Me contó un amigo que, ante el crecimiento de la población mundial, un niño estaba muy preocupado porque se iban a acabar los ángeles de la guarda. Este tema de los ángeles me preocupa, no porque tuvieran sexo femenino o masculino que fue una de las discusiones de la Edad Media, sino porque me parece que es una creencia muy bonita pero un poco infantil pues de algún modo supe la presencia del Espíritu Santo. Hay una costumbre en algunos países de que poner al ángel San Gabriel en la puerta de una vivienda nos protegerá de la llegada del demonio algo semejante a la costumbre judía de colocar en la puerta de los hogares una tablilla.

            Creo que es mucho mejor pensar en otros ángeles que manda Dios para que nos ayuden en nuestro caminar en la tierra, nos acompañen en el dolor, la angustia de la  enfermedad, las dudas de la senda a seguir o la falta de conocimientos en el trabajo. En otras ocasiones tendremos que ser nosotros los ángeles de la guarda de las personas con las que convivimos. En esto consiste la comunión de los santo, hoy por ti mañana por mí, presididos siempre por la gracia que nos da la persona de Jesucristo y el apoyo de su Espíritu

  No se acabarán los ángeles de la guarda en la tierra a pesar de que se multiplican los seres humanos