ENTRE CANSANCIOS Y CANSERAS











01. CANSADOS Y AGOBIADOS.

Estamos ya en verano y, quien más, quien menos, estamos pensando en las vacaciones, en el descanso, en “desconectar”, etc. El capitalismo nos programa los cansancios para programarnos las vacaciones.
El descanso es necesario, pero no es a unas vacaciones a lo que Jesús se refiere en el evangelio de hoy: venid a mí los que estáis cansados y agobiados … El Señor se refiere al descanso existencial, a vivir en la paz profunda del alma y de la psicología humana.

En nuestro caminar por el desierto de la vida sentimos cansancios y canseras. En algunas ocasiones los cansancios y canseras derivan en tedio, agobio, angustias. Incluso podemos llegar a situaciones de no querer, no poder caminar más.

A veces por la debilidad física y psíquica, quizás por problemas de salud y enfermedad, por la misma edad. Quizás nos agobian problemas familiares o institucionales. La misma religión o los sistemas eclesiásticos férreos y militares (de poder y moralina barata) abruman nuestra alma. Tal vez alguna situación personal de pecado profundo puede abatirnos.




02. VENID A MÍ LOS QUE ESTÁIS CANSADOS Y AGOBIADOS.
Alguna otra vez Jesús lo había dicho a los suyos: venid a un lugar tranquilo a descansar un poco, (Mc 6,31).
Nos encontremos en la condición que nos encontremos, cuando nos sentimos cansados, derrotados, hundidos en la vida como la barca de Pedro en el lago o en la depresión, poner toda nuestra vida y nuestro futuro en el Señor, ponernos en el Señor es una vivencia sencilla pero de gran calado, no es de sabios y entendidos, sino una experiencia humilde y profunda en la que hallaremos una gran paz y un gozo íntimo.

En silencio interior, sin parafernalias religiosas, sin cacharrería eclesiástica, en el fondo de nuestra alma, nos encontraremos con Cristo (con Dios) y ello es fuente de una serenidad, de una paz que el mundo no puede dar.







03. MI YUGO ES LLEVADERO Y MI CARGA LIGERA.
Jesús no es que cambiara media docena de normas y leyes de la vieja religión judía del AT y creara una religión light: una especie de rebajas religiosas de verano o un “lleve 3 y pague 2”.

Jesús cambia radicalmente el sistema religioso. La religión impone, cansa, agobia, el cristianismo, la fe, no. La religión obliga, Jesús acompaña, la religión impone, Jesús libera. Jesús acoge, sana, alivia, perdona, no condena, etc., Jesús es todo menos agobiar, imponer, mandar y torturar las conciencias. Jesús nos libera de miedos y presiones, Jesús es hombre de paz y libertad. Una de sus actitudes fundamentales es aquella de: no tengáis miedo, no perdáis la calma.








04. LOS SABIOS Y ENTENDIDOS.
Los sabios y entendidos son unos grandes ignorantes de la paz, de la serenidad, de la bondad de Dios.
Los sabios y entendidos disponen, ordenan, cambian las normas de liturgia, las disposiciones legales, pero no saben de la sencillez, de la humildad, de la bondad de Dios.

Llama la atención cómo en Roma hay Congregaciones para todo: Congregación de la fe, de religiosos, de Propaganda Fide, de Culto, de Derecho Canónico, etc… pero no hay un solo despacho sobre la delicadeza de Dios para con el ser humano, no hay una oficina que se pudiera llamar: “El padre del hijo perdido” o del “Buen samaritano”.

Gracias a Dios el papa Francisco inspira ánimo y esperanza.
Un comentario anecdótico:

Es cierto que a las grandes celebraciones de Roma: Consistorios, día de San Pedro, etc. asiste -con el papa Francisco- menos gente que con los papas anteriores. Es cierto.
Algunos, un tanto torticeramente, lo interpretan diciendo que es debido a que éste es un papa liberal, demasiado condescendiente con la gente.
Yo creo que es porque, a quienes este papa inspira esperanza es “gente de la periferia”: homosexuales, divorciados, alejados del sistema religioso, etc., gente probablemente poco religiosa pero que ama los valores humanos y cristianos; digamos que son poco del Templo.

Seguramente que Jesús diría hoy: estuve divorciado y me acogisteis, fui homosexual y no me condenasteis, etc.

El yugo de Cristo es suave, amable. Jesús acoge siempre, perdona siempre; sobre todo cuando estamos más vencidos y aplastados porque Jesús es manso y humilde de corazón.


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