Visita del Papa a Ginebra
Recuerdo un chiste, cuando España iba a entrar en el mercado común, en el que salía un hombre vendiendo botijos que le preguntaba a un vecino si eso del mercado común era que él pudiera vender botijos en toda Europa o si los europeos iban a venir a España a vender botijos. Me recuerda a la Iglesia de mi juventud en la que, cuando se hablaba de la unión de las iglesias, se pensaba que todos los protestantes se tenían que convertir a la Iglesia católica, la única que era verdadera. Se formaría una unión eclesial liderada por el Vaticano.
Por eso extrañó mucho la visita del Papa a Suecia con motivo de la celebración del quinto centenario de Lutero ya que parecía que estaba dando al protestantismo reconocimiento católico. Hoy está dando un paso más con el anuncio de que visitará Ginebra en junio para marcar la larga y rica colaboración entre los católicos y el World Council of Churches en su 70 cumpleaños. Esta unión se fundó en 1948 como una organización mundial de Iglesias cristianas y con la meta de conseguir la unidad en el servicio y la misión. Sus miembros pertenecen a 348 iglesias protestantes, anglicanas, ortodoxas y las viejas iglesias católicas (Old catholic Church). Aunque la Iglesia católica no es miembro colabora con varios programas.
Será la tercera visita de un papa ya que Pablo VI en 1969 y Juan Pablo II en 1984 viajaron a Suiza con este motivo.
El reverendo Olav Fykse Tveit, secretario general del World Council, en una conferencia de prensa ha comentado que ve con esperanza esta visita para los que rezan por la unidad de las iglesias en el mundo y para todos aquellos que rezan y trabajan para la paz y la justicia. Es una afirmación de nuestro empeño común de fijar la atención en las necesidades de las personas y juntos tratar de mejorar su situación. Preguntado si desearía que la Iglesia Católica se hiciera miembro contestó que estaba satisfecho con la relación actual que había más bien que poner la atención en lo que podían desarrollar juntos.
La respuesta al hombre de los botijos es que los cristianos podemos convivir en todas partes sin echarnos en cara presuntas diferencias teológicas y luchando juntos por la mejora de los más desfavorecidos del planeta.
Por eso extrañó mucho la visita del Papa a Suecia con motivo de la celebración del quinto centenario de Lutero ya que parecía que estaba dando al protestantismo reconocimiento católico. Hoy está dando un paso más con el anuncio de que visitará Ginebra en junio para marcar la larga y rica colaboración entre los católicos y el World Council of Churches en su 70 cumpleaños. Esta unión se fundó en 1948 como una organización mundial de Iglesias cristianas y con la meta de conseguir la unidad en el servicio y la misión. Sus miembros pertenecen a 348 iglesias protestantes, anglicanas, ortodoxas y las viejas iglesias católicas (Old catholic Church). Aunque la Iglesia católica no es miembro colabora con varios programas.
Será la tercera visita de un papa ya que Pablo VI en 1969 y Juan Pablo II en 1984 viajaron a Suiza con este motivo.
El reverendo Olav Fykse Tveit, secretario general del World Council, en una conferencia de prensa ha comentado que ve con esperanza esta visita para los que rezan por la unidad de las iglesias en el mundo y para todos aquellos que rezan y trabajan para la paz y la justicia. Es una afirmación de nuestro empeño común de fijar la atención en las necesidades de las personas y juntos tratar de mejorar su situación. Preguntado si desearía que la Iglesia Católica se hiciera miembro contestó que estaba satisfecho con la relación actual que había más bien que poner la atención en lo que podían desarrollar juntos.
La respuesta al hombre de los botijos es que los cristianos podemos convivir en todas partes sin echarnos en cara presuntas diferencias teológicas y luchando juntos por la mejora de los más desfavorecidos del planeta.