Nuevo libro del teólogo Jesús Martínez Gordo (Ediciones HOAC) 'Entre el Tabor y el Calvario. Una espiritualidad “con carne”'
'Entre el Tabor y el Calvario. Una espiritualidad “con carne”' de Jesús Martínez Gorodo en Ediciones HOAC
"Propuestas que, buscando disfrutar de las anticipaciones del final en los Tabores actuales, desatienden e, incluso desprecian, el programa de las Bienaventuranzas y la actualización del Calvario en nuestros días"
"Las espiritualidades más atentas a los Calvarios actuales y al programa de las Bienaventuranzas han de cuidar, mucho más de lo hecho hasta el presente, las anticipaciones del final que son los Tabores actuales"
"Este exceso (el de la entrega a fondo perdido) sea el que Dios mira con particular cercanía y comprensión, pero no deja de ser una 'locura', muy probablemente, consecuencia de enfatizar el aguijón sin el saludable contrapunto de la caricia"
"Las espiritualidades más atentas a los Calvarios actuales y al programa de las Bienaventuranzas han de cuidar, mucho más de lo hecho hasta el presente, las anticipaciones del final que son los Tabores actuales"
"Este exceso (el de la entrega a fondo perdido) sea el que Dios mira con particular cercanía y comprensión, pero no deja de ser una 'locura', muy probablemente, consecuencia de enfatizar el aguijón sin el saludable contrapunto de la caricia"
| Jesús Martínez Gordo teólogo
A lo largo del curso 1994-1995 los miembros del seminario del área teológica de “Cristianisme i Justícia” (Barcelona) reflexionamos sobre lo que aportaba al diálogo interreligioso la opción por los condenados de la tierra y por la justicia para con ellos. Uno de los resultados de aquellos encuentros fue la publicación de un libro conjunto titulado “Universalidad de Cristo: universalidad del pobre”.
Durante el curso 1996-1997 retomamos el asunto, contando en aquella ocasión, con las aportaciones de algunos representantes o especialistas en otras formas de religiosidad. Como resultado de las mismas y de los diálogos mantenidos, hubo un posicionamiento de dicho seminario teológico que, recogido juntamente con las intervenciones de los ponentes y los resúmenes de los coloquios que se sucedieron, fue publicado en un texto dedicado a las “Religiones de la tierra y sacralidad del pobre. Aportación al diálogo interreligioso”.
Si bien es cierto que, como se indica -con cierta ironía- en el prólogo de la segunda de las publicaciones, cada uno de los participantes en estas sesiones se quedó con la opinión que tenía antes del inicio, también lo es que todas ellas quedaron matizadas y enriquecidas. Y, sobre todo, que en muchos de los allí presentes se abrió un campo, particularmente interesante, de diálogo y reflexión.
Prueba de ello es que durante el curso 2017-2018 esta inquietud nos adentró en el estudio de las llamadas nuevas corrientes de espiritualidad. Y, de nuevo, el resultado de tales encuentros quedó reflejado en un cuaderno titulado “Dios en tiempos líquidos. Propuestas para una espiritualidad de la fraternidad” (2019).
Entiendo el presente texto en continuidad con estas publicaciones, así como con lo que recojo en otro libro que lo antecede, dedicado a clarificar, en diálogo con los llamados nuevos ateos, lo que decimos cuando decimos “Dios”. Aquí doy cuenta de lo que allí señalo como una tarea pendiente: la de estudiar las espiritualidades que, por favorecer imaginarios, ideas o representaciones de Dios en términos de solo Mismidad, Quietud, Silencio, Misterio Indecible, Gran Vida, Todo, Absoluto, Sí eterno, Océano de la Unidad Infinita o Realidad no-dual, tienen muchas dificultades para no incurrir en neo-gnosticismo, es decir, en descuido de la “carne”.
Es lo que constato cuando me encuentro con propuestas que, buscando disfrutar de las anticipaciones del final en los Tabores actuales, desatienden e, incluso desprecian, el programa de las Bienaventuranzas y la actualización del Calvario en nuestros días.
Pero manifiesto que en el transcurso de esta andadura ha ido apareciendo otra constatación: las espiritualidades más atentas a los Calvarios actuales y al programa de las Bienaventuranzas han de cuidar, mucho más de lo hecho hasta el presente, las anticipaciones del final que son los Tabores actuales. Es la mejor solución para eludir el neo-pelagianismo que las ronda.
No creo que Dios quiera, por admirable que pueda parecer, más cadáveres en los calvarios contemporáneos, es decir, personas quemadas por una entrega sin fondo y no fundada en la experiencia, también reparadora y estimulante, de encuentro y disfrute con Él en sus anticipaciones tabóricas.
Es muy probable que este exceso (el de la entrega a fondo perdido) sea el que Dios mira con particular cercanía y comprensión, pero no deja de ser una “locura”, muy probablemente, consecuencia de enfatizar el aguijón sin el saludable contrapunto de la caricia.