"A Trump le iría bien leer los textos de fray Bartolomé de Las Casas" Las Biblias de Trump y los Derechos Humanos
"Trump, ante dos Biblias, jurando su cargo como nuevo presidente de los EEUU… Con todo, su actitud es del todo contraria a lo que podemos ver en la Sagrada Escritura, sobre todo por lo que hace referencia a los inmigrantes"
"A Trump le iría bien leer los textos de fray Bartolomé de Las Casas quien, ante el abuso de los conquistadores, pedía un cambio de personas, pero sobre todo exigía un cambio del orden social (del sistema)"
"¿Pero qué podemos esperar de un personaje (ignorante y supersticioso), que ante la gravedad de la Covid, aconsejaba las inyecciones de lejía y no utilizar las mascarillas de protección?"
"La Biblia ante la cual Trump juró su cargo, denuncia de forma clara y valiente la inmoral política migratoria del presidente de los EEUU. Por eso mismo, a Trump le convendría menos Biblias y más respeto a los Derechos Humanos"
"¿Pero qué podemos esperar de un personaje (ignorante y supersticioso), que ante la gravedad de la Covid, aconsejaba las inyecciones de lejía y no utilizar las mascarillas de protección?"
"La Biblia ante la cual Trump juró su cargo, denuncia de forma clara y valiente la inmoral política migratoria del presidente de los EEUU. Por eso mismo, a Trump le convendría menos Biblias y más respeto a los Derechos Humanos"
Todos lo hemos podido ver en los medios de comunicación: Trump, ante dos Biblias, jurando su cargo como nuevo presidente de los EEUU. Con todo, la actitud de Trump es del todo contraria a lo que podemos ver en la Sagrada Escritura, sobre todo por lo que hace referencia a los inmigrantes. Solo cabe tener en cuenta el capítulo 25 del Evangelio de San Mateo, cuando Jesús dice: “Fui extranjero y me acogisteis”.
Pienso que a Trump le iría bien leer los textos de fray Bartolomé de Las Casas, donde podemos descubrir la lucha en defensa de la condición humana de los indios. Este dominico sevillano del siglo XVI, percibió el carácter objetivo de las injusticias que sufrían los indígenas y por eso hoy denunciaría la política migratoria de Trump, una política que consiste en declarar “una emergencia nacional en nuestra frontera sur que parará inmediatamente toda entrada ilegal” de migrantes, de tal manera que así, como afirma Trump, “comenzaremos el proceso de retornar a millones y millones de extranjeros criminales”. Y es que Las Casas adquirió desde el inicio de su lucha una conciencia clara de que la opresión del indio es contraria a la intención de Jesucristo y a toda la Escritura, porque lo que Dios quiere más bien, es la liberación de los oprimidos. Ésta fue una convicción profundamente arraigada en Las Casas y constituyó un motor en la lucha que llevará a lo largo de toda su vida.
Las Casas, ante el abuso de los conquistadores, pedía un cambio de personas, pero sobre todo exigía un cambio del orden social (del sistema), si se quería crear mejores condiciones de vida para los indígenas. Y es que este teólogo español (a diferencia de Trump), tenía una aguda conciencia social, hasta el punto de decir que “negar al pobre el pan (como símbolo de vida), y lo que es peor aún, quitárselo, es convertirse en homicida”.
Cabe recordar que el punto central de la espiritualidad de Las Casas, era reconocer a Jesús de Nazaret en los maltratados y flagelados de las Indias. Por eso los crímenes denunciados por la Biblia (sobre la cual puso su mano el presidente Trump), golpearon la conciencia de fray Bartolomé y de esta manera se convirtió en defensor de los derechos de los indígenas. Es lo que encontramos en el libro del Eclesiástico (34:18-22), cuando su autor denuncia las injusticias: “El pan de los indigentes es vida del pobre, quien se lo niega es homicida; mata a su prójimo el que le roba el alimento; quien no paga el salario justo, derrama la sangre”. Y es que Dios, ni ayer ni tampoco hoy, no acepta el trato injusto ni la muerte del indefenso y rechaza las ofrendas manchadas de sangre, por mucho que se pongan las manos sobre la Biblia.
