Teresa Forcades, en Herder 'Fe y libertad'

(Antonio Aradillas).- De acuerdo con lo referido en la contraportada del nuevo libro Fe y libertad editado por Herder, "Teresa Forcades entrelaza sus experiencias personales con reflexiones sobre la ética, la religión y la política y muestra que la fe cristiana puede ser una fuerza para el cambio radical". Con santa y particular mención para la influencia que la Doctrina Social católica, y la Teología de la Liberación, pudieran y debieran ejercer, y haber ejercido ya, en temas tan fundamentales para la convivencia entre los humanos como "la libertad y el amor, la justicia social y el compromiso político, la salud pública, el feminismo, la fe, y el perdón".

Que una monja benedictina, como Teresa Forcades, "teóloga, médica y activista política", sea noticia, está más que justificado por multitud de razones y desde perspectivas plurales de signo diverso, y aún contradictorio. Tal convencimiento y realidad, insta a pensar que su Fe y Libertad se hará presente no solo en ámbitos bibliográficos, sino sociales, políticos y, por supuesto, religiosos, con la ayuda feliz de los medios de comunicación atentos y sensibles a estampas como estas.

Y es que la Iglesia precisa y demanda hacerse noticia. De por sí, es noticia y además, "buena noticia", por lo de que el "evangelio" es su fundamento y razón de ser, hasta semánticamente. "Iglesia no noticia" dejaría de ser y de ejercer como Iglesia.

El Papa Francisco lo conoce y lo vive. Las mismas Órdenes y Congregaciones Religiosas - de ellos y ellas-, por enclaustrados/as que vivan, han de entreabrir sus tornos conventuales para que, con sus testimonios de vida, y su palabra encarnada en tantas Teresas de Jesús, y de apellido Forcades, nos prediquen a cuantos, hermanos y hermanas, configuramos la Iglesia, en los tiempos de tantas "mudanzas" como los que nos han correspondido vivir.

Por si a algunos hipotéticos lectores les sirve de orientación, en la misma colección del libro de Herder, se hacen simultáneamente presentes, con otros títulos, Juan José Tamayo, Juan María Clavel. Andrés Torres Queiruga y Nicolás Castellanos.

El ritmo sugerente, y sugeridor, seguido en el de Teresa Forcades, es el propio y específico, como no podía ser de otra manera, de las "Horas Canónicas" monásticas, con la homologación de Maitines (amor y libertad), Laudes (justicia social), Sexta (salud pública), Recreación (feminismo), Vísperas (la fe), y Completas (el perdón). En la coincidencia de la "recreación" con el feminismo, destacan de modo elocuente las reflexiones sobre "el sexismo de la sociedad actual y la teología feminista".

Personalmente, aquí y ahora, me sentiría insatisfecho si dejara de reseñar y no dejar constancia de la impresión por mí experimentada de que a la reverenda Madre Teresa "se le fue el santo al cielo", al no haber hecho mayor insistencia en la urgencia y profundidad de reforma que exigen y demandan la propia Iglesia y sus instituciones -Órdenes y Congregaciones Religiosas incluidas-, necesitadas de ser destinatarias de mayor atención.

"Ecclesia semper reformanda" y "medice, cura te ipsum", son principios de corrección fraterna, cargados de sempiterna y reparadora sabiduría. Creo así mismo, que también a la reverenda "se le fue el santo al cielo", y hasta, en parte, "perdió el 'oremus'", al justificar con tanta benevolencia, el independentismo, catalán en este caso, con la casi imposibilidad de que en tales sistemas político- administrativos no sería posible la corrupción, dado que, al no ser muchos sus habitantes, todos nos conocemos, nos respetamos y nos queremos más y mejor, pretendiendo tan solo el bien de los pobres y de los más necesitados. Y así le pongo ya el correspondiente "Amén" a estas amables, y no indulgenciadas, reflexiones.

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