiosas con los Musulmanes con el fin de promover las relaciones religiosas entre musulmanes y católicos. El PCDI siempre ha tratado de establecer relaciones regulares con las instituciones y organizaciones musulmanas para fomentar el conocimiento mutuo y la confianza, la amistad y la cooperación. De hecho, se han alcanzado acuerdos con diversas instituciones, tanto suníes como chiíes, con sede en países islámicos o de mayoría musulmana.
El papa Francisco ha suministrado abundante material para ampliar el diálogo islámico-cristiano. Además del citado Documento sobre la Hermandad Humana y la encíclica Fratelli tutti, en 2019 visitó en menos de 60 días dos países, Emiratos Árabes Unidos y Marruecos, donde el Islam es fuertemente mayoritario. Del 5 al 8 de marzo de 2021, visitó Irak. Y en agosto de 2019 se constituyó el Comité Superior de Fraternidad Humana para difundir los valores contenidos en el Documento homónimo, uno de cuyos resultados salientes fue la proclamación el 4 de febrero de 2021 por la ONU del Día Internacional de la Fraternidad Humana, que se celebrará el 4 de febrero de cada año.
Desde 1995 se organizan regularmente conversaciones cristiano-budistas. El Dicasterio participa regularmente en la Cumbre de las Religiones que, desde 1987, tras la Jornada de Oración por la Paz de 1986 en Asís, se concita cada año en el Monte Hiei (Kioto), centro histórico del budismo Tendai. Y desde el Vaticano II son frecuentes los encuentros con el movimiento budista laico Rissho Kosei-kai.
El Dicasterio ha promovido también coloquios cristiano-taoístas, y con el confucianismo. Tampoco faltan con los seguidores del sintoísmo. Desde hace tiempo mantiene contactos con diversas organizaciones hindúes en India, Estados Unidos e Italia. Hay asimismo, en fin, excelente cooperación con el jainismo, en particular con el Instituto de Jainología en Londres. Todas estas tradiciones religiosas están sin duda abiertas al diálogo con la Iglesia católica. Con motivo del Viaje Apostólico en 2019, el papa Francisco propuso el tema de la fraternidad humana a países como Tailandia y Japón.
“El diálogo interreligioso -ha llegado a decir el Papa Francisco- es la respuesta a las plagas del mundo”, convencido de que “en el mundo precario de hoy, el diálogo entre las religiones no es un signo de debilidad”. “Las religiones, de modo especial, no pueden renunciar a la tarea urgente de construir puentes entre los pueblos y las culturas”. Ha llegado el momento de que «las religiones se empeñen más activamente, con valor y audacia y sinceridad, en ayudar a la familia humana a madurar la capacidad de reconciliación, la visión de esperanza y los itinerarios concretos de paz» (4 febrero 2019).
El diálogo es una cuestión crucial en esta era de la globalización. De ahí la misión del PCDI: promover "entre todos los hombres una verdadera búsqueda de Dios", considerando a las personas de otras religiones no de modo abstracto, sino concreto, con una historia, deseos, heridas y sueños”. “Entre la indiferencia egoísta y la protesta violenta hay una opción siempre posible: el diálogo”.
Durante su viaje a Marruecos (30-31.3.2019), Francisco llamó una vez más al diálogo y la fraternidad entre las tres religiones abrahámicas (Judaísmo, Cristianismo, Islam), única forma de superar el odio y la división. Durante este viaje hubo grandes momentos de comunión espiritual, incluido el concierto de la Orquesta Sinfónica de Marruecos: se cantaron al unísono oraciones musulmanas (Allahu akbar), judías (Adonai) y cristianas (Ave María).
El director editorial del Dicasterio para las Comunicaciones de la Santa Sede, Andrea Tornielli, aseguraba el 10 de marzo de 2021 que "hay un hilo rojo que une tres importantes intervenciones del papa Francisco en relación con el diálogo interreligioso y en particular con el Islam": el papel de la religión en nuestras sociedades, el criterio de la auténtica religiosidad y el camino concreto para caminar como hermanos y construir la paz.
Tornielli detalla que se pueden encontrar en los discursos de Francisco en Azerbaiyán (2016), Egipto (2017) e Irak, cuando la cita en Ur de los Caldeos, la ciudad de Abraham (2021).
El primer discurso tuvo como interlocutores a los chiítas azerbaiyanos y a las demás comunidades religiosas del país. El segundo, principalmente a los musulmanes sunitas egipcios. Y el tercero, a un público interreligioso más amplio aunque de mayoría musulmana, incluyendo además de los cristianos a los representantes de las antiguas religiones mesopotámicas.
Lo que Francisco propone es una llamada a ser fiel a la propia identidad religiosa para rechazar cualquier instrumentalización de la religión que fomente odio, división, terrorismo, discriminación, y, al mismo tiempo, para dar testimonio en las sociedades cada vez más secularizadas de que necesitamos a Dios.
En Bakú, ante el jeque de los musulmanes del Cáucaso y representantes de otras comunidades religiosas del país, Francisco recordó la "gran tarea" de las religiones: "acompañar a los hombres en la búsqueda del sentido de la vida, ayudándoles a comprender que las capacidades limitadas del ser humano y los bienes de este mundo no deben convertirse nunca en absolutos". En El Cairo, al intervenir en la Conferencia Internacional por la Paz promovida por el Gran Imán de Al Azhar Al Tayyeb, había dicho que el monte Sinaí "nos recuerda ante todo que una auténtica alianza en la tierra no puede prescindir del Cielo, que la humanidad no puede proponerse encontrarse en paz excluyendo a Dios del horizonte, ni puede subir a la montaña para tomar posesión de Dios".
Los tres discursos papales indican así el papel de la religiosidad hoy en día en un mundo en el que prevalece el consumismo y el rechazo de lo sagrado, y en el que se tiende a relegar la fe a la esfera privada. Pero es necesaria, explica Francisco, una religiosidad auténtica, que nunca separe la adoración a Dios del amor a los hermanos.
El papa Francisco, siguiendo los pasos de sus predecesores, ha promovido él mismo el diálogo en numerosas ocasiones, nos anima hoy a seguir en el camino de la fraternidad junto a todos los hombres de buena voluntad. El PCDI ofrece información, documentos, extractos de los discursos del Papa en www.pcinterreligious.org, así como el Boletín Pro Diálogo, que se puede descargar. A él remito gustosamente a mis lectores, si pretenden, ojalá, profundizar en la gestión interreligiosa del papa Francisco. ¡Admirable!
El papa Francisco -no se pierda de vista el detalle- ha puesto al frente de este Dicasterio al cardenal sevillano Miguel Ángel Ayuso Guixot, misionero comboniano, profesor, escritor, teólogo, arabista e islamólogo y alma de los movimientos papales en Egipto, Irak y Emiratos Árabes. En definitiva, del actual empuje del diálogo interreligioso en la Iglesia católica.