DEL CIELO NO HABLAMOS NI LOS CURAS
01. LA ASCENSIÓN NO ES UNA FIESTA ASTRONÓMICA.
La representación de la Ascensión del Señor a los cielos, que hemos escuchado en la 1ª lectura (HH) es eso, una representación. El contenido de esta fiesta no es la coreografía: un monte, hombres vestidos de blanco, la nube, etc. Podemos pensar y creer que todo aconteció el Viernes Santo a la muerte de Jesús, acontece la resurrección y Jesús termina, vuelve al Padre.
Los relatos de la resurrección y de la Ascensión no son estrictamente históricos, al menos históricos “hacia este lado de la barrera de la historia”, son relatos que hablan de la nueva vida de Jesús en Dios Padre.
Dicho esto, conviene tener un poco de sentido poético para adentrarnos en el mundo de símbolos.
02. SAN MATEO Y LOS MONTES. LA NUBE
San Mateo (y en general la Biblia) recurren muchas veces a los montes para comunicar su mensaje evangélico. Recordemos algunos:
o Jesús es tentado en una montaña altísima, (Mt 4,8).
o Pronuncia su “programa”, las bienaventuranzas en una montaña (Mt 5,1ss).
o Se retira a orar a la montaña, (Mt 14,23).
o Jesús cura enfermos en una montaña (Mt 15,25).
o La Transfiguración acontece en el monte Tabor, (Mt 17,1).
o Jesús fue crucificado en el monte Calvario, (Mt 27,38ss).
o La despedida de los suyos, más que Ascensión, tiene lugar en un monte, (Mt 28,16)
Los montes son un símbolo universal utilizado en muchas culturas, porque los montes son el lugar más cercano al cielo y, por tanto a Dios. JesuCristo está en Dios, a la derecha de Dios.
La NUBE es la protección de Dios. El pueblo que caminaba por el desierto era protegido del rigor del sol por la nube, por Dios. Del cielo, de la nube salió una voz en el río Jordán: Este es mi Hijo amado.
03. FIESTA DE ESPERANZA
Según se decía en el Congreso de médicos celebrado en nuestra ciudad la pasada semana, 15-21 mayo, en España se suicidan casi 4.000 personas al año (3.910). En el País Vasco se consuman 186 suicidios al año (uno cada dos días). Si multiplicamos al menos por diez esas cifras, tendremos aproximadamente, el número de intentos de suicidio que se dan en nuestro pueblo y estado.
El suicidio suele ser la conclusión de un estado de angustia y depresión, o lo que es lo mismo una crisis de esperanza. No puedo con mi alma, “me voy”. Al mismo tiempo, el suicidio es un grito de esperanza. “Quiero salir, pero no veo salida”.
El neurólogo donostiarra Martí-Massó decía en una conferencia en los cursos de verano de la Universidad del País Vasco que la depresión no es un problema exclusivamente médico, es un asunto de convivencia (logoterapia) y de esperanza: fe.
Lou Marinoff escribía hace ya unos años aquel libro: “Más Platón y menos Prozac”. Más pensamiento, serenidad, educación y menos farmacia.
Pero la respuesta de los ministerios – consejerías de sanidad, cultura y educación no tienen la menor intención de plantearse estas cosas desde la higiene mental y educación religiosa o moral.
El ser humano no podemos vivir sin esperanza. Por naturaleza el ser humano es esperante. Esperamos por naturaleza algo que no está en nuestra naturaleza, (P. Laín Entralgo).
04. “CAMBIO CONVENTO POR HOTEL”.
En el centro de San Sebastián en estos momentos se están construyendo o utilizando tres hoteles en tres conventos: Las Siervas de María, Las Reparadoras y la Compañía de María.
¿El turismo infunde esperanza y nos va a salvar de la depresión?
No seamos “simples”.
05. “RECORTES DE ESPERANZA”
Estamos viviendo una crisis de recorte económicos. Algunos sectores de la vida social ven recortados sus presupuestos.
