Otra vez el obispo de Mondoñedo-Ferrol.

. No tengo nada contra Don Manuel Sánchez Monge, obispo de Mondoñedo-Ferrol. Es más, me dicen que es una buena persona y estoy dispuesto a creérlo. Pero éste no está siendo su verano.

Hace unos días ha sabido toda Galicia que la Romaxe de este año, con todo lo que ello lleva aparejado, se iba a celebrar en su diócesis. Y Don Manuel tacebat.

Después, el obispado hacía propaganda de unos cursos dirigidos por Don Victorino Pérez Prieto, sacerdote secularizado, ciertamente de facto aunque no sabemos si también de iure, de la diócesis mindoniense y figura destacada del progresismo gallego. Y Don Manuel tacebat.

Ahora acabamos de enterarnos por la prensa ferrolana de que le ha estallado otro petardo entre las manos en la parroquia de Covas. Los encargados de la misma, al parecer un madrileño y un colombiano, siempre según el periódico, han venido a decirles a los parroquianos que su iglesia era impresentable y que ellos unos ignorantes. Pero menos mal que habían llegado unos curas inteligentes para hacer una limpia de supersticiones y dejar al templo como lo exigen los tiempos modernos.

Para ello comenzaron por retirar los reclinatorios, el expositor que había sobre el sagrario y varias imágenes de la Virgen porque con una bastaba y sobraba. Y el mural que decoraba el ábside se salvó de momento y de milagro pues se proponían hacerlo desaparecer bajo una mano de pintura blanca.

Y el personal se les enfadó haciendo llegar su protesta al obispado. ¿Seguirá callando Don Manuel?

Ciertamente el obispo no tuvo participación directa en ninguno de estos hechos. Ni él convoca la nueva Romaxe, ni ha nombrado profesor del seminario al señor Pérez Prieto o ha recomendado asistir a sus cursos, ni mandó dejar la iglesia de Covas sin sus Vírgenes de siempre, sin reclinatorios y sin mural. Pero él es el último responsable del orden en la iglesia mindoniense. Y hasta el momento Don Manuel tacebat.
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