Una homilía con tres claves como siempre: "Vayan, sin miedo, para servir" Francisco en la misa del envío: "Cristo cuenta con ustedes, la Iglesia cuenta con ustedes, el papa cuenta con ustedes"

(José Manuel Vidal, Rio de Janeiro).- Traca final en Copacabana, bautizada ya como la playa de Dios. Ante una multitud, que los organizadores cifran en tres millones, el Papa Francisco celebra la misa de clausura y de envío de la JMJ Rio-2013. Y envía a sus "tropas" con sus habituales tres claves: "Vayan, sin miedo, para servir". Porque "Cristo cuenta con ustedes, la Iglesia cuenta con ustedes, el papa cuenta con ustedes".

En primera fila, las presidentas de Brasil, Dilma Rouseff, y la de Argentina, Cristina Fernández, acompañadas del presidente de Bolivia, Evo Morales y Surinam (Desire Bouterse)

Antes de comenzar la eucaristía,presentan el mayor flashmob del mundo, según los comentaristas.Todos los presentes levantan las manos. Hasta los curas y los obispos siguen el movimiento.

Concelebran con el papa 60 cardenales, 1.500 obispos y 11.000 sacerdotes.

El pontífice llegó a Copacabana en el papamóvil, en el que recorrió todo el paseo marítimo, de cuatro kilómetros de largo.

Al igual que los pasados días, decenas de miles de jóvenes le acompañaron durante el recorrido, corriendo por la arena y el paseo marítimo.

Francisco se detuvo en numerosas ocasiones, para saludar a los presentes, besar niños e incluso tomó mate que le ofrecieron unos jóvenes argentinos.

Esta misa, al igual que la vigilia de anoche, sábado, iba a celebrarse en Guaratiba, a las afueras de la ciudad, pero debido a las lluvias caídas en los últimos días en Río de Janeiro, convirtieron el lugar en un lodazal y se decidió cambiar por Copacabana.

Llega el papa y suena el himno de la JMJ: "Cristo nos invita, sean misioneros".

Tras el himno, la bienvenida del arzobispo Orani Tempesta: "No es una celebración de despedida, sino una celebración de envío. Queremos anunciar la Buena noticia de la salvacion".

"Quedará grabada su presencia y su primer retorno a Latinoamérica del primer Papa latinoamericano".

"180 nacione spresentes en una demostración de nueva evangelización práctica. HOy nos entrega la antorcha de la evangelización en este mundo tan desigual"

Anuncia que, en el Campus Fidei, se van a construir más de 20.000 viviendas.

"Frío y lluvia nos acompañaron, pero es alluvia se llama 'criadeira', que hace germinar la semilla. Que su presencia sea como esta lluvia que hace germinar la semilla del Evangelio"

"El hombre de lanco saludando a todos, dándose a todos es una imagen que llevaremos siempre en la memoria de esta ciudad"

"Ya sentimos nostalia por los momentos que ha pasado entre nosotros. Sentimos que le próximo lunes ya no estará alguien que nos ha hecho muy felices"

"Su Santidad nos ha anunciado a Cristo,Él queda con nosotros"

"También nosotros saldremos con usted a las periferias, a los excluidos"

El Papa le regal un cáliz y comienza la eucaristía.
Los animadores piden, en varias lenguas, un clima de oración y de respeto y que bajen las banderas.

Ritos iniciales, con un bello Kyrie, interpretado por varios artistas. Y un Gloria realmente marchoso y bailable.

Un gloria acompañado de palmas y de movimiento de manos. Desde el altar, el Papa reza y, a su lado, el ceremoniero, Guido Marini, observa el espectáculo con cara de sorpresa. Ésta es una Iglesia que baila y canta con alegría.

Liturgia de la Palabra

Lectura del libro del profeta Jeremías: "Antes de formarte en el vientre de tu madre, te conocí, te consagré y te constituí en profeta de las naciones...Irás donde yo te diga...No les tengas miedo. Yo estaré contigo...Pongo mis palabras en tu boca..."

Se canta el salmo 95: "Contad a toda la tierra las maravillas del Señor".

Segunda lectura: De la primera carta de San Pablo a los Corintios: "Se me ha encargado el oficio de predicar. La paga es dar a conocer el Evangelio, anunciándolo debalde...Me he hecho todo en todos, para ganar, sea como sea, a algunos..."

