Cáritas ha sido uno de los paraguas más eficientes de la poblaciónpara minorar el impacto de la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus.

Fue presentada la memoria de Cáritas Diócesana de Astorga y algunos desgloses a la actividad en Astorga

La situación de muchas familias ha sido precisamente lo que ha empujado la actividad de la entidad en los ámbitos de acogida, atención primaria y familia, donde se han incrementado los recursos un 79% respecto a 2019: de 132.637 euros a 233.537.

En la presentación, Francisco Turrado, delegado diocesano e Inmaculada del Peso, directora, hacían hincapié en esta situaciónal tiempo que explicaban que otros ámbitos asistenciales, se habían visto menos demandados: la casita de San José  pasó de 396 usuarios en 2019 a 266 en 2020 por las restricciones a la movilidad que se produjeron. También cayó el número de usuarios del proyecto Amanecer, de atención a la mujer en especial en la prevención de las situaciones derevidas de la trata precisamente por el cierre del ocio nocturno.

Turrado explicó que ha habido grupos vinculados a varias actividades particularmente afectadas por el impacto de la pandemia: vendedores ambulantes, feriantes, trabajadores precarios, gente que viven de la economía sumergida. También familias que se vieron afectadas por Ere o Erte o directamente parados y que ya vivían en el límite y a los que Cáritas aportó una ayuda especial de cincuenta euros por familia y diez por persona.

Incluyendo las dependencias residenciales, como la Residencia Las Cinco Llagas de Astorga o el Hogar 70 de Ponferrada, de personas mayores, Cáritas Diocesana gestionó el año pasado un volumen de algo más de tres millones de euros; de los que más del 6% eran aportaciones de usuarios (residentes en estos centros principalmente) y el resto, casi a partes iguales, subvenciones, campañas y colectas y donantes y socios.

Inmaculada del Peso, directora de Cárias Astorga aportó algunos datos desglosados de Astorga: fueron atendidas un total de 344 personas pertenecientes a 145 familias y se dedicaron algo más de 23.000euros a estas ayudas. Cáritas es ahora la unidad de distribución del Banco de Alimentos tras el acuerdo con Ayuntamiento y Cruz Roja, por lo que la centralización de la distribución de esta ayuda en especie, ha crecido mucho en la entidad frente a otros municipios donde lo gestionan los propios ayuntamientos.

Del Peso advirtió del impacto que la pandemia ha tenido en la cantidad de voluntarios y personas colaboradoras, ya que tanto los beneficiarios de algunos programas como el acompañamiento a personas mayores como los propios voluntarios, muchos de cierta edad, son personas particularmente vulnerables al COVID, y eso ha obligado a ralentizar cuando no paralizar alguno de estos programas.

También se sigue distribuyendo ropa a través del ropero y se han introducido ayudas a libros e, incluso, dispositivos electrónicos para escolares.

Francisco Turrado esbozó también hacia dónde pretende que se dirija Cáritas Diocesana en un futuro inmediato y es a una vinculación a las nuevas unidades pastorales para ser más eficaces, llegar a más gente y ser capaces de "adelantarnos y prevenir sin caer el asistencionalismo sin más". Para ello, advirtió, es necesario un triple elemento que forman los propios equipos de Cáritas, los voluntarios y los recursos que pueden asignarse.