En su primera vigilia en la Basílica de la Virgen Cañizares invita a los jóvenes valencianos a anunciar a Jesús "también en la discoteca"
(AVAN).- El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, alentó anoche a centenares de jóvenes en la Basílica de la Virgen, en la primera vigilia juvenil de oración convocada en el curso, a tener "coraje" para "anunciar a Jesús, en todas partes, en la universidad, en casa o en la discoteca".
El purpurado, que fue ovacionado por los jóvenes al despedir la vigilia con una expresión de Juan Pablo II, "¡coraje y adelante!", agradeció su participación en la vigilia, "siendo un viernes noche", y añadió que "muchos os dirán que esto es una tontería, que es una cosa de viejos, de curas y de monjas, que no saben lo que dicen; pero vosotros cuando oigáis estas cosas, decid que no, y bebed en este manantial inagotable de agua viva que es Jesucristo, que no condena y nos quiere a todos, el único capaz de saciar vuestra sed".
"Anunciad a Cristo en el mundo en crisis, en la casa y en la discoteca"
Además, el arzobispo de Valencia animó a los jóvenes a "no tener miedo de Jesús, porque lo pida todo, Él no es un sucedáneo, lo pide todo porque lo da todo, se da Él en cuerpo y sangre y su amor te hace el más feliz del mundo". Por lo tanto, "vivid en la alegría del encuentro con Él y la transmitiréis a este mundo lleno de tantas crisis, anunciadlo en vuestra casa, en vuestra universidad, en donde estéis, en la discoteca también", añadió.
Dirigiéndose a los jóvenes continuamente, el cardenal Antonio Cañizares les dijo que "si buscáis ser felices, llegar a ser libres, vivir la vida plenamente con un futuro de luz y esperanza, que os quieran y querer a todos, si os gusta la justicia, la autenticidad, la comunicación sincera, entonces buscáis a Dios, no cualquier dios, sino el que se nos ha dado a conocer con rostro humano, Jesús".
Caminos que no llevan a ninguna aparte
Igualmente, el purpurado recalcó que en nuestra sociedad "muchos buscan y piensan que la felicidad y salvación del hombre está en el placer, en el bienestar a toda costa, en la libertad sin límite alguno, en el sexo, en la afirmación de uno mismo sin Dios, en el imponer nuestra voluntad de los demás, en el goce narcisista; pero ahí ni está la felicidad, ni la salvación, ni el futuro, ni la esperanza, son caminos que no llevan a ninguna parte".
Por el contrario, "cuando tantos ofrecen vías que no conducen a ninguna parte, abrid vuestro corazón a Jesucristo que no condena, que nos quiera a todos de verdad y que nos sigue diciendo `Sígueme´", precisó el Cardenal, que insistió en que "con Jesucristo, si dejamos que sea nuestro dueño y señor, que nuestra forma de pensar y actuar sea la de Él, seréis libres a tope, seréis capaces de amar sin medida, os importarán los pobres, vuestros hermanos, y seréis felices de verdad".
Al término de su catequesis, expresó a los jóvenes que "cuento con vosotros contáis con mi admiración, hay que hacer el gran cambio de nuestra sociedad, una humanidad nueva, una civilización del amor, una cultura de la vida".
Concluida la vigilia, el Cardenal departió con numerosos jóvenes que se acercaron a saludarle y fotografiarse con él.