Esto recoge en titulares
La Verdad de Murcia y lo reproduce
Religión Digital. Pero ¿no se iba a callar de una vez este jesuita por decisión propia? La Iglesia, con amigos así, verdaderamente no necesita enemigos.
¿Todo parecido con los más radicales adversarios de la Iglesia es mera coincidencia? ¿Será él uno de ellos? ¿Animado por sus superiores? ¿Simplemente tolerado? ¿Eso quieren todos los jesuitas o sólo el P. Masiá? ¿En la Compañía puede decir cada uno lo que le dé la gana? ¿Los obispos tampoco tienen nada que decir? ¿Es la Iglesia una merienda de negros?
Y seguro que a no pocos se les ocurrirían bastantes preguntas más.