"¿Dónde estuvieron los cardenales Barbarin, Aveline y Bustillo en la espléndida ceremonia del 7 de diciembre? No los vi" Dos obispos, Vives y Ulrich, y el organista Latry (en la reapertura de Notre-Dame)

Vives saluda a Macron
Vives saluda a Macron

"No parece que al Papa guste mucho que un obispo diocesano sea, también o además, un Copríncipe –y ahora que los cardenales mismos parecen cada vez menos príncipes—, pues no resulta concorde con la doctrina del Concilio Vaticano II"

"En España, ya NO CONFESIONAL según dicen unos, al actual arzobispo castrense, meses después, en el mismo año 2021, lo nombrase el Papa, teniendo en cuenta el derecho de presentación del Jefe del Estado español"

"Muchos franceses, incluso mis amigos, no perdonaron que, en el último Consistorio, Bergoglio nombrara cardenal al francés Obispo de Argel"

I.- El obispo de Urgel, también Copríncipe y arzobispo ad personam:

El sábado, 7 de diciembre, a las dieciocho horas y quince minutos, Michel Barnier, Primer ministro dimisionario de Francia, junto a su esposa, acompañados por el Ministro dimisionario de Asuntos Exteriores, el alopécico Jean-Noël  Barrot, comenzaron a recibir a los jefes de Estado para asistir, en la Catedral de Notre-Dame, a la ceremonia de Reapertura, anunciada para las 19 horas. Una Catedral, en cuya flecha (La flèche) y en lo más alto, tiene un gallo, que es símbolo importante.

 Allí, a la carpa instalada en el parvis, iban llegando los llamados altos mandatarios, para entrar en la Catedral por una de las puertas principales. Entre los altos mandatarios estaban, además, los de siempre y que siempre se apuntan:  El rey de los belgas, el duque de Luxemburgo y el Príncipe de Mónaco.  Mis amigos, elitistas, diplomados por la Escuela de la Rue d´ULM, muy próxima, calificaron a Barnier de “blando”, explicando así su fracaso político, y argumentando, con ironía, que lo del Brexit no debió ser tan difícil como lo pintaron cuando fue nombrado Primer ministro en septiembre pasado.

‘Informe RD’ con análisis y el Documento Final del Sínodo

Vives en Notre Dame
Vives en Notre Dame

Uno de los primeros en acudir, en cuanto (CO)Jefe de Estado, fue el obispo diocesano Vives i Sicilia, acompañado de otro clérigo, ambos con traje de tales, y con las características no circunstanciales de ser Vives obispo diocesano de Urgel y arzobispo, aunque únicamente “ad personam”. Leí hace tiempo no sé dónde, que ese alto clérigo pensó en llegar a ser Cardenal-arzobispo de Barcelona, creyendo que a monseñor Omella, siempre considerado de pueblo, no lo moverían de la Diócesis de Calahorra.

Es posible que los pensamientos “leídos” no sean verdaderos, sino que sean más propios de maldad de sacristía. No se tuvo en cuenta, en cualquier caso que, en la Catedral de La Calzada, de la diócesis de Calahorra, hay, no uno, sino varios gallos que, en vivo, se escuchan a la izquierda entrando en el sagrado y milagroso recinto, y que con gallos así cualquier cosa es posible. 

No parece que al Papa guste mucho que un obispo diocesano sea, también o además, un Copríncipe –y ahora que los cardenales mismos parecen cada vez menos príncipes—, pues no resulta concorde con la doctrina del Concilio Vaticano II, en especial con el Decreto Christus Dominus, sobre la función pastoral de los obispos en la Iglesia. Eso, importante, es una cosa y otra diferente es que interese o no a la Secretaría de Estado vaticana. Hay asuntos en los que el Papa manda y otros asuntos en los que manda menos, mandando en estos últimos más, mucho más, la Secretaría de Estado, que distingue entre el principio de la realidad o práctico y los otros, los teológicos, teóricos o teoréticos.  

Si el poder del Papa se considera vicarial o más duro, el poder del Secretario de Estado se considera más blando (Poder blando). Poder al fin, y así desde el Tratado de Letrán, según leí en el diario La Vanguardia, de la Diócesis de Barcelona (dossier número 48, de julio/septiembre de 2023). Geopolítica de la Santa Sede se tituló el dossier. 

