"El reto irrenunciable de la liberación" San Pablo publica "La moral cristiana"
(Antonio Aradillas).- A muchos, cristianos o simples "transeúntes", la lectura del libro que con el título "La moral cristiana" ha publicado la editorial "San Pablo", les significará un "antes" y un "después" en el proceso permanente de la educación de la fe al que todos hemos de estar sometidos, por su propia exigencia.
El interrogante de "¿opresora o liberadora?" con el que lo completa su autor, el sacerdote dominico Felicísimo Martínez Díez, con extensión a la "pureza y al don", completa la veracidad de los susodichos adverbios "antes y después". Ahórrense los lectores buscar las clásicas notas canónicas de los "Nihil Obstat" e "Imprimatur", con las respectivas firmas curiales, guardianas de ortodoxias "pres" o proscritas, que ya no ha lugar a las mismas, entre otras razones por la insensatez que no pocos de estos requisitos les suponían a los autores, editoriales y al mismo pueblo de Dios.
El autor lo es también de otros títulos como "Al servicio de la fe", "Fe para personas inquietas" y "Corregir al que yerra". En su contraportada se resume el contenido de su "La Moral Cristiana" de esta manera:"Es frecuente identificar la moral como sistema de mandatos y prohibiciones que regulan la vida del creyente, e incluso como enemiga de la libertad y de la felicidad. Esta obra demuestra lo contrario. La moral cristiana no se debe imponer, sino proponer, ya que los valores más radicales y los ideales más sublimes, como el amor y el perdón, son exigencias directas de la experiencia de la fe cristiana".
En las 350 páginas, bien nutridas de datos y citas, sobre todo bíblicas, por ejemplo, en el apartado "El ideal e la liberación y la crítica de la moral", reconoce y subraya que "ningún resume mejor sus anhelos que el de la libertad , de la autodeterminación, la autoposesión y autorrealización , por lo que una denodada lucha contra cualquier forma de opresión , esclavitud o discriminación, anima hoy la militancia de los individuos, de los grupos sociales y de los pueblos". "Toda moral debe confrontarse
Con el reto irrenunciable de la liberación. También la cristiana. ¿Es esta una moral opresora o una moral liberadora? ¿Es una moral de esclavitud o una moral de libertad? ¿Es una moral que está a favor del ser humano, o una cortapisa y un obstáculo para dicha realización?"
El autor contesta, y denuncia, con precisión, teología, historia y sentido de las realidades eclesiásticas, canónicas y pastorales, en su diversidad de planos y jerarquías, que "bajo la común denominación de "moral cristiana" se han inscrito y amparado sistemas morales y pautas de comportamientos, que poco tienen que ver con el Evangelio de Jesús. La historia da pie a veces para sospechar seriamente del carácter liberador de la moral cristiana. La sociedad y la misma Iglesia, se resienten hoy de estas sospechas. Y por eso abundan tanto los prejuicios sobre las morales religiosas y, en concreto, sobre la moral cristiana".
Una buena parte del libro está sustantivamente definida por el comprometido afán de su autor de desmontar el hecho de que muchos cristianos consideran que lo moral es enemiga de la felicidad, de la libertad y de la autorrealización, lamentando que "no se les haya anunciado el evangelio cristiano como "Buena noticia", por lo que "ninguna moral que se precie de cristiana debe construirse en oposición a la materia, al cuerpo y a la condición humana".
Libros como el del sacerdote dominico desnudan la llamada y tenida como "moral cristiana", de aditamentos interesados y manipuladores, en contradicción con el evangelio y con su vivencia encarnada en el testimonio de Cristo Jesús, con pérdida lamentable de sus verdaderas raíces teológica, contribuyendo decisivamente a la "desmoralización" hoy imperante dentro y fuera de la Iglesia.