"Dios nos perdona y por eso nos arrepentimos (y no al revés)" Se encuentran la miseria y la misericordia

"Nos diluimos en la masa, en el pelotón de ejecución, en tirar nuestra piedra 'anónimamente'"
"Nosotros creemos que Dios nos perdona porque nosotros nos hemos arrepentido. Más bien Dios nos perdona siempre y su perdón es anterior a nuestro arrepentimiento. Su perdón posibilita que nos arrepintamos"

01. UNA MUER EN ADULTERIO. LA LAPIDACIÓN.
Según la ley del AT el adulterio estaba condenado con la pena de muerte: la lapidación.
La lapidación -como el pelotón de fusilamiento- es una forma de asesinato colectivo, ¿anónimo? Nadie es responsable, si bien todos somos responsables.
Nos diluimos en la masa, en el pelotón de ejecución, en tirar nuestra piedra “anónimamente”
02. AL QUE BUSCAN ES A JESÚS.
Los fariseos en la acusación contra la mujer adúltera “a por quien van” no es tanto por la mujer sino “van a cazar a Jesús”: le preguntaban para comprometerlo y poder acusarlo.
Se trata un momento del conflicto central de Jesús durante toda su vida con el poder religioso. Es un momento del enfrentamiento continuo entre Jesús y los gendarmes de la ley, los fariseos y escribas. Jesús no es un leguleyo fariseo, sino que está abiertamente de parte del ser humano: del perdón, de la no condenación: Yo no te condeno, mientras tanto los guardianes de la ley, los fariseos, se muestran defensores de la ley: el legalismo contra la libertad, el cumplimiento frente al amor.
El refrán español dice: “a ti te lo digo, Juan, para que me oigas, Pedro”. También hoy en la Iglesia se dan posturas y actitudes farisaicas, legalistas que van a cazarte.
03. DEL MONTE DE LOS OLIVOS AL TEMPLO. JESÚS ENSEÑABA.
La escena evangélica sitúa a Jesús en el monte de los Olivos (una colina cercana, “encima” de Jerusalén; será el lugar de oración, de sufrimiento y angustia de Jesús en la víspera de su muerte).
De la cercanía de Dios en el monte y en la oración Jesús baja a enseñar al Templo. Jesús -dice el evangelio- enseñaba en el atrio y en el Templo. Pero Jesús no enseñaba doctrina, ni leyes, sino que la enseñanza es Él mismo. Su persona es evangelio: buena noticia. El Evangelio es la persona de Jesús.
Jesús baja del monte, del “lugar” de Dios para hablarnos de la misericordia de Dios.
Nosotros creemos que Dios nos perdona porque nosotros nos hemos arrepentido. Más bien Dios nos perdona siempre y su perdón es anterior a nuestro arrepentimiento. Su perdón posibilita que nos arrepintamos.
04. EL QUE ESTÉ LIBRE DE PECADO QUE TIRE LA PRIMERA PIEDRA.
SE ENCUENTRAN LA MISERIA Y LA MISERICORDIA.
SE FUERON ESCABULLENDO UNO A UNO, EMPEZANDO POR LOS MÁS VIEJOS.
El que esté libre de pecado que tire la primera piedra…
Se quedaron solos Jesús y la mujer. Se encuentran LA MISERIA Y LA MISERICORDIA.
Este pasaje de la mujer adúltera pertenece al Evangelio de S Juan (aunque parece que pudiera tener un origen lucano) y tiene una ironía muy fina. San Juan “no da puntada sin hilo”. Dice que se fueron marchando comenzando por los más viejos, pero no se refiere solamente a la edad de aquellos fariseos leguleyos, sino a su condición de ancianos: consejo de ancianos, de presbíteros. Es una cuestión de edad y de poder religioso. Es el pecado del poder y del legalismo.
¿Cuántos años tengo? ¿Tengo responsabilidad de poder en la vida?
Bueno será que nos quedemos a solas con el Señor: Es una experiencia perdonadora y sanante haberme quedado a solas con mis miserias arropado, acogido por la Misericordia (Jesús).
Harto tenemos con mirarnos a nosotros mismos y pedir perdón por “lo nuestro” como para acusar a nadie en la vida.
05. JESÚS ESCRIBÍA EN TIERRA.
Jesús escribía en la tierra. ¿Un gesto enigmático de “distracción”: garabatear en tierra? Mucho se ha escrito sobre ello.
Podemos pensar que Jesús estaba escribiendo simbólicamente (Escritura – Palabra) en tierra la sentencia para aquella mujer: Yo no te condeno.
06. MUJER. ¿DÓNDE ESTÁN?
Jesús llama a la adúltera: mujer. Es como Jesús llama a su madre en las bodas de Caná (Jn 2,4): mujer no ha llegado mi hora… y al pie de la cruz: Mujer, ahí tienes a tu hijo (Jn 19,26). Igualmente llama mujer a la samaritana, (Jn 4,21), y a Magdalena, (Jn 20,15). Más en general Jesús habla de mujer cuando esta va a dar a luz la vida.
Mujer es el nombre de la fuente de la vida, madre de los vivientes.
Jesús nos llama siempre, como a la mujer, a comunicarnos vida y a crear vida.
07. YO NO TE CONDENO.
Jesús pronuncia su sentencia: YO NO TE CONDENO.
Ni Dios Padre ni Jesús son un juez neutral, imparcial. Dios sufre con nuestro mal y cuando Dios “actúa” justicia, nos quiere más. Quien peor lo pasa con nuestros fracasos es Dios. La justicia de Dios es misericordia.
Dios nos perdona y por eso nos arrepentimos (y no al revés).
Cuando experimentamos el amor y el perdón de Dios, sentimos una crisis (crisol) en nuestro interior, una agradecida “gozosa tristeza”.
08. VETE Y NO PEQUES MÁS.
El “vete” y no peques más tiene su sede no en mis fuerzas y voluntarismo, sino en la experiencia de la no condenación y del perdón.
Sigamos lo que nos dice Jesús: vete y no peques más; pero nos conocemos a nosotros mismos y sigamos el consejo de San Felipe de Neri: sed buenos si podéis.
Nos hace bien escuchar: YO NO CONDENO.
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