Acaso escribir el párrafo precedente y su anterior, tan estrictamente maquiavélicos, como todo lo maquiavélico, sea pecado venial. En cualquier caso, convencido de ser perdonado, añado: A la Secretaría de Estado del Vaticano, le interesa que el obispo de Urgel sea Copríncipe de Andorra, siendo el presidente de la República francesa el otro Copríncipe. No hay, pues, que discutir más, dado ese interés. Y un dato importante: El nuevo obispo de Urgel, jovencísimo y coadjutor es Josep Lluís Serrano Pentinat, que trabajaba como “Consejero de Nunciatura” en la Sección para Asuntos generales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede. Ya sabemos, pues, quién lo nombró, además del Papa. 

Parolin, en la COP29 de Bakú
Parolin, en la COP29 de Bakú Vatican Media

Examinar al pío y silencioso cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado, es interesante, pues dirige la diplomacia considerada como la mejor del mundo, lo cual parece verdad. El actual Papa no ha tenido, de facto, hasta ahora, otro secretario de Estado; ¿Es Parolin intocable? Lo de Londres ni le rozó, lo que es prodigio de sus “ángeles de la guarda”, habiendo tenido que dar peligrosamente la cara el arzobispo Edgar Robinson Peña Parra, un Robinson que fue el sucesor de Becciu. Sardo este último por ser de Cerdeña, que experimentó la pérdida de poder, al pasar, por su nombramiento de cardenal, de la Secretaría de Estado, tan entretenida, al Dicasterio de las Casas de los Santos, tan aburrido y de muertos.  

En Julio de 2021, el cardenal Parolin, en Mónaco, cuya Constitución es de confesionalidad católica, celebró una Misa de “acción de gracias” con ocasión del 40 aniversario del Convenio entre la Santa Sede y el Principado de Mónaco por el que el Príncipe Rainiero renunció al derecho a nombrar al obispo de la Diócesis de Mónaco. Por eso causó tanta sorpresa que, en España, ya NO CONFESIONAL según dicen unos, al actual arzobispo castrense, meses después, en el mismo año 2021, lo nombrase el Papa, teniendo en cuenta el derecho de presentación del Jefe del Estado español.

Aconsejo la lectura, en primer lugar, del Instrumento de Ratificación de España al Acuerdo entre la Santa Sede y el Estado español, de fecha 28 de julio de 1976 y, en segundo lugar, del Instrumento de Ratificación del Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede, de 3 de enero de 1979. ¡Qué disparate y qué fecha la de 1976, vigentes las llamadas Leyes Fundamentales! ¿Refrendó Pedro Sánchez, de conformidad con el artículo 64 de la Constitución española, la propuesta real y formal al Vaticano? Aquí, en Religión Digital, eso lo pregunté varias veces.   

Y es que todos los secretarios de Estado del Vaticano fueron enigmáticos; parece que eso es cosa del cargo. Y permaneciendo en Francia, es de recordar al muy enigmático secretario de Estado, que fue el francés, cardenal Villot, y que lo fue durante todo el Pontificado del Papa Juan Pablo I (el breve), y que se negó a que se realizara la autopsia al cadáver del Papa Luciani. 

Ulrich llam a la puerta de Notre Dame
Ulrich llam a la puerta de Notre Dame

Y a las 19 horas y cuarenta minutos, con retraso, llegaron a la “carpa”, el presidente Macron y su esposa, relevando a Barnier, el dimisionario, de su función de recepcionista de jefes de Estado. Macron, cual ostentoso “cachas”, como con gimnasio con pesas y sin medidas, al lado del retrete, quitó el abrigo con giro de muletazo taurino-torero, besando a todo “dios” o jefe, que se le se acercaba para saludo y fotografía. 

II.- El arzobispo Ulrich, de París, que no cardenal:

Sabido es que los criterios del Papa Francisco, para ser criatura de Cardenalato, no son los que eran, habiendo revolucionado la carrière y el cursus honorum. Ejemplo del nuevo tiempo, fueron los cardenalatos de Giorgio Marengo, ahora por Mongolia, y del navarro Bustillo, ahora en tierra de cuna de Napoleón (Ajaccio).

