"Hoy es necesaria una nueva mirada de la Iglesia sobre la familia" El Nuncio pide a los obispos un "testimonio contundente de que nos afecta el dolor de las víctimas"
Que "surja realmente una experiencia de participación, para construir pueblo y familia, con la actitud de la corresponsabilidad, del estar y caminar juntos, y el compromiso en la caridad mutua y la atención a los más débiles y vulnerables"
"Es la forma de operar, en un tema tan sensible y delicado, con seguridad, con garantía de efectividad y con unanimidad de dirección y criterio, uniendo los esfuerzos de todos"
| Bernardito Auza
Emmo. Señor Cardenal Presidente,
Emmos. Señores Cardenales,
Excmos. Señores Arzobispos y Obispos,
Hermanos y Hermanas:
Al comenzar la ciento dieciocho Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, tengo el honor de dirigirme a todos ustedes. Les transmito el saludo y la bendición del Santo Padre, así como a las Iglesias particulares que ustedes presiden en la caridad.
Viendo los puntos a tratar en la Asamblea que se abre, deseo mencionar una de las más altas expresiones de comunión del colegio episcopal con su Cabeza. Me refiero a la Visita Ad limina Apostolorum. Les doy sentidas gracias por la diligencia en la preparación del encuentro con el Santo Padre y la atención que está prestándoles al respecto la Secretaría General de esta Conferencia Episcopal.
Gracias, muy sentidas, de parte del Santo Padre a cada uno de ustedes, porque, acogiendo su llamado, tras la apertura que el mismo Sumo Pontífice realizó el pasado 10 de octubre en Roma, sobre el tema “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”, cada uno de ustedes procedió, el 17 del mismo pasado mes, a dar inicio, en cada una de las comunidades diocesanas, a la presente etapa sinodal. Como pide el Santo Padre, nadie puede sentirse al margen de este camino. En este sentido me alegra que, como expresión práctica de ayuda mutua y unión de sentir en el mismo trabajo, la presente Asamblea tratará sobre la “puesta en marcha del itinerario del próximo Sínodo de los Obispos”. Les exhorto y hago mis mejores votos de que, implorando al Espíritu Santo, buscando los frutos que el Santo Padre ardientemente desea para toda la Iglesia Universal, con el impulso de cada uno de ustedes, en la escucha de los fieles laicos, miembros de la vida consagrada, religiosas, religiosos y clérigos, y las instituciones diocesanas, surja realmente una experiencia de participación, para construir pueblo y familia, con la actitud de la corresponsabilidad, del estar y caminar juntos, y el compromiso en la caridad mutua y la atención a los más débiles y vulnerables.
El mismo Papa, el pasado viernes en Asís, con ocasión de la Jornada Mundial de los Pobres, ofrecía con su gesto este sentido de sinodalidad, de cercanía particular hacia los que no cuentan. Ellos, desde el testimonio, compartieron sus experiencias en las que se lee el paso de Dios por sus vidas. Sus palabras son la respuesta agradecida y generosa de aquel que ha encontrado el bien, que ha encontrado, en el gesto entregado, al Señor. Usando de este modo, el Papa “dio voz” a los pobres, que evangelizaron al mostrar que, a pesar del mal, Dios mismo también se refleja en las entrañas humanas. El Papa lo reconoció: “nos sentimos atraídos por esta sencillez de corazón y de vida: es el atractivo mismo de Cristo, del Evangelio. Son hechos de la vida que valen más que los sermones”.
Y, hablando de vulnerables, me alegra comprobar el cuidado con el que, de nuevo ponen su atención, tal cual revela el programa, en la propuesta del Servicio de Ayuda y Orientación para las Oficinas diocesanas o Provinciales de Denuncias de Abusos de Menores. Noto con placer el logro de esta cohesión unánime, práctica, arbitrada desde la Secretaría General de la Conferencia, en la que se integran los religiosos a través de su Padres Provinciales. Es la forma de operar, en un tema tan sensible y delicado, con seguridad, con garantía de efectividad y con unanimidad de dirección y criterio, uniendo los esfuerzos de todos. Es también la manera de ofrecer a la sociedad el testimonio contundente de que nos afecta el dolor de las víctimas allí donde se dieren.
Otra iniciativa del Papa, el “Año Familia Amoris Laetitia”, está siendo promovida desde la Subcomisión para la Familia y la Defensa de la Vida entre sus prioridades, al servicio de toda la Conferencia Episcopal. En la apertura de este Año, el Santo Padre manifestó claramente cual es su intención en ésta Exhortación Apostólica: “La intención principal del documento es comunicar, en un tiempo y una cultura profundamente cambiados, que hoy es necesaria una nueva mirada de la Iglesia sobre la familia: no basta con reiterar el valor y la importancia de la doctrina, si no nos convertimos en custodios de la belleza de la familia y si no nos hacemos cargo con compasión de su fragilidad y sus heridas. Estos dos aspectos están en el corazón de toda la pastoral familiar: la franqueza del anuncio del Evangelio y la ternura del acompañamiento” (Mensaje a los participantes en el congreso en línea “Nuestro amor cotidiano” para la apertura del Año “Familia Amoris Laetitia”, 19/3/2021).
Aliento los empeños que realizan al respecto, encareciéndoles los deseos del Papa en la aplicación de Amoris Laetitia en la renovación de la preparación al matrimonio y en la renovación del Directorio de pastoral familiar. Asimismo, les expreso mis mejores deseos de una feliz participación en el próximo Encuentro Mundial de las Familias, en Roma, el mes de junio del año próximo 2022, con el lema “El amor familiar: vocación y camino de santidad”.
Celebro también que, conscientes del momento, para con espíritu de servicio a la sociedad, vuelvan a reflexionar en aquellos preciosos fundamentos que la fortalecen, considerando la “Persona, Familia y Bien Común”. Con su atención, ejercen la función episcopal en las cosas que tocan a la verdad de la naturaleza humana, y que afectan a las relaciones que la tejen iluminando cuanto garantiza la libertad, la paz y la justicia, y la convivencia cordial entre todos.
La presente Asamblea terminará postrándose ante el sepulcro del Apóstol Santiago, con ocasión del presente Año Jubilar. El Nuncio Apostólico en España ora con ustedes ante el Padre en la fe en España, pidiendo, por intercesión del mismo Apóstol y de la Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia, los trabajos de esta Conferencia Episcopal y de toda la Iglesia que peregrina en España, a fin de que fortalezcan las raíces de la fe recibida por el generoso espíritu de esta noble Nación.
¡Que Nuestro Señor Jesucristo sea siempre amado y proclamado!
Muchas gracias.
Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME
Etiquetas