Pero estamos viviendo un recorte fortísimo en los valores, entre ellos un gran tajo ha recibido al esperanza. Ya no sabemos ni esperar esperanzadamente.
En estos últimos días se ha celebrado en Bilbao un Congreso de Oncología y en San Sebastián otro gran Congreso de medicina familiar. El tratamiento que de estos congresos hizo la ETB fue también de corte hostelero. Los dos Congresos han conseguido llenar todas las plazas hoteleras de las dos ciudades.
La oncología, la medicina familiar es algo más importante como para limitarse a contentar al gremio de hostelería.
Y lo malo es que este “espíritu” es el común denominador de nuestra sociedad: políticos, economía, ciudadanos.
Habrá que echar mano de la Esperanza.
06. LA ASCENSIÓN: ESPERANZA DE LA VIDA
La Ascensión es una fiesta de gran calado por lo que tiene de esperanza definitiva. Es cierto que no hay que quedarse plantados mirando al cielo, pero hemos de mirar al cielo.
Es una fiesta en la que intuimos y celebramos nuestro final. Vamos a terminar como Cristo, (y como la Virgen María: Asunción).
Del cielo no hablamos ya ni los curas en los funerales, y el “final” es decisivo para que el presente tenga sentido.
Hoy en día andamos con grandes devaneos eclesiásticos, litúrgico, éticos, en un activismo sacramental esquizofrénico... pero quizás no sabemos hacia dónde vamos... Y vamos hacia Ti, morada santa...
La Ascensión es de enorme consuelo (el Defensor que nos promete Cristo). La entendamos como despedida, Ascensión y plenitud, o como permanencia con nosotros, es una fiesta de esperanza.
07. LA ÚLTIMA MIRADA.
Lo vieron levantarse, marcharse y dejarles solos en la vida.
Es como la última mirada que dirigimos al ser querido que marcha o que nos deja definitivamente. Y dejas Pastor santo, que dirá Fray Luis de León (1527-1591).
¡Cuántos emigrantes de todos los tiempos son despedidos por la última mirada triste de su familia: madres, esposos, hijos amigos! Cuando muere un ser querido le despedimos con una mirada “plantada en el cielo”...
La última mirada se alarga amable y nostálgicamente.
Dos aspectos alivian y convierten la despedida en esperanza.
FUE ELEVÁNDOSE.
Levantarse, elevarse, crecer como personas en la vida es siempre hermoso sea cual fuere la condición en que nos encontremos. El hijo perdido se levantó. La transfiguración de la vida supuso una elevación en el monte Tabor. Cuando sea elevado en la cruz, atraeré a todos hacia mí y sabréis que Yo soy. La Ascensión...
Al revés que los ídolos de este mundo, cuanto más se eleva Cristo, más cerca de está de nosotros. Estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo.
UNA NUBE LOS SEPARÓ.
La nube “es” Dios. Dios llevó consigo al Señor Jesús. ¡Cuántas veces decimos con sinceridad profunda que Dios llevó consigo a tal persona! La nube es la protección de Dios: cuando los hebreos caminaban por el desierto (Ex 13,21: 40,36), Dios los protegía con una nube del rigor del sol (Salmo 105,29). En el bautismo de Jesús, salió una voz de la nube que decía: Este es mi Hijo... (Mt 17,5). En el monte Tabor, una nube, Dios, embargaba aquel momento de Jesús con sus tres discípulos, Moisés y Elías. Cristo concluirá la historia cuando venga sobre las nubes... (Lc 21,27)
A pesar de la tristeza de las separaciones de la vida, es hermoso pensar que terminamos acogido ye envueltos en Dios.
YO ESTOY CON VOSOTROS HASTA EL FIN DE LOS TIEMPOS
A ciertas alturas de la vida uno halla consuelo, ánimo y esperanza en el Señor.
Que los políticos nos dejen de hoteles y los eclesiásticos no nos atosiguen con milongas litúrgicas y moralina leguleya”.
Lo que importa es que Jesús, el espíritu de Jesús, la esperanza estén siempre con nosotros hasta el fin del final.
QUEDATE CON NOSOTROS, SEÑOR