 El arzobispo Ulrich lo hizo bien, muy bien; los golpes viriles para abrir las puertas catedralicias a base de NUEVE “baculazos” al bronce, fueron con fuerza, no obstante las ropas litúrgicas, que, por exceso de colores, parecían de lo ambiguo. En esa Catedral recordé a Lustiger, al que Juan Pablo II no tuvo inconveniente en crear cardenal siendo judío, lo que a los obispos franceses nada gustó, pues le negaron una y otra vez la presidencia de la Conferencia Episcopal respectiva. Si el arzobispo con flemas, Laurent Ulrich, con un ojo más abierto (izquierdo) que el otro (derecho), soportó no haber sido creado cardenal en el último Consistorio, muchos franceses, incluso mis amigos, no perdonaron que, en el último Consistorio, Bergoglio nombrara cardenal al francés Obispo de Argel

No vi, en la ceremonia del 7 de diciembre, al antecesor de Ulrich, el arzobispo y médico Michel Aupetit, que se tuvo que ir anticipadamente no sabiendo muy bien el porqué; al parecer, sólo al parecer por problemas de faldas, que ya son bastantes. Sabido es que a los altos eclesiásticos sólo separan de los cargos los problemas de faldas (Aupetit) o de pantalones (Ricard). ¿Dónde estuvieron los cardenales Barbarin, Aveline y Bustillo en la espléndida ceremonia del 7 de diciembre? No los vi. Tampoco vi al Rey de España, interesándome más Leticia, reina y madre, para comprobar si sus taconazos superaban los de Brigitte Macron, en altura, siendo parecidas en la delgadez de las piernas, las respectivas. 

Monseñor Ulrich
Monseñor Ulrich

Y mucho mérito tiene el arzobispo de París, pues ha tenido que pelearse con Macrón, peleas que únicamente el semanario L´Express contó, bajo el título Les batailles de Notre-Dame. Al parecer, Monseñor Ulrich ha tenido que aguantar hasta las carreras de Macron, para que todo terminara, incluso con precipitación, en el plazo prometido de cinco años.

III.- El organista Olivier Latry: 

La primera vez que supe de este organista, titular del órgano de Notre Dame, fue en el programa L´esprit des lettres de la cadena francesa de televisión KTO, emitido por primera vez el 21 de junio de 2021. Allí manifestó que el órgano es un instrumento musical sagrado; que exige del organista un movimiento corporal continuo de todo, en especial de manos y pies; que la especialidad de cada órgano está relacionada con la acústica de la catedral, de cada catedral; y que, finalmente, el órgano musical siempre sorprende. 

También por el programa indicado supe que Olivier Latry había escrito un libro, titulado Á l´orgue de Notre Dame, que no leí, pues no tuve manera de conseguir un ejemplar, y que próximamente trataré de adquirirlo en la Librería “La Procure”, sita en pleno y cercano Barrio Latino, cerca de la Iglesia de Saint Sulpice. En esta Iglesia se celebró, hace años, la Misa funeral, de Estado, por el fallecimiento del presidente Chirac, Copríncipe que fue de Andorra, a la que también asistió, naturalmente, el otro Copríncipe de Andorra, Obispo de Urgel y arzobispo ad personam.

Uno de los momentos de más emoción del espectáculo de la reapertura de la Catedral de Notre Dame en la tarde-noche del 7 de diciembre de 2024, tuvo lugar después del Discurso del Presidente Macrón. Monseñor Ulrich, recordó, de pie y desde su sede, que se estaba produciendo el encuentro gozoso de la luz y de la música, y que la Catedral, que antes conoció el silencio, hoy encuentra la alegría y la música. El órgano fue bendecido y se contestó Amén. 

Latry organista de Notre Dame

Y por siete veces, monseñor Ulrich, invocó al orgue, instrument sacré, y por siete veces, el instrument sacré se hizo música, que pareció divina, pues hasta los más duros de los asistentes --que había muchos-- cerraron los ojos, incluso los del Islam, como el hermano del Rey de Marruecos, calzado con “babuchas” a pesar de la lluvia, prueba de que la emoción por la música embargó a todos. Latry, titular del órgano, y tres organistas más, movieron teclas con manos y pedales con pies

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