"A los católicos debe bastarnos con la 'etiqueta' de ser 'discípulos de Crist'”" Respuestas razonables sobre nuestra fe

Papa Francisco y Mario J. Paredes
Papa Francisco y Mario J. Paredes

"Prefiero, como vicepresidente interino de la mencionada Academia, compartir aquí, unas reflexiones sobre la “ideologización”, característica propia de nuestro tiempo y cultura"

"La identidad del ser cristiano está definida por el grado de autenticidad o de radicalidad con el que vivimos el discipulado, es decir, el seguimiento de Jesús de Nazaret y de la lógica del Evangelio"

"Por mi trabajo de años y pertenencia al plantel docente y directivo de la Academia, puedo, eso sí, dejar constancia aquí de la gran labor desempeñada por esta institución durante tantos años y en tantos países"

"En la Junta Directiva de la Academia lamentamos lo ocurrido, no desconocemos el daño ocasionado, pero defendemos y reafirmamos el gran valor y trabajo que para la Iglesia y la sociedad tiene esta institución"

En los pasados días y por distintos medios, hemos quedado informados de una confrontación entre el director ejecutivo de la ACADEMIA DE LÍDERES CATÓLICOS y un miembro del consejo internacional de la misma, quienes se acusan de asuntos relacionados con la “Organización Nacional del Yunque”. 

Ésta, a su vez y según lo informan distintas páginas en la internet, es señalada de ser una organización secreta, paramilitar, ultra católica, de extrema derecha y de origen mexicano. Tal confrontación ha derivado en una crisis que afecta la imagen de la Academia.

No voy a sumarme al coro del morbo, al amarillismo, al oportunismo, a la saña e inquina que suele desplegarse, especialmente, cuando se trata de malas noticias que afectan la reputación de miembros o instituciones católicas. 

Newsletter de RD · APÚNTATE AQUÍ

Academia de Líderes

Prefiero, como vicepresidente interino de la mencionada Academia, compartir aquí, unas reflexiones sobre la “ideologización”, característica propia de nuestro tiempo y cultura, sobre la identidad cristiana y la pertenencia a la Iglesia Católica, sobre la magnífica labor realizada por la Academia durante dos décadas y en más de veinte países, y sobre la necesidad de instituciones similares en la Iglesia y en la sociedad.

Nuestro momento histórico y cultural tiene, entre otras características propias de esta coyuntura hacia la postmodernidad, la “ideologización”. Entendiendo por ello, aquí, además del afán de promover e inculcar y manipular, mediante una determinada visión selectiva o sesgada del mundo, otro afán inusitado:  el de etiquetar, clasificar y encasillar a los seres humanos como pertenecientes a tal o cual ideología, credo, ideario o doctrina. 

Es un afán que se usa, especialmente, en el terreno de la política, pero que se extiende a todas las áreas y dimensiones de la vida en sociedad, incluida – desgraciadamente – la dimensión religiosa.

Así, por ejemplo, los medios se afanan en catalogar al Papa Francisco como un hombre de izquierda unas veces y, en otros casos y circunstancias, como un Pastor de la derecha. Esta modalidad de encasillamiento paraliza, estigmatiza, señala, acusa e impide el avance y el progreso de las personas y de las instituciones.

Paredes, con el Papa
Paredes, con el Papa

En el terreno de la política se prefiere y opta – facilista y cómodamente – por discutir más sobre la ideología de los actores políticos y menos, y cínicamente, sobre el bien común, sobre las necesidades reales y concretas de las comunidades, tales como vías, escuelas, acueductos, etc.

A los católicos debe bastarnos con la “etiqueta” de ser “discípulos de Cristo”, llamados a vivir su misma vida, como hijos de Dios y hermanos de todos; a asumir su misma lógica, lógica de Dios que no es la del mundo y a cumplir su misma misión: la de construir el reinado de Dios, aquí y ahora, mediante el mandamiento del amor, manifestado en obras, especialmente en beneficio de nuestros hermanos los más necesitados de espacios de vida abundante, en medio de una cultura de la muerte.

Y esta vida “cristiana”, es decir, vida de seguimiento auténtico de la enseñanza y proyecto de Jesús de Nazaret, de su Buena Nueva, es la única membresía, y no ninguna otra, para profesar que pertenecemos a la Iglesia Católica.

Entonces, la identidad del ser cristiano está definida por el grado de autenticidad o de radicalidad con el que vivimos el discipulado, es decir, el seguimiento de Jesús de Nazaret y de la lógica del Evangelio

Por lo que, la frontera que define la pertenencia o no pertenencia a la Iglesia Católica no es de tipo geográfico o partidista, sino que pasa por el corazón de cada ser humano que opta por vivir la misma vida de Cristo, hasta gritar como Pablo: “Ya no vivo yo, es Cristo quien vive en mi” (Gál 2,20), con todos los riesgos, consecuencias, persecuciones y cruces que ello implica.

La Academia de Líderes Católicos con los artistas católicos del mundo
La Academia de Líderes Católicos con los artistas católicos del mundo

Aquí, cabe que nos preguntemos si la aparición y multiplicación de movimientos y organizaciones eclesiales, de distintos matices, obedece a la multiplicación organizada de dones, carismas y ministerios para la construcción del reinado de Dios en el mundo o si, muy por el contrario, obedece a agendas y propósitos sectarios y egoístas para manipular, para defender intereses personales o grupales y para imponer ideologías - muchas veces contrarias al Evangelio - al interior de la Iglesia.

Nunca, antes de este escándalo, tuve conocimiento de la existencia de una tal organización: “El Yunque”. Por mi trabajo de años y pertenencia al plantel docente y directivo de la Academia, puedo, eso sí, dejar constancia aquí de la gran labor desempeñada por esta institución durante tantos años y en tantos países.

Labor que ha consistido en acercar y formar en los principales contenidos de la fe católica a líderes de distintas áreas del quehacer social y en aproximar e iluminar con la reflexión teológica otros campos del saber y de las ciencias humanas. 

Así, la Academia ha llenado un espacio importantísimo en la tarea evangelizadora de la Iglesia. Espacio y misión que consiste en la necesidad de formación religiosa entre todos los creyentes, pero, especialmente, entre los líderes de nuestra sociedad, para que “estemos siempre preparados y dispuestos a dar razón de nuestra esperanza” (1 Pe 3,15).

Academia

Este diálogo de la Iglesia con la sociedad civil, este intercambio de ideas y de visiones, este respeto por la pluralidad de los saberes y quehaceres humanos y sociales, lo ha llevado a cabo la Academia con sobrada mística y con fe y esperanza en la construcción de un mundo mejor.

Aunque es difícil de entender, por lo paradójico, que, dos directivos, con su altercado, hayan protagonizado y producido esta crisis en la imagen de esta formidable institución, la misma que ellos integran y presiden, en la junta directiva de la Academia, siempre integrada por importantes hombres y mujeres de la Iglesia y de la sociedad civil, lamentamos lo ocurrido, no desconocemos el daño ocasionado, pero defendemos y reafirmamos el gran valor y trabajo que para la Iglesia y la sociedad tiene esta institución y la necesidad de que entidades, con objetivos y propósitos similares a los de esta Academia, apoyen la tarea evangelizadora de la Iglesia Católica en el mundo.

Tarea que es mandato del mismo Jesús para todos los que somos y hacemos Iglesia: “Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio” (Mc 16,15). Que, en medio de los obstáculos mundanos, Dios abra nuevos caminos, para que, solucionado y superado este lamentable asunto y momento, el gran legado, visión y misión de la Academia permanezcan.

Mario Paredes
Mario Paredes

Volver arriba