"El pan de los indigentes es vida del pobre, quien se lo niega es homicida"
Las Casas manifestó (a diferencia de Trump), su simpatía por los indígenas, maltratados por los conquistadores europeos y denunció, con valentía, la muerte injusta de los indios y el pecado de los que los oprimían. Cabe recordar que según el documento “La Iglesia frente al racismo”, de la Comisión Pontificia Justicia y Paz (1988), “la primera gran corriente de colonización europea es acompañada, de hecho, por la destrucción masiva de las civilizaciones pre-colombinas y por la sujeción brutal de sus habitantes” (Gustavo Gutérrez. “En busca de los pobres de Jesucristo”, p. 19).
Éste fue el contexto del grito de fray Bartolomé de Las Casas para denunciar las situaciones injustas, unas situaciones que se repiten hoy, cuando Trump oprime a los inmigrantes.
También el papa Francisco, en el mensaje enviado al presidente de los EEUU, ha pedido a Trump que “se comprometa en la construcción de una sociedad más justa, en la cual no haya espacio para el odio, la discriminación y la exclusión”. Por eso el papa le ha recordado a Trump que “las deportaciones son una tragedia”.
Por su parte, la obispa episcopaliana de la catedral de Washington, Mariann Budde, con su voz profética, ha provocado la indignación de Trump. Con sus palabras, valientes y audaces, ante el mismo presidente de los EEUU, la obispa le ha pedido que tenga “misericordia con las personas de la comunidad LGBTQ y con los migrantes”. Es decir, que mire a los desvalidos (miser) desde el corazón, (cordis)
Es del todo indecente la arrogancia y la prepotencia de Trump, que desprecia y persigue a los migrantes, mientras se rodea, sin ningún pudor, de los oligarcas tecnológicos (Musk, Zuckerberg, Bezos, Altman, Cook) y de la tropa populista representada por Milei, Meloni, Bukele, Farage, Zemmour o Abascal. Y es también del todo inmoral, que Trump apoye la “caza” de inmigrantes que se refugian en iglesias, escuelas y hospitales.
"¿Pero qué podemos esperar de un personaje (ignorante y supersticioso), que ante la gravedad de la Covid, aconsejaba las inyecciones de lejía y no utilizar las mascarillas de protección?"
El doctor Xavier Montalbán, médico neurólogo e investigador de la esclerosis múltiple (no sé si pensando en Trump), ha denunciado la falta de “moral social” de nuestra sociedad. Como ha dicho el doctor Montalbán, (y Trump es un ejemplo de ello), “a las personas que desautorizan las vacunas o propagan falsedades terapéuticas, salvajadas mortales (como hace el presidente de los EEUU), yo los acusaría de actos criminales contra la salud pública”. Y es que la salida de los EEUU de la Organización Mundial de la Salud, es un ataque frontal contra la ciencia. ¿Pero qué podemos esperar de un personaje (ignorante y supersticioso), que ante la gravedad de la Covid, aconsejaba las inyecciones de lejía y no utilizar las mascarillas de protección?
Cabe recordar también, en relación al lenguaje agresivo, expansionista y violento del nuevo presidente de los EEUU, que fray Bartolomé de Las Casas no aceptaba, de ninguna de las maneras, las guerras de conquista, que tanto le gustan al imperialista Trump.
Además de las obras de Las Casas, a Trump también le convendría leer el libro del teólogo Gustavo Gutiérrez, “En busca de los pobres de Jesucristo”.
Como ha dicho el abogado y presidente de la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Cataluña, Francesc Tusquets, “los pilares de la cultura europea son el derecho romano, la filosofía griega y la religión cristiana” y por eso mismo, “el trumpismo y la cultura europea son dos modelos antagónicos” (La Vanguardia, 24 de enero de 2025).
Y es que la Biblia ante la cual Trump juró su cargo, denuncia de forma clara y valiente la inmoral política migratoria del presidente de los EEUU, cuando el Deuteronomio dice: “No oprimirás al extranjero que vive en tus ciudades” (24:14). Por eso mismo, a Trump le convendría menos Biblias y más respeto a los Derechos Humanos.
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