"A 85 años del texto, los obispos españoles habrían de pedir disculpas" La Carta Colectiva del Episcopado Español de 1937
"Se cumplen 85 años de la Carta Colectiva del episcopado español, un documento sobre la guerra civil de 1936, redactada por el cardenal Isidre Gomà a instancias del general Franco"
"Fue firmada por todos los obispos españoles, a excepción del cardenal de Tarragona, Francesc Vidal i Barraquer y de Mateo Múgika, obispo de Vitoria, así como también de Joan Torres, obispo de Menorca, ya muy anciano"
"Se convirtió en una llamada patriótica y militar contra el comunismo, defendía que 'la guerra es a veces el remedio heroico' y significó el nacimiento del nacional-catolicismo, imperante en España hasta la Transición"
"Ahora, con motivo de estos 85 años de la firma de la Carta Colectiva, sería una buena ocasión para reconocer que los obispos, en 1937, se equivocaron firmando esta carta"
"Se convirtió en una llamada patriótica y militar contra el comunismo, defendía que 'la guerra es a veces el remedio heroico' y significó el nacimiento del nacional-catolicismo, imperante en España hasta la Transición"
"Ahora, con motivo de estos 85 años de la firma de la Carta Colectiva, sería una buena ocasión para reconocer que los obispos, en 1937, se equivocaron firmando esta carta"
Hoy se cumplen 85 años de la Carta Colectiva del episcopado español, un documento sobre la guerra civil de 1936, de carácter histórico-doctrinal, firmado el 1 de julio de 1937 y que fue dado a conocer el 10 de agosto siguiente.
El texto fue redactado por el cardenal Isidre Gomà a instancias del general Franco y fue firmado por todos los obispos españoles, a excepción del cardenal de Tarragona, Francesc Vidal i Barraquer y de Mateo Múgika, obispo de Vitoria, así como también de Joan Torres, obispo de Menorca, ya muy anciano.
Este documento fue muy divulgado internacionalmente por la propaganda franquista, cosa que ayudó decisivamente al “Movimiento Nacional”, para reconocer la sublevación de los españoles adictos a Franco y por eso se convirtió en una llamada patriótica y militar contra el comunismo.
“La Carta Colectiva del Episcopado Español al mundo entero con motivo de la Guerra de España”, un texto de 15 páginas, está estructurado en 8 capítulos y una conclusión final.
El documento, dirigido a los obispos de todo el mundo, comenzaba argumentando el motivo de la carta, ante “el desconocimiento de la verdad de lo que en España ocurre”. Los obispos españoles afirmaban el carácter “anticristiano” de una guerra que causaba un “enorme daño a la verdadera España”.
En la Carta Colectiva, los obispos se lamentaban de la opinión negativa que los medios de comunicación se habían formado de la guerra civil, ya que “una buena parte de la prensa católica extranjera ha contribuido a ésta desviación mental, que podría ser funesta para los sacratísimos intereses que se ventilan en nuestra patria”. Aunque los obispos se mostraban contrarios a la violencia, la Carta defendía que “la guerra es a veces el remedio heroico, único, para centrar las cosas en el quicio de la justicia y volverlas al reinado de la paz”. Por eso argumentaban la sublevación de aquellos que “se alzaron en armas para salvar los principios de la religión y justicia cristiana”.
Según la Carta Colectiva, fueron los políticos de la República “con sus prácticas de gobierno, los que se empeñaron en torcer bruscamente la ruta de nuestra historia en un sentido totalmente contrario a la naturaleza y exigencias del espíritu nacional, y especialmente opuesto al sentido religioso predominante en el país”. Para los obispos, el gobierno republicano actuó “anulando los derechos de Dios y vejada la Iglesia” y por eso el episcopado español defendía “el derecho a la resistencia defensiva por la fuerza”.
Para los obispos españoles firmantes de este texto, solo había una salida a la situación de España: “O sucumbir en la embestida definitiva del comunismo destructor o intentar librarse del terrible enemigo”. Por eso los obispos argumentaban así su postura ante el “Alzamiento”: “La Iglesia no podía ser indiferente en la lucha”. Para los obispos españoles, la rebelión franquista, calificada de “levantamiento cívico-militar”, tenia un doble apoyo: “el del sentido patriótico y el sentido religioso” y por eso creían que “en España no hay más esperanza para reconquistar la justicia y la paz, que el triunfo del Movimiento Nacional”.
La Carta Colectiva defendía que “mientras en la España marxista se vive sin Dios, en las regiones indemnes o reconquistadas se celebra profusamente el culto divino y pululan y florecen nuevas manifestaciones de la vida cristiana”.
La Carta Colectiva significó la unión de la Iglesia con el Régimen franquista y el nacimiento del nacional-catolicismo, imperante en España hasta la Transición.
Esta carta nos habría de recordar que la Iglesia no ha de bendecir ni apoyar nunca una opción política concreta, ni se ha de casar con ningún partido político, como nos enseñó el cardenal Tarancon.
Hay que tener en cuenta que según el P. Hilari Raguer, monje de Montserrat e historiador, esta Carta Colectiva que justificaba el alzamiento militar, generó en el Vaticano un importante malestar. El P. Hilari Raguer consultó el archivo de la Secretaria de Estado del Vaticano, y vio una carta de Pacelli, Secretario de Estado de la Santa Sede (hasta ese momento inédita), datada el 31 de julio de 1937, diez días antes que se hiciese pública la Carta Colectiva, que demuestra este malestar en la Santa Sede.
En esta carta de Pacelli dirigida al cardenal Gomà, y que no llegó a ser enviada, el Secretario de Estado del Vaticano sugería al cardenal Primado, la conveniencia de no publicar el texto de los obispos españoles. El P. Hilari en su artículo (El País, edición Cataluña, 2 de julio de 2017) daba a conocer el texto de Pacelli a Gomá: “Tratándose de una cosa muy delicada que se refiere a todos los obispos de España, esta Secretaría de Estado sería del parecer de que para la publicación de un documento de tanta importancia, como es la mencionada carta, sería deseable la unanimidad de ese Excmo. Episcopado. Ya que el Excmo. Señor Vidal y Barraquer, como usted hace notar en su citada carta, no estima conveniente la publicación de dicho documento, y por otra parte S. E. Mons. Múgika y tal vez otros Obispos españoles no piensen firmarlo, la misma Secretaría remite a la conocida prudencia de Su Eminencia que vea si no sería del caso suspender, por ahora, su publicación”. Lo que no se sabe es porqué la carta de Pacelli no llegó a enviarse.
Se ha dicho diversas veces que el episcopado español habría de pedir disculpas por el apoyo de los obispos españoles, el 1937, al Régimen franquista. Y ahora, con motivo de estos 85 años de la firma de la Carta Colectiva, sería una buena ocasión para reconocer que los obispos, en 1937, se equivocaron firmando esta carta. A excepción de Vidal i Barraquer, Múgika y Torres que no la firmaron y que de esa manera no dieron ninguna legitimidad a una guerra y a una dictadura que anuló las libertades y la democracia y utilizó a la Iglesia, para su beneficio, durante los 40 años de dictadura.