He aquí una fórmula sencilla para bendecir la mesa familiar en estos días:
El niño Jesús,
nacido en Belén,
bendiga esta mesa
y a nosotros también.
Bendito aquello niño
y aquella mujer
que lo trajo al mundo
y lo trajo bien.
Por hacer de padre,
bendito José.
Bendita la noche,
bendita la fe
con que los pastores
lo fueron a ver.
Niño tan divino
nunca habrá como él.
Niño tan humano
tampoco veréis.
Ven a esta familia,
divino Manuel.
Aquí tienes casa
si quieres nacer.
Tú, “Dios con nosotros”.
Nosotros, con Él...
Ven y haz este mundo
nuevo de una vez.
Ven a esta familia
para siempre. Amén.
(Obra poética, p. 379).