Prohibido quejarse

Pensaba por error que el cartel de Prohibido quejarse colocado por el Papa en su puerta había sido iniciativa suya, pero estaba equivocada. El cartel se vende con un libro, con el mismo título, escrito por Salvio Noé, un psicólogo italiano que ha convertido su obra en un best seller en Italia.

No suelo leer literatura de crecimiento personal pues considero que a mi edad poco puedo crecer pero me interesó este librito, que me mandó San Pablo, pues el título tenía un añadido: Haz algo para mejorar tu vida y la de los demás, una frase que captó mi atención.

La verdad es que la queja se ha convertido en un deporte nacional incluso más que el fútbol. Antes de escribir he hecho un trabajo de campo y me he encontrado con que la cajera del super se quejaba de su suerte, unos niños se quejaban de sus madres porque no les compraba chuches, las madres se quejaban de sus hijos respondones, unos forofos del Madrid consideraban que los jugadores no corrían, yo misma me quejaba de los ruidosos que eran mis nietos… La conclusión sin tener que profundizar mucho es que nadie está contento con su suerte y lo expresa: ganan poco, la sanidad no es buena, la educación no cumple los mínimos, la administración no funciona, algunos catalanes no quieren ser españoles, la familia no les comprende, su vida no disfruta de los elementos necesarios para ser felices…

Salvio Noé intenta dar soluciones para que la gente sea más feliz y aporta reflexiones, para darle la vuelta a las quejas porque, si se convierten en hábitos, arruinan nuestra vida y arrastran en esta dinámica a los que comparten nuestra existencia

Demuestra que las crisis se pueden superar en la medida que busquemos caminos de salida y la primera manera de abordarlas es con un cambio de actitud que nos lleve a pensar que querer es poder. Pero para conseguirlo hace falta además del deseo, ponerse manos a la obra y actuar con eficacia. Nos habla de los tres papeles, que en el ámbito de la queja, pueden desarrollar las distintas personas: víctima, perseguidor y salvador ( para que podamos identificar nuestro papel) y al final propone unos ejercicios prácticos que nos pueden ser muy útiles para dejar de quejarnos.

Nuestro mundo da mucha importancia a la comunicación y, como me ha gustado este libro, publico esta pequeña recensión en el blog con la intención de que disminuyan las quejas que todos proferimos..
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