Ambivalencia de la vida (y Vivencias y convivencias 14)

Que la vida es ambivalente significa que la vida es positiva y negativa, clara y oscura, vida y muerte. La propia muerte es también ambivalente, por cuanto es abandono y descanso, derelicción y paz, abrupta y sedación. Ambivalencia quiere decir doble valor o valencia, cara y cruz, una correlación de ambigüedad fundamental frente a todo extremismo. Los extremistas conciben la existencia como un bien o como un mal, buena o mala, tajantemente. Pero el humano sensible la percibe como buena y mala, en zig-zag y contradictoria, atravesada por el destino y la libertad a partes desiguales.

El filósofo Leibniz concibió optimistamente este mundo como el mejor de los posibles, mientras que Schopenhauer lo concibió pesimistamente como el peor posible. Por su parte, Nietzsche percibe bien la ambivalencia del mundo, dividido entre Apolo el racional y Dioniso el irracional, la consonancia de lo real y su disonancia. Pero la disonancia prevalecerá en el existencialismo de Sartre y Camus, frente a la consonancia del idealismo burgués. Finalmente será Wittgenstein quien encienda una luz mística en medio de la realidad de las cosas o realidades, a modo de sentido trascendente. Ya en Heidegger ese sentido trascendente está transignificado por el ser como apertura trascendental.

Pues bien, esta apertura trascendental está simbolizada en nuestro mundo por el amor, a modo de abrimiento cuasi musical de nuestra existencia encerrada en su finitud e inmanencia. El amor se cuela así como sentido de la existencia tanto en la vida abierta como en el túnel de la muerte. Sin embargo, es un amor contingente y ambivalente, donador y receptor, posesivo y desposesivo, atravesado por su propia turbulencia e inestabilidad estructural.

La ambivalencia cruza el amor como un duende, cuya ambigüedad hay que conjugar para coimplicar su apego y su desapego, su donación y su rapto. El propio amor se define como don y contradon, un toma y daca que lo altera sacándolo de su ensimismamiento. Por eso el amor es el sentido existencial, siquiera amenazado de sinsentido por su propia urdimbre inquieta, y por la inquietud del alma ante la muerte.

Al final se trata de asumir abiertamente la vida en su sentido y sinsentido, en su existencia y desistencia, en su ser y devenir. Abiertamente y no cerrada o cerrilmente. La psicología ortodoxa desecha la ambivalencia, pero el gran psicólogo Carl G. Jung la reivindica como fuerza dialéctica, con el fin de conjugar y conjurar el mundo desde una perspectiva asuntiva y remediadora. La ambigüedad y la ambivalencia nos alejan del absolutismo y no nos llevan al relativismo, sino a un relacionismo o correlacionismo.

La realidad es una mezcla, un potlach o potaje, un artilugio combinatorio. Sin la ambivalencia y la ambigüedad, el mundo resulta dogmático y simplista, unidireccional y estólido. Pues el auténtico ser profundo de lo real es a la vez lo uno y lo otro, sublime y abyecto, sentido y sinsentido, vida y muerte: abiertas, aquí está el santo y seña.

VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS 14



---Hay un Dios trascendente que nos aliena: y hay un Dios trascendente que nos libera.
---El peligro de proyectar la trascendencia de Dios: como imposición humana.
---Nuestra Iglesia ha echado a los pecadores y ahora los llama: demasiado tarde, ya no vuelven.
---El Papa Francisco habla de la alegría del amor: reúne así la autoafirmación spinoziana de la alegría y la heteroafirmación cristiana del amor (la autoafirmación abierta al otro).
---Me ordené en la catedral innsbruckesa como sacerdote secular o mundano (Weltpriester).
---El problema son los demás: incluido uno mismo.
---Acogimos a una persona que luego nos cogió o jorobó.
---Lo bueno de estar solo, y lo malo de no estar acompañado (E.Arroyo): así pues, por una soledad acompañada.
---Por el oído llega la fe según la Biblia: y el amor según Voltaire.
---Amamos lo que aún no poseemos: y poseemos lo que ya no amamos.
---El amor es el sentido: pero el sufrimiento es la verdad.
---Amar a otro es amar su otredad.
---Saber amar es no saber: teóricamente.
---En M.Proust el amor es el espaciotiempo sensible: afectivo.
---El amor surge de un resquebrajamiento del mundo: el sentido surge de un resquicio del ser.
---El amor como superación interior: supuración del sentido.
---Un amor que acaba es que no comenzó.
---Cuando te topas con el sentido nulo de la vida, no sacas nada discurriendo más.
---Deconstruir no es destruir: la deconstrucción no es liquidación sino licuefacción.
---La violación de nuestra intimidad es violencia simbólica: violentación del armario/almario personal.
---Hay quien critica a la Iglesia por materialista y maligna: yo la critico por buenista o idealista.
---Me dicen que rebajo la Iglesia a filosofía: pero así la elevo.
---Leer un buen libro es devorarlo y dejarlo ilegible (por subrayado).
---Aforistear: cuando los aforismos son teas incendiarias (fuego).
---Aforismear: cuando los aforismos son charcos de agua (licuefacción).
---De joven la vida es un barullo de libido: de viejo la vida es un murmullo lívido.
---Estar vivo: este es el problema aún candente.
---Solo el que triunfa fuera puede retirarse adentro: solo el que sale victorioso puede volver a gusto a sus orígenes.
---Me sobreviene el pensamiento de retirarme finalmente a mi pueblo natal hasta obtener el descanso eterno, en medio del paisaje y paisanaje de la niñez recuperada: para morir donde nací.
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