"Un columpio en el desierto", de PPC Cooperación, desarrollo y utopía
(Antonio Aradillas).- El título completo del libro editado por PPC en su colección "Sin fronteras", es el de Un columpio en el desierto: lecciones y paradojas sobre la cooperación, desarrollo y utopía. La explicación de lo del "columpio" se encuentra en la página 61, con referencia devota, optimista y utópica, a la frase del profeta Mahoma de "si llega el día del juicio y te pilla con una simiente en la mano, plántala".
La autora del libro sin fronteras es María Ángeles López Romero, periodista, quien en su haber profesional cuenta con "interesantes entrevistas a significativas personalidades del mundo de la cooperación, de la cultura, la política y la religión", viajera empedernida por diversos países, con mención para Brasil, la India y otros en el continente africano.
De entre sus diversos libros destacan los títulos Cómo responder a los pequeños con palabras de hoy, Mamá: ¿Dios es verde?, Morir nos sienta fatal: diálogo a vida y muerte, y Adiós al "jesusitodemivida": a vueltas con la transmisión de la fe.
El libro del columpio, en el que aquí y ahora pretendemos mecernos, con serenidad, atención y misterio, ofrece en sus 226 páginas, posibilidades múltiples para suscitar y mantenernos en vilo en todos y cada uno de sus capítulos, con el convencimiento educador de que "al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos".
De entre los "misterios" e intenciones que hicieron posible la redacción y estancia en el columpio, menciona la capacidad de ilustración-formación que aporta a la creciente afición a las programaciones viajeras que caracteriza a la sociedad actual, tanto personal como colectivamente, siempre en vísperas de enrolarse en cualquier listado de ofertas turísticas, con sus variadas fórmulas, también "religiosas".
Del libro de María Ángeles puede aseverarse, entre otras cosas, que se trata de un instrumento eficaz con el que se contará de aquí en adelante para hacer mucho más efectivas, constructivas, y, a la vez, humanas y cristianas las programaciones turísticas, que si hasta ahora la mayoría de ellas se limitaban a recorrer países y coleccionar fotos y recuerdos, sin contacto real y amoroso con los problemas que viven sus habitantes, sobre todo los más pobres, de aquí en adelante al menos se suscitará la necesidad y el compromiso con compartirlos de alguna manera "solo con saber mirar, palpar, oler, compartir la comida y las lágrimas de quienes los viven".
Por exóticos que sean esos países, a los cristianos y aún al resto de los humanos, no les será válido tan solo viajar por viajar, sino hacerlo con criterios propios de los miembros de una sociedad en vías de globalización, pero en la que unos están ahítos de sus ventajas y otros apenas si se hallan capacitados para llamar a sus puertas. Hay países en los que el verdadero y auténtico sentido de la "peregrinación" es lo que justificaría la visita.
Gran parte del interés del libro radica en que la base del mismo es la propia experiencia y vivencia de su autora. Cuanto, por ejemplo, se relaciona con la mujer y su velo y otros símbolos y comportamientos en los países musulmanes, -"el mundo es una pesadilla para las mujeres"-, es referencia significativa, dado que la única fórmula de romper perjuicios es "encontrarse", haciendo fiel y respetuoso uso del "idioma del abrazo y de la sonrisa".
Resulta de gran utilidad educadora la apreciación de la autora del libro, al juzgar estas y otras circunstancias "religiosas", de que "algunos se empeñan todavía en "vender" como ley divina una vestimenta restrictiva, igual que en otros tiempos se justificaba la pobreza, afirmándose sin pudor que los pobres lo son porque así lo ha querido Dios".
Y es que la utopía está en el horizonte: camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá... Entonces ¿para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.
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