Sebastiá Taltavull será el administrador apostólico y preparará un informe sobre la diócesis El Papa cesa a Javier Salinas como obispo de Mallorca y lo envía de auxiliar de Cañizares a Valencia
(Jesús Bastante).- Javier Salinas ya no es obispo de Mallorca. La Santa Sede acaba de comunicar su cese de la diócesis balear, nombrando como administrador apostólico al obispo auxiliar de Barcelona, Sebastiá Taltavull. Una marcha, la de Salinas, anunciada desde que hace meses surgiera el escándalo de su "amistad especial" con su ex secretaria, Sonia Valenzuela, y que provocó una denuncia de su entonces marido ante Nunciatura.
Tal y como adelantó Religión Digital, el nuevo destino del hasta ahora obispo de Mallorca será Valencia, donde recalará como obispo auxiliar del cardenal Cañizares. Una degradación en toda regla, que, según las fuentes consultadas, el prelado quiso evitar a toda costa. Para Roma, ésta es la única salida digna que podía ofrecérsele al prelado, pues Francisco ha eliminado la "patada hacia Roma" tan usual en otras épocas. Salinas, por su parte, tras entrevistarse en varias ocasiones con el Nuncio y con responsables vaticanos, no logró convencerles de que las aguas ya se habían calmado y que su polémica relación ya no era carne de cotilleo.
El procedimiento es el habitual en estos casos. Oficialmente, el Papa "acepta la renuncia" presentada por monseñor Salinas. Lo que cambia es el destino: en lugar de jubilarle (tiene 68 años, siete menos de los estipulados) lo "envía" a la diócesis de Valencia en calidad de obispo auxiliar. Salinas será el tercer obispo auxiliar de Valencia, tras Esteban Escudero (quien también pasó de obispo residencial -Palencia- a auxiliar, aunque en este caso sin polémica), y Arturo Ros.
Sí resulta novedoso el modo empleado para su sucesión. En lugar de nombrar un administrador apostólico entre los sacerdotes de la diócesis, o designar directamente un nuevo obispo, el Papa ha optado por colocar a Sebastiá Taltavull, obispo auxiliar de Barcelona, al frente de la diócesis, pero no como obispo, sino como administrador.
Una figura sin parangón en la historia reciente de la Iglesia española, pues Taltavull continuará como auxiliar de Omella -el futuro del prelado balear dependerá directamente de lo que decida el arzobispo de Barcelona, que también es miembro de la Congregación de Obispos-, mientras lleva a cabo un informe del estado de la diócesis, paso previo al nombramiento de nuevo obispo. Hay que recordar que, de las tres las diócesis baleares (Mallorca, Menorca e Ibiza), sólo ésta última tiene obispo en activo.
La historia de Javier Salinas es bien conocida: hace nueve meses, el prelado fue llamado a consultas al Vaticano después de que Nunciatura recibiera varias denuncias, acompañadas de imágenes "comprometedoras", efectuadas por un detective contratado por el marido de su ex secretaria, el empresario Mariano de España. En las mismas, De España dejaba entrever una relación sexual consentida entre el obispo y su mujer.
Así, en la denuncia se adjuntan mensajes de teléfono con cierto contenido amoroso, y fotografías captadas de las entradas y salidas de ambos en horario no laboral. Una relación que, según diversas fuentes, se mantiene.
En su momento, el prelado quiso salir al paso del escándalo, señalando "no tener conciencia de haber actuado en contra de la Doctrina de la Iglesia católica", y desmintiendo, en declaraciones a Cope Mallorca, haber mantenido una "relación inapropiada" con la que fuera su secretaria.
Finalmente, tuvo que confesar que, incluso, llegaron a intercambiarse un anillo. El prelado, no obstante, aseguraba no estar enamorado y ha negado que los anillos que en su día se intercambiaron como regalo fue por un motivo religioso, tras crear un grupo de oración formado por ellos dos, y no por razones sentimentales
Salinas reconocía la existencia de los encuentros y la fotografías que, en su opinión "no demuestran nada". "Siempre he actuado desde una actitud de confianza con aquellas personas con las que colaboro y de limpieza en nuestra relación", concluyó.
Al parecer, el Papa no ha terminado de creerle, y ha decretado su marcha de Mallorca... aunque no su cese definitivo. Algunas fuentes apuntan a que esto "es más castigo que su jubilación", porque "en Valencia, Salinas seguirá llevando este estigma. Y encima, como auxiliar".