Pasquale Ionata, en Ciudad Nueva 'Transfórmate en lo que ya eres'

(Antonio Aradillas).- Transfórmate en lo que ya eres es el nuevo título que publica Ciudad Nueva -CN-, cuyo autor es Pasquale Ionata, psicólogo y terapeuta, y cuyo subtítulo - El poder sanador de las palabras, abre de par en par las puertas del interés de tantos, por saciarse con la lectura de sus 230 páginas.

Y es que somos y hacemos lo que son y "dicen" las palabras que nos sea dado pronunciar, por oficio, amistad, relaciones familiares, sociales, políticas y también religiosas. Y todo ello, en conformidad exigente y civilizada con el contenido y adecuada pronunciación de nuestras palabras. El testimonio doctrinal de las civilizaciones antiguas, es inequívoco: "En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios y la Palabra era Dios" (Jn, 1,1), eco fiel de las de las del sagrado libro del Génesis (1,3), que refiere que Dios creó el cielo y la tierra haciendo uso de la palabra: "Dijo Dios: haya luz y hubo luz".

La palabra salva y nos salva. Crea y re-crea. Redime y nos redime a quienes las pronuncian. No pocas personas engrosan los listados de los ambulatorios, clínicas, hospitales -con mención especial para las consultas psiquiátricas y asimiladas-, a consecuencia de haberles faltado palabras... En otras ocasiones, y con diagnósticos aún más graves, por sobrarles palabras de inamistosidad, amenazas y hasta de alevosía. La falta de palabras atiborra los centros de salud en proporciones similares a como lo hacen sus excesos y ruidos extemporáneos e inexpresivos, y las expresiones a las que llamamos "palabros".

Del reciente libro de  Ciudad Nueva se puede asegurar que "es accesible a todos, sencillo y, a la vez que profundo, aparentemente ligero, pero no carente de sabiduría, que intenta poner de relieve el sentido común. En sus páginas, y como fruto de una larga experiencia, el autor nos acompaña por un camino que nos lleva a través del uso de las palabras a re-descubrir la vida, el amor, la imaginación y la relación con los demás, suscitando una conducta positiva y optimista ante uno mismo y ante el mundo".

"Yo solo soy yo, si me comunico con los demás". "Nuestra alma es el otro". "Solo la simpatía cura" "Cualquiera puede, y debe, experimentar la dinámica que contienen y generan las palabras ". "¿No sería más lógico conformarse con lo que es "suficientemente bueno", en vez de perseguir continuamente lo "mejor?. "Haz que tus palabras sean siempre dulces, por si tienes que comértelas algún día".

Son, entre otros tantos, relucientes botones de muestra que invitan al lector a convertirse y ejercer de sembrador de palabras, en evitación de que se mustien tantas cosechas de esperanzas, de vida y de resurrección. "Sembrador de palabras-palabras" es ministerio, tarea y oficio elementalmente cristiano. Sin palabras no es vida la vida. Es necrología, sepultura y acabamiento...

Un libro muy recomendable, al igual que la colección "Desarrollo personal" en la que se ubica, acompañando a temas como "El optimismo", "Cómo ser libre", "Solteros y felices", "El cansando de los buenos" y "De la angustia a la serenidad".

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