Una escultura del demonio
Me sorprendió leer en el periódico, Times, neoyorquino una noticia que cubría toda una página sobre una escultura del demonio que un escultor, José Antonio Abella, había hecho gratis para Segovia. Descubrí también mi ignorancia pues desconocía la leyenda que afirmaba que el diablo había hecho el acueducto ante las quejas de una joven que tenía que acarrear el agua todos los días cuesta arriba y cuesta abajo. El trato era, como todos los que se hacían con Satanás, que la mujer le entregaba su alma a cambio si el acueducto quedaba terminado en un día. El demonio trabajo toda la noche pero una gran tormenta soltó una piedra con lo que no pudo completar su obra y la chiquilla conservó su alma
La escultura de cuerpo entero presenta un hombre desnudo con una cara mofletuda y sonriente con cuernos como el que existe en la ciudad alemana de Lúbeck. El ayuntamiento encargó al escultor la obra con la idea de colocarla en una parte de la ciudad a la que no acudían los turistas, se trataba de meter esas calles en el flujo de extranjeros que visitaban Segovia. Querían hacer un matrimonio entre la mitología y la modernidad
Pero un grupo de católicos segovianos no estaban de acuerdo con la imagen de un demonio simpático y sonriente porque les parecía que era glorificar el mal y consiguieron 5000 firmas para que el ayuntamiento retirara la imagen. Pleitearon para conseguirlo pero un juez denegó su demanda y les condenó a pagar 500 € por los gastos ocasionados
Ni quito ni pongo rey pues si algún católico se siente ofendido no me parece mal que defienda sus ideas en los tribunales pero que acepte el fallo. Estas cosas van a pasar cada día más pues el Estado español ha dejado de ser confesional y nos tenemos que acostumbrar a ver cosas peores que un demonio risueño
La escultura de cuerpo entero presenta un hombre desnudo con una cara mofletuda y sonriente con cuernos como el que existe en la ciudad alemana de Lúbeck. El ayuntamiento encargó al escultor la obra con la idea de colocarla en una parte de la ciudad a la que no acudían los turistas, se trataba de meter esas calles en el flujo de extranjeros que visitaban Segovia. Querían hacer un matrimonio entre la mitología y la modernidad
Pero un grupo de católicos segovianos no estaban de acuerdo con la imagen de un demonio simpático y sonriente porque les parecía que era glorificar el mal y consiguieron 5000 firmas para que el ayuntamiento retirara la imagen. Pleitearon para conseguirlo pero un juez denegó su demanda y les condenó a pagar 500 € por los gastos ocasionados
Ni quito ni pongo rey pues si algún católico se siente ofendido no me parece mal que defienda sus ideas en los tribunales pero que acepte el fallo. Estas cosas van a pasar cada día más pues el Estado español ha dejado de ser confesional y nos tenemos que acostumbrar a ver cosas peores que un demonio risueño