La misa que nos divide.

A mí elproblema no me afecta en absoluto. Creo con firmísima fe que ambos modos de celebrar la Eucaristía son legítimos y santos. Acudo al modo ordinario prácticamente siempre y defiendo el extraordinario para aquellos fieles que lo prefieran. No se me ocurre decir que unos son mejores que otros y muchísimo menos que algunos son malísimos.

Pero es evidente que a no todos les ocurre así. No hay más que leer los comentarios en el Blog. Los hay, en uno y en otro bando, que odian a la misa celebrada de otro modo. Y dedican a los otros cariñosísimos apelativos: motupropieros, lefebvristas, herejes...

Alguno ha llegado a llamar masón a Pablo VI y otro casi hereje a Benedicto XVI. Los hay que han deseado la pronta muerte de este último para volver a la situación anterior y no faltan quienes reprochan a Pablo VI todas las barbaridades litúrgicas que hoy se cometen. Hasta la última misa de la Juan XXIII.

Cada uno piensa lo que le da la gana y a mí me es imposible, y además no lo pretendo, borrar todo lo que no coincide con mi modo de pensar. Ya me llega con eliminar a los más impresentables y aun así se me cuela alguno.

Pero quiero hacer una declaración que es oficial del Blog.Aquí se consideran legítimos a todos los Papas de los siglos XX y XXI. Se tiene al segundo Concilio Vaticano como uno de los Concilios Ecuménicos de la Iglesia Católica. Y se tiene el mismo respeto por una misa nueva que por una antigua dignamente oficiadas. Creyendo, además, que es una riqueza eclesial y un beneficio para los fieles la pacífica convivencia de ambos modos de celebrarla.

Todo lo que se exprese en contra de lo aquí manifestado es opinión particular de quien lo expresa sin que el Blog se haga solidario para nada con ello. Antes bien lo rechaza como propio. Aunque lo mantenga como opinión particular del comunicante.

Pues ya lo saben todos.
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