La futura Ley para la Igualdad de las Personas LGTBI califica de "falta muy grave" estas prácticas Reig, Munilla o Demetrio podrían ser multados con 150.000 euros por impulsar las 'terapias de conversión' para 'curar la homosexualidad'
Según el borrador de la norma, se prohíbe "la práctica de métodos, programas y terapias de aversión, conversión o contra condicionamiento"
La Conferencia Episcopal defendió a Reig y sus prácticas, pese a admitir que "la homosexualidad no se puede curar"
Terapias de conversión, talleres para 'curar' la homosexualidad, pseudoterapias clandestinas, disfrazadas de "terapias de acogida y reconocimiento", impartidas por feligreses no titulados. La campaña del obispo de Alcalá de Henares, Juan Antonio Reig Plá, contra el colectivo LGTBI podría acarrearle una multa de hasta 150.000 euros, de prosperar el anteproyecto de Ley para la Igualdad de las Personas LGTBI, filtrado ayer desde el Ministerio de Igualdad y que califica de "falta muy grave" estas prácticas.
Unas prácticas que han sido acogidas por varios prelados, todos alineados con el sector más ultraconservador de la Iglesia (y muy conocidos por ello), como el obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla; o el de Córdoba, Demetrio Fernández; y respaldadas por los lobbies ultras capitaneados por organizaciones como HazteOir o Abogados Cristianos. Una entidad que se querelló contra los activistas LGTBI que protestaron en la catedral de Alcalá contra los cursos homófobos de Reig Plá.
"Falta muy grave"
Según el borrador de la norma, se prohíbe "la práctica de métodos, programas y terapias de aversión, conversión o contra condicionamiento" destinados a modificar la orientación sexual, la identidad de género o la expresión de género de las personas, aunque sea con el consentimiento de estas o de sus representantes legales. Se considera falta muy grave, multada con 150.000 euros.
De aprobarse la norma, y como dichos cursos continúan llevándose a cabo, varias diócesis podrían ser objeto de esta multa, que supondría también una suerte de 'compensación histórica' a la persecución que el colectivo LGTBI sufrió durante décadas, auspiciada, en buena medida, por la Iglesia católica.
Pese a que el Papa Francisco, tanto en sus declaraciones públicas, como en sus encuentros privados -prueba de ello es la amistad que mantiene con Diego Neria, el transexual extremeño, autor de 'El despiste de Dios-, ha mostrado su absoluto respeto a toda condición sexual o de género, así como se ha mostrado dispuesto al reconocimiento de las uniones civiles, muchos obispos españoles continúan anclados en un pasado opresor. Y, lo que es peor, con una cerrada defensa 'de los suyos'.
Apoyo de la CEE a los Centros de Orientación Familiar
Esto es lo que sucedió en 2019, cuando salieron a la luz las terapias clandestinas para 'curar' la homosexualidad del Obispado de Alcalá, y los obispos, lejos de cuestionar dichas prácticas, pasaron a respaldar totalmente a Reig Plá, aprovechando la protesta contra el prelado en la catedral complutense.
Y es que, para los obispos, los cursos de Reig no serían terapias reparativas, sino "de sanación espiritual". Así, la Conferencia Episcopal emitía una nota en la que mostraba "su apoyo y afecto a monseñor Juan Antonio Reig Pla y a los colaboradores del Centro de Orientación Familiar (COF)" frente a "un ejercicio de manipulación de la verdad y desinformación intencionada que termina provocando el 'odio' que se dice querer evitar o denunciar".
De hecho, el portavoz de la CEE, Luis Argüello, aprovechaba para denunciar la"liturgofobia" que, en su opinión, se escondía detrás de la concentración contra las terapias restaurativas en la catedral de Alcalá, pese a que admitió que "la homosexualidad no se puede 'curar", y apuntando que solo se hablaba desde "un punto de vista espiritual". Desde el punto de vista jurídico, de aprobarse la ley, los obispos ya saben a lo que se enfrentan.
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