Y tras el Aleluya, también muy gospel, el Evangelio de Mateo: "Id y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo...Y yo estarñe con vosotros hasta el final de los tiempos"

Homilía del Papa

Toma, como siempre, un poco de agua y se prepara para la homilía, de pié detrás del altar.

"Qué bonito participar en la JMJ...Jesús te llama a ser discípulo en misión"

"El Señor nos dice hoy tres palabras: vayan sin miedo para servir"

Vayan

"Han sentido la alegría de la fe, pero la experiencia no puede quedar encerrada en su vida"

"La fe es una llama, que se hace más viva cuando más se comparte"

"El mandado de anunciar a Dios no nace de la voluntad de dominio o de poder"

"A donde nos envía, Jesús, no hay fronteras ni límites"

"El Evangelio es para todos. No tenga miedo de ir y llevar a Cristo a las periferias existenciales"

"El mundo tiene necesidad de Cristo"

"La Iglesia necesita el entusiasmo, la creatividad y la alegría que los caracteriza"

"El mejor medio para evangelziar a los jóvenes son otros jóvenes"

Sin miedo

"No les tengan miedo. El está con nosotros"

"Jesús no nos deja solos. Nunca deja solo a nadie.Nos acompaña siempre"

"Somos enviados juntos"

"El joven contagia juventud"

"Por favor, sigan acomopañándolos con generosidad y alegría: que nunca se sientan solos"

Para servir

"Es el canto de la vida"

"La vida de Jesús es una vida para los demás, una vida de servicio"

"Lavar los pies de nnuestros hermanos, como hizo Jesús"

"Vayan, sin miedo, para servir"

"Quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría dela fe recibe más alegría"

"Cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo"

"Arrancar el mal y la violencia, destruir las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio y edificar un mundo nuevo"

"Cristo cuenta con ustedes, la Iglesia cuenta con ustedes, el papa cuenta con ustedes"

Ofertorio

En las preces, un recuerdo especial para "las víctimas del accidente de Compostela".

Durante el ofertorio, el papa acogió a una niña muy pequeña que nació sin cerebro y que aún vive, cuando normalmente estos niños fallecen casi inmediatamente.

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, informó que los padres de la niña la llevaron a la misa que ayer ofició Francisco en la catedral de Río de Janeiro y la presentaron al Papa y éste pidió que hoy fuera llevada en el ofertorio, como señal de la ofrenda a Dios de la vida.

Al final de la misa, el Papa entregó a cinco pareja de jóvenes, representantes de los cinco continentes, una pequeña reproducción del Cristo Redentor, símbolo de Río de Janeiro, y un libro de plegarias.

El pontífice llegó a Copacabana en el papamóvil, en el que recorrió todo el paseo marítimo, de cuatro kilómetros de largo.

Al igual que los pasados días, decenas de miles de jóvenes le acompañaron durante el recorrido, corriendo por la arena y el paseo marítimo.

Francisco se detuvo en numerosas ocasiones, para saludar a los presentes, besar niños e incluso tomó mate que le ofrecieron unos jóvenes argentinos.

Esta misa, al igual que la vigilia de anoche, sábado, iba a celebrarse en Guaratiba, a las afueras de la ciudad, pero debido a las lluvias caídas en los últimos días en Río de Janeiro, convirtieron el lugar en un lodazal y se decidió cambiar por Copacabana.

Texto íntegro de la homilía del Papa


Queridos hermanos en el episcopado y en el sacerdocio,

Queridos jóvenes

«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.

1. Vayan. En estos días aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9). Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo, sino: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio o de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no algo de sí, sino todo él, ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a hombres libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.

¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todos. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor. En particular, quisiera que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo. San Pablo dice: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. Éste es el camino que hay que recorrer.

2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías, un joven como ustedes, cuando fue llamado por Dios para ser profeta. Recién hemos escuchado sus palabras: «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios dice a ustedes lo que dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros.

«No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca les deja solos. Les acompaña siempre.

Además Jesús no ha dicho: «Ve», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles a vivir aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad. Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes que concelebran conmigo en esta eucaristía: han venido para acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Pero es una etapa en el camino. Sigan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos.

3. La última palabra: para servir. Al comienzo del salmo que hemos proclamado están estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1). ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de su vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida de servicio.

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San Pablo, en la lectura que hemos escuchado hace poco, decía: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se ha hecho «esclavo de todos». Evangelizar es dar testimonio en primera persona del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, es servir inclinándose a lavar los pies de nuestros hermanos como hizo Jesús.

Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio. En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, les acompañe siempre con su ternura:

«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén.


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