Ayer anunciaba yo la existencia de posibles notables desacuerdos entre Argüello y Mendoza de los que me habían informado. Jesús Bastante, que de ese tema sabe mucho, los confirma hoy en su artículo. Y varios lectores ratifican la existencia de esa tormentosa reunión.

¿Va a suponer eso la marcha de Don José Luis Mendoza de la UCAM? A mí me cuesta creerlo porque ese señor, sin su habilísima gestión de la Universidad en provecho propio, no sería nadie. Sin duda él es el gran artífice de su actual situación moviendo magistralmente los hilos de la UCAM. Y valiéndose de tanto pardillo como hay en la Iglesia, purpurados incluidos, que se dejan comprar por cuatro abalorios.

Entiéndaseme lo que digo. Cuando hablo de habilísima gestión no me refiero a asuntos académicos, económicos o administrativos. En los que no quiero entrar. Estoy señalando la utilización, repito que habilísima, de la Universidad, que por otra parte hay que reconocer que levantó el de la nada, aunque posiblemente sin cimientos, para hacerse un nombre eclesial de muchísima e inaudita relevancia.

Hasta el punto de que parece que llegó a creerse el señor del gran poder en Murcia, en la Iglesia española y hasta en el Vaticano. Y no le faltaban motivos para ello. Porque un laico deponiendo y nombrando obispos no se veía desde Franco. Y aun así con más limitaciones en el Jefe del Estado. Porque siendo cierto que los nombraba el deponerlos se le terminó pronto. Con Añoveros ya no lo consiguió.

Bastante dice que con el vergonzoso traslado de monseñor Reig "algunos cardenales españoles han quedado en muy mal lugar". Pienso que sobre todo uno. Y algunos cardenales extranjeros también. Sobre todo uno.

La diócesis de Murcia y su nuevo obispo necesitan librarse de la tutela de Mendoza. Que es insostenible e impresentable. Pero, ¿se va a marchar abandonando todo lo que le da nombre, influencia y dinero? ¿A cambio de nada? ¿Porque se lo pida Kiko Argüello? Me cuesta mucho trabajo creerlo. Se ha alimentado a la fiera y ahora el campo está lleno de cadáveres. Y puede haber más. Algunos se merecen el nombramiento de Bobo de Coria con cornucopia, dosel y capa magna. Y suerte tendrán si no pasan a engrosar la lista de cadáveres.