José María Quintas Ripoll, en Ciudad Nueva 'Mar de llama. Los comienzos de la experiencia mística de Chiara Lubich'
(Antonio Aradillas).- La Iglesia, por Iglesia, es "ascesis", o "ejercicio conjunto de reglas y de prácticas encaminadas a la liberación del espíritu y al logro de la virtud", sin ahorrarse esfuerzos". Pero también es, y sobre todo, "mística", o "parte de la teología que trata de la vida espiritual y contemplativa y del conocimiento y dirección del espíritu". Hay tiempos y lugares en los que la ascesis penitencial y victimal definió a la Iglesia con mayor crudeza y legitimidad, y otros en los que la contemplación y visión de Dios y de los atributos divinos fueron sus notas y características más relevantes, y significativas, con visión de Edad Media moderna, y en disposición de afrontar la aventura de la "Tercera Navegación", o "era del Ágape", rebasadas ya la del "Mito" y la del "Logos"
A la Iglesia en la actualidad le faltan mística y místicos. Las Órdenes Contemplativas sufren crisis muy graves. No pocas de ellas están en riesgo de desaparición inminente, por lo que cualquier libro en cuyas páginas anide la mística, es -será- bien recibido. Tal es el caso de "Mar de llama. Los comienzos de la experiencia mística de Chiara Lubich", editado por por "Ciudad Nueva -CN", en su colección "Mística y espiritualidad", con oportunidad conciliar y "franciscana", propia de la "mística de la cotidianidad y de los ojos abiertos".
Su autor es José María Quintas Ripoll, ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que estudió Ciencias Religiosas en Florencia y Friburgo, Máster en Mística y Ciencias Humanas, que ha dedicado buena parte de su vida a la animación espiritual y vida contemplativa en España, Suiza, Argentina, Chile y Bolivia. Causa, y fruto a la vez, de su biografía la condensa en esta dedicatoria de su libro:"A mis padres que me han dado una familia unida y a Chiara, que me ha dado a conocer la vida divina de la unidad".
En la contraportada de su "Mar de llama", con pulcra e inteligible pedagogía, se refiere y explica que "este libro da a conocer el corazón del pensamiento y de las intuiciones místicas originarias de Chiara Lubich, sacadas de sus cartas de juventud, entre 1943 y 1949, escritas con un lenguaje joven y apasionado, que desvelan nuevas perspectivas para la mística y la espiritualidad, sorprendentes en una joven maestra de primaria, con una sólida fe formada en la tradicional sociedad católica de Trento. Ella, deslumbrada, acoge hasta sus últimas consecuencias un rostro de Jesús desconcertante: 'un Dios abandonado por Dios'".
"Con la autoridad de su experiencia, de su vida y de su espiritualidad, y ante el escenario de un mundo occidental ampliamente secularizado, con sus grandes miserias y sus fascinantes conquistas, ella nos brinda la posibilidad de formalizar una experiencia de Dios en el rincón en el que te toca vivir, entre el ruido atronador de las calles, en las luchas por un mundo mejor, en el sufrimiento, y no solo en la intimidad de la interioridad. He aquí el gran atractivo de nuestro tiempo: penetrar en la más alta contemplación y permanecer mezclado con todos, hombre entre los hombres".
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