La Dirección General de Tráfico prevé 5,5 millones para el puente de la Constitución-Inmaculada. Otra vez los desplazamientos millonarios (y habrá muchos ciudadanos, viajeros ya inmóviles hacia el fondo de la pobreza, el paro.... y el desamparo). La vida es un camino. Buen viaje, el mejor posible, para todos. No será del todo ajeno recordar el viaje, el camino, como la perfecta metáfora de nuestro paso por este mundo.

Jorge Manrique (s. XV) lo dejó tallado en unas coplas memorables que seguirán leyendo nuestros chicos en el colegio:

Este mundo es el camino
para el otro, que es morada
sin pesar;
mas cumple tener buen tino
para andar esta jornada
sin errar;

partimos cuando nacemos,
andamos mientras vivimos,
y llegamos
al tiempo que fenecemos:
así que cuando morimos
descansamos.

Versos de una profunda gravedad. Ante el viaje masivo de puente laboral, buscando el descanso y el reencuentro con la familia, no es mi propósito de hoy entrar en mayores profundidades. Ni centrarme en el misterio del último viaje. Más bien pedir a Dios para los viajeros la responsabilidad y la prudencia necesarias para no adelantarlo en un aciago accidente de carretera. Con bastante menos calidad que el poeta de Paredes de Nava, propongo como oración para iniciar el viaje estos sencillísimos versos:

AL EMPRENDER UN VIAJE

En tu nombre, Señor,
queremos partir.
Que no olvidemos nunca
que vamos hacia ti.
Tú eres en nuestras vidas
el camino y el fin.
Danos hoy tu gracia
y un viaje feliz.
Amén.

(Obra poética, p.381).