Homenaje a José Luis Gago en Edibesa La voz que aún resuena
Salus Mateo y José Antonio Solórzano dibujan un perfil del padre Gago, un hombre de esperanza, a quien seguimos necesitando hoy
'La voz que aún resuena' (Edibesa)
La editorial “Edibesa”, con la colaboración de la fundación “Cope”, acaba de publicar un libro dedicado a José Luis Gago del Val, (1934-2012) “que pretende ser una síntesis de las múltiples facetas que fue este comunicador, fraile dominico y que vivió y experimentó a lo largo de su vida. La prensa, la radio, la televisión, los múltiples libros publicados, el trabajo pastoral silencioso, le convierten en un sacerdote a carta cabal”, conocido, reconocidos y querido como el “P. Gago” para la multitud de amigos y profesionales del ramo.
El libro –con sus 244 páginas- es y está más que merecido. El primero de sus redactores es Salus Mateos, que convivió con él en la Comunidad de San Pablo de Valladolid, “Especialista en Orientación Familiar, con sobrada capacidad para escudriñar en la psicología de las relaciones interpersonales con cautela y habilidad”. El otro autor es José Antonio Solórzano, quien colaboró con el P. Gago en numerosas ocasiones, sobre todo en programas educativos, con “utensilios literarios suficientes para hacer de las palabras un juego desenfadado, y así exponer con humor sus ideas y creencias con lucidez, casi tanta como el mismo P. Gago”.
El Cardenal Arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, prologuista del libro, siendo aún Presidente de la Conferencia Episcopal Española, muestra su agradecimiento al P: Gago, “hombre de esperanza, a quien seguimos necesitando hoy, no ya para conducir un medio de comunicación, sino para percatarnos de los milagros de cada día, de la belleza de los pequeños gestos, del valor de un encuentro cotidiano y de los retos de las etapas de su existencia…Una esperanza alimentada por la firme confianza en Dios…”, destacando “ cómo escribía y meditaba con voz de radio, por el torrente de vida volcado sobre sus lectores y oyentes…”
“Profeta de la comunicación” en tiempos de cambio en la Iglesia del siglo XX (sobre todo a raíz del Concilio Vaticano), empeñado en que la Iglesia española tuviera medios propios de comunicación , profesionalizados y potentes para transmitir los valores evangélicos”, fue –y sigue siendo- parte importante del ser y actuar del P. Gago. Lo es también la invocación de muchos de sus amigos como “Predicador del Evangelio de la alegría”, así como “Apóstol de la Comunicación” en la Iglesia.
Todas estas admiraciones, ubicadas a la perfección en el contexto profesional de los medios de comunicación social a los que con exactitud pontificia definiera el papa Pablo VI como “los nuevos púlpitos de la Iglesia en el mundo moderno”.