"Ser esos Cristos vivos hacia las hermanas y hermanos que nos necesitan" Jesucristo, Rey que nos trae en la verdad su paz
"No debemos tener miedo a la tribulación, a la mentira engañosa que trata de destruir y eliminar todo bien"
"El espíritu fortalece siempre al discípulo de Jesús que camina en la verdad que hace libre"
"Llamados a desprendernos para compartir, desde la fuerza de un amor compasivo, que sabe sentir el sufrimiento y la necesidad de quien clama ayuda y auxilio"
"Llamados a desprendernos para compartir, desde la fuerza de un amor compasivo, que sabe sentir el sufrimiento y la necesidad de quien clama ayuda y auxilio"
| Fray Alfredo Quintero Campoy OdeM
Las almas que sufren o viven con esperanza en la verdad son consoladas en la paz del espíritu de Dios, quien es el espíritu de la verdad, el Espíritu Santo.
No vence el mal definitivamente, siempre más allá del mal está la trascendencia y grandeza del espíritu consolador en la verdad que nos trae la paz .
Por eso no debemos tener miedo a la tribulación, a la mentira engañosa que trata de destruir y eliminar todo bien.
Yo he vencido al mundo, dice Jesús a sus discípulos: ¡No tengan miedo!
El espíritu fortalece siempre al discípulo de Jesús que camina en la verdad que hace libre.
La más grande experiencia del ser humano debe ser caminar en esa verdad que hace libre.
Esa libertad en la verdad hace plena la existencia. A eso ha venido Jesús, a que tengamos vida plena.
Por eso es importante iniciar y progresar en una fe que se deje guiar en esa verdad donde el espíritu de Dios se manifiesta, dando el consuelo de la paz.
Las almas, amigas de Dios, saben distinguir esta verdad que comunica el espíritu de Dios y, les da el gran aliento de la firmeza y perseverancia de caminar en la fe que lo vence todo, especialmente el miedo, la incerteza, porque sabe confiar en ese Dios que siempre cumple, en una paciencia siempre confiada en espera.
Este domingo que celebramos a Cristo Rey del universo, es importante abrirnos en la verdad que nos trae Jesucristo.
La caridad que debe distinguirnos, según el relato de Mateo 25, nos lleva a ver por los más desfavorecidos y desprotegidos, llamados a desprendernos para compartir, desde la fuerza de un amor compasivo, que sabe sentir el sufrimiento y la necesidad de quien clama ayuda y auxilio.
Volteemos a nuestro alrededor, escuchando el clamor de quien sufre y, tendiendo la mano en la riqueza de una caridad que sabe socorrer y aliviar penas y dolores.
Una sensibilidad con desprendimiento que sabe ver el rostro del otro como un hermano, quien está esperanzado en la caridad que yo puedo mostrar para dar alivio.
Seguir el camino de Jesucristo hoy, significa actuar como Jesús actuó y cuyos ejemplos están plasmados y narrados por los evangelios.
Llevar hoy el mensaje de Jesús, ser anuncio de su evangelio, es mostrarnos en esa caridad que nos narra el Evangelista Mateo en este domingo y que ya lo refiere el texto del profeta Ezequiel: mirar hacia la oveja descarriada, herida, enferma.
Eso es asumir nuestra vida bautismal, para ser esos Cristos vivos hacia las hermanas y hermanos que nos necesitan.
Solo el amor puede hacer presente a Cristo.
Solo el amor puede redimir y establecer la justicia para dar equilibrio a nuestra vida de comunidad, de familia y sociedad.
Solo el amor sabe mirar más allá del dolor y la dificultad. El amor es siempre un faro de esperanza.
Donde hay amor hay resplandor de luz intensa, íntima, que llega al corazón y es capaz de expresarse en las mil maneras en que se necesita de su alimento.
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