Un nuevo libro confronta las teorías sobre el fallecimiento de Juan Pablo I 'Juan Pablo, ¿estás muerto?': nuevas hipótesis sobre las últimas horas de Albino Luciani
La muerte del papa Juan Pablo I a los 33 días de pontificado ha estado siempre rodeada de polémica y muchas son las teorías que sugieren que su fallecimiento no se debió a causas naturales
Ahora, el pianista y escritor Luis Bravo confronta en una obra las tesis sobre este acontecimiento histórico y reclama una investigación
| RD/Efe
La muerte del papa Juan Pablo I a los 33 días de pontificado ha estado siempre rodeada de polémica y muchas son las teorías que sugieren que su fallecimiento no se debió a causas naturales. Ahora, el pianista y escritor Luis Bravo confronta en una obra las tesis sobre este acontecimiento histórico y reclama una investigación.
La mañana del 29 de septiembre de 1978 el mundo entero se despertó con la inesperada noticia de la muerte de Juan Pablo I. A los 65 años moría de manera repentina Albino Luciani tras protagonizar uno de los papados más breves de la historia (tan sólo 33 días) y con su muerte nacían también múltiples teorías que contradecían la versión oficial.
Un infarto fue la causa de su muerte, según informó entonces el Vaticano que, como es habitual tras la muerte de un papa, rechazó la posibilidad de realizar una autopsia a pesar de que Luciani murió de madrugada, en su cama, y sin testigos.
En una entrevista a Efe, Luis Bravo Flores señala sin embargo que esa autopsia sí que se realizó y que gracias a ella se supo que el papa había ingerido altas dosis de un medicamento vasodilatador, a pesar de que era hipotenso y de que su médico asegurara que la noche anterior a su muerte había hablado con él y le había encontrado bien.
Más de 20 años lleva Bravo investigando un caso que desde niño le provocaba fascinación y con el que se encontró en sus múltiples viajes como concertista. "Hubo una época en la que por mis viajes coincidí con personas que estaban vinculadas al Vaticano, hablábamos del tema y empezaron a aportarme información comprometida".
A partir de entonces se puso a investigar, contactó con algunos testigos de la época y leyó todo lo escrito sobre el tema para poder contrastar la información que le llegaba. "No sabemos lo que pasó, pero algo pasó", asegura Bravo, que cree que las dudas sólo se despejarán si en el Vaticano aceptan realizar la autopsia.
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