Diyalnet, el directorio religioso turco
Que sorpresa se llevaría Kemal Atatürk si se diera un paseo por la Turquía actual! Cuando en 1924 abolió el califato otomano también intentó separar la religión del Estado pues consideró que su país tenía que incorporarse a la modernidad. Pero hoy el directorio de asuntos religiosos, Diyanet, tiene más fuerza que antaño, cuenta con 117.000 empleados y un presupuesto cuatro veces mayor que el de 2006, y pretende regular toda la vida de la sociedad.
Intenta prohibir temas ridículos como la celebración del Año Nuevo, jugar a la lotería o comprar bitcoins. Las medidas que pretende sigan los varones suponen que no se tiñan los bigotes o no se paseen de la mano de sus esposas. Pero el consejo que más repudio consiguió fue que las niñas deberían casarse a los nueve años, la edad legal en Turquía es 18, como hiciera el Profeta. Tantas fueron las críticas que llegaron a pedir algunos la supresión del directorio que tuvo que pedir disculpas
Pero estos temas son anecdóticos al lado de lo que hay detrás pues Erdogan utiliza el directorio como una de sus más importantes plataformas y le ha dado el poder de nombrar a los imanes, organizar cursos de Corán para niños, interpretar las normas islámicas y hacer los sermones que las 90.000 mezquitas del país deben pronunciar todas las semanas
Hasta hace poco tiempo Turquía había conseguido abrazar una variedad del Islam compatible con la modernidad, manteniendo sujeto al fundamentalismo, y refrendando la Sharia con menos fervor que otros países musulmanes lo que ha cambiado en los últimos años. Las razones de este cambio están en el mayor contacto que ha desarrollado Diyanet con grupos islamistas extranjeros que hacen una lectura más estricta del Islam.
Turquía está lejos de convertirse en una teocracia pero está cambiando el curso de su historia y ya no aparece como el país que impulsa un Islam moderado frente a sus vecinos más radicales, lo que supone un peligro a la larga para la zona que es un polvorín dispuesto a estallar por una cerilla. No me parece que Diyanet está ayudando a apaciguar los ánimos.
Intenta prohibir temas ridículos como la celebración del Año Nuevo, jugar a la lotería o comprar bitcoins. Las medidas que pretende sigan los varones suponen que no se tiñan los bigotes o no se paseen de la mano de sus esposas. Pero el consejo que más repudio consiguió fue que las niñas deberían casarse a los nueve años, la edad legal en Turquía es 18, como hiciera el Profeta. Tantas fueron las críticas que llegaron a pedir algunos la supresión del directorio que tuvo que pedir disculpas
Pero estos temas son anecdóticos al lado de lo que hay detrás pues Erdogan utiliza el directorio como una de sus más importantes plataformas y le ha dado el poder de nombrar a los imanes, organizar cursos de Corán para niños, interpretar las normas islámicas y hacer los sermones que las 90.000 mezquitas del país deben pronunciar todas las semanas
Hasta hace poco tiempo Turquía había conseguido abrazar una variedad del Islam compatible con la modernidad, manteniendo sujeto al fundamentalismo, y refrendando la Sharia con menos fervor que otros países musulmanes lo que ha cambiado en los últimos años. Las razones de este cambio están en el mayor contacto que ha desarrollado Diyanet con grupos islamistas extranjeros que hacen una lectura más estricta del Islam.
Turquía está lejos de convertirse en una teocracia pero está cambiando el curso de su historia y ya no aparece como el país que impulsa un Islam moderado frente a sus vecinos más radicales, lo que supone un peligro a la larga para la zona que es un polvorín dispuesto a estallar por una cerilla. No me parece que Diyanet está ayudando a apaciguar los ánimos.