Descanso en el retrato de esta niña

¿Quién cierra los ojos a la realidad? Yo me afano por tenerlos más abiertos que nunca. Pero ¿cuál es la realidad? ¿Sólo la fea realidad que nos ofrecen habitualmente los medios de comunicación? Las buena gente, lo mejor de la vida, no aparece apenas en la tele, en la radio, en Internet, en los periódicos. "No son noticia". Pero son una bella e inmensa verdad para quien vaya por el mundo con los ojos abiertos y un poco de luz en la mirada.

Hoy miro a los niños como esa inmensa realidad de la pureza y la inocencia.

Hago una pausa en el recuento de guerras, terrorismo fanático, odio y persecución, ambiciones, pactos dudosos, trapisondas, variadas formas de corrupción... Descanso en el retrato de esta niña que aún no sabe nada de las miserias del mundo.

RETRATO DE INFANCIA


Sonríe, Silvia,
y que en tu cara brille un aleteo
alegre de invisibles mariposas.
¡Quieta un instante! Deja que se posen
las alas de la luz en esos ojos
que se alzan en un vuelo transparente,
flechas de inteligencia.
Crezca más tu sonrisa
y te eleve a la luz toda la cara
hasta entreabrir tus labios y tu boca.
Luzca
y se despeñe la mañana pura
en la mata inocente de tu pelo.

Así. No crezcas más.
Posa ya para siempre mientras corro
a parar el instante
y, en trance de apresarlo,
disparo mi palabra.

Así. Ya estás. Y ahora
sonríe en mi poema para siempre.


(De "Escribe por tu herida",
Obra poética, p